Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Entre otros abultados registros curriculares, el michoacano Germán Martínez Cázares despachó como titular de la Secretaría de la Función Pública. Ahora es director general del IMSS.
Prendas intelectuales identifican a don German como un hombre de cultura, sobre todo política. No por otra razón, fue jefe nacional del PAN. Recordamos uno de sus textos premonitorios: La debacle.
Sospechamos, por ese referente, que el actual director del IMSS leyó el texto 1926 Carta a un amigo, firmado de puño y letra por don Manuel Gómez Morín, fundador del partido azul.
De ese texto, rescatamos unas líneas para efectos del tema de hoy.
El internacionalismo de pastiche del porfiriato
En la crítica al internacionalismo de pastiche de la dictadura de Porfirio Díaz, Gómez Morín escribe: No se buscó ayuda internacional para el desarrollo de nuestros recursos: Lo que se hizo fue vender cuanto teníamos, cuanto nos querían comprar.
Un imperialismo al revés: En vez de recibir, dimos; en vez de llamar para que vinieran a cooperar con nosotros en la tarea de hacernos una economía, entregamos lo que teníamos y todavía nos frotábamos las manos alegremente cuando los compradores se apresuraban mucho a llevarse nuestras cosas.
Los ferrocarriles, por ejemplo, ¿puede pensarse en algo más infame?… Y los bancos. Y todavía dábamos algo en efectivo sobre regalar nuestras riquezas y gravar nuestro porvenir. Hasta aquí el después fundador del PAN.
Las pensiones de los trabajadores están garantizadas
El pasado 15 de marzo, Martínez Cázares compareció ante las comisiones de Salud y de Seguridad Social del Senado. Ahí dijo a los legisladores que las pensiones de los trabajadores están garantizadas, ya que las reservas ascienden a 215 mil millones de pesos… (Suponemos que se refería a los trabajadores del Instituto.)
Se sabe que la incipiente Legislatura federal estudia ya una iniciativa para reformar el régimen pensionario mexicano, de manera de flexibilizar las normas que regulan la exposición de los fondos de retiro al mercado especulativo.
Las administradoras privadas de esos fondos (Afore) tienen acumulados más de 3 y medio billones de pesos. Es historia vieja que, a ese caudal, el primero que le echa mano es el propio gobierno federal. Le siguen empresas privadas que cotizan en la Bolsa y corporativos extranjeros.
En estas horas, agencias internacionales nos cuentan cosas que, como lo dijo el ex presidente Peña Nieto, merecen seguirse contando.
Lo primero que nos dicen esos reportes que tenemos a la vista, es que en enero de 2018 entraron en vigor nuevas reglas de operación sobre los ahorros de los trabajadores mexicanos.
La tierra prometida, pura leche y miel
Abierta el arca, entra como Pedro por su casa la financiera trasnacional Blackstone, que le sigue la huella a Black Rock y KKR (no confundir los acrónimos con los del Ku Klus Klan).
A la vez, las tres se suman a Discovery Capital, Management, General Atlántic, Partners Group, Lexington, Partners Harbou y Vest Partners. Todas, gestoras de fondos de retiro. Por sus meras marcas, se puede sospechar desde que metrópoli nos llegan a México.
No es que no importen las sumas en dólares por las que vienen desde el extranjero esas operadoras. Lo que interesa es decir que todas se precipitan sobre las gangas que les ofrece la Comisión Nacional del Sistema de Ahorros para el Retiro.
Dicen que dichas operadoras le dan cobertura a la disposición de esos recursos, teóricamente para destinarlos a obras de infraestructura para el desarrollo nacional.
Ya se sabe en qué terminó el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, cuyos inversores litigan para recuperar el valor de los bonos con que se empezó a financiar dicha obra.
Solo repetimos el señalamiento de Manuel Gómez Morín: Y todavía dábamos algo más en efectivo sobre regalar nuestras riquezas y gravar nuestro porvenir. Don Manuel, por cierto, fue gestor y primer director del Banco de México. Sabía de qué hablaba.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.