Francisco Rodríguez
¿Dónde tiene la cabeza el doctor Alejandro Gertz Manero? ¿Son los años? ¿Quién lo auxilia en la nada fácil tarea de fiscal general de la República? ¡Ayúdenle porque acaba de meter la pata y hasta un delito, el de complicidad, puede configurarse en su contra!
A lo mejor es un gol que sus más cercanos metieron la portería del fiscal, quizá –más grave– un autogol, pero el caso es que el pasado primer día de marzo dio nombramiento de Director General de Mandamientos Judiciales y Ministeriales a Genaro Cedano Filippini, con un expediente más negro que la noche.
Y es que tras la desaparición de los tres estudiantes de cine de Tonalá, en Jalisco, en mayo pasado, apareció una manta donde acusaban a Genaro Cedano Filippini de encubrir a los responsables y de tener nexos con Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder máximo del CJNG.
Genaro es hermano de Carlos Alberto Cedano Filippni, señalado como líder del Cartel del Tabaco.
Se conoce que la de Cedano Filippini es la familia que lidera el llamado Cártel del Tabaco, que se encarga de monopolizar a través de la violencia la venta de cigarros de la empresa TIH en varios estados del país. Amenazan y roban, así como destruyen, cajetillas de cigarros de distribuidores que venden marcas que no son de la empresa TIH: Laredo, Península, Estudio 54, Botas y Económico. Dicen realizar operativos en nombre de Servicio de Administración Tributaria (SAT), Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) o de la propia Procuraduría General de la República, ahora transformada en Fiscalía. Los que se nieguen a vender sólo las marca autorizadas por los criminales, son levantados y torturados.
Los Cedano Filippini no sólo están respaldados por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), sino que también utilizan sus placas de la PGR para delinquir. Carlos Alberto Cedano Filippini, señalado como el principal líder del Cártel del Tabaco, ingresó a la PGR en 1996 como parte de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), el fallido experimento de Genaro García Luna.
A su paso por la dependencia federal, Carlos Alberto, apodado como El Rambo, laboró en Tabasco, Veracruz, Jalisco, Michoacán, entre otros.
Entran y salen de la PGR, sin importar sus antecedentes
Como agente federal activo fue detenido en 2008 en Estados Unidos como producto de una investigación de la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Le decomisaron 600 mil dólares, de los cuales no pudo comprobar su procedencia. Pasó un año en prisión y lo deportaron a México, donde fue capturado por delincuencia organizada y recursos de procedencia ilícita.
Cuando salió, volvió a la PGR, sin importar sus antecedentes penales. No fue, sino hasta 2013, cuando Carlos Alberto Cedano Filippini fue dado de baja de la PGR, pidió un amparo para que esto no sucediera, sin embargo su expulsión fue definitiva.
Los hermanos de Carlos Alberto también forman parte de la PGR: Hugo y Genaro Cedano Filippini, éste último recién promovido por el fiscal general, Alejandro Gertz Manero.
Sobre Hugo Cedano Filippini, la PGR reconoce que tiene ausencias recurrentes y en 2004 la dependencia intentó darlo de baja, pero sigue en el cargo con placa y arma. Mientras que Genaro Cedano Filippini es identificado como subcomandante, al igual que Hugo, tiene ausencias recurrentes, lo cual le ha causado cuatro peticiones de suspensiones.
Señalado de haber desaparecido a los estudiantes de cine
Genaro no ha sido dado de baja porque se ha amparado al menos tres veces contra las resoluciones de la extinta PGR, sin mencionar que desde junio de 2018 hasta finales del sexenio de EPN no se presentaba a laborar. Por si fuera poco, Genaro Cedano Filippini fue acusado de secuestro, el año pasado, crimen por el cual solicitó un amparo. Ahí no termina el vínculo familiar. Genaro Cedano Filippini es padre de Carlos Cedano Guzmán, empleado con registro en el IMSS de la firma Bradis, una de las subsidiarias de la empresa TIH, la única que puede vender cigarros según el Cártel del Tabaco.
El vínculo de la familia Cedano Filippini con el CJNG se da a través de Carlos Alberto y Genaro. Tras la desaparición de los tres estudiantes de cine de Tonalá, en Jalisco, en mayo pasado, apareció una manta donde acusaban a Genaro Cedano Filippini de encubrir a los responsables y de tener nexos con Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder máximo del CJNG.
Por su parte, Carlos Alberto Cedano Filippini fue acusado en 2016 por autodefensas de Michoacán de también tener vínculos con El Mencho.
Ahora Genaro despacha en la Fiscalía General de la República, desempeñando el cargo de Director General de Mandamientos Judiciales y Ministeriales.
¿Dónde tiene la cabeza el doctor Gertz?
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