Claudia Rodríguez
No porque se deposite el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo, denominado Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, como lo marca el artículo 80 de nuestra Constitución, es que el mandatario en turno pueda hacer y decir lo que personalmente crea, sin consecuencia alguna, que siempre tendrá los espectros de neutra, positiva o hasta negativa para su propia potestad y lo más importante, para los gobernados.
Ocurrencia o no, maquinación justificada o simple acto de reconciliación, el hecho es que la solicitud de perdón público a la Corona española y al jerarca de la Iglesia Católica por los abusos cometidos en territorio mexicano en razón de La Conquista; ha sumado para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, una serie de críticas que igual ha abierto de forma anómala, la herida del atropello y choque impositivo de la acción de conquista, que se cree total o medianamente entendida, pero sobre todo curada en razón de los nuevos tiempos, incluso diplomáticos.
Lo anterior por supuesto no es noticia alguna. Pero sí llama la atención que ningún funcionario público de la Administración Pública, ni del propio equipo cercanísimo de López Obrador, haya optado por la medida de control de daños y sí, por la ruta de defender lo indefendible.
Incluso hechos que dan la nota mala a la gestión de este Gobierno, han venido a resaltar como si fueran las verdaderas informaciones que antes se querían soslayar o matizar: desde Alfonso Romo como jefe de Oficina de la Presidencia, adelantándose a la mala noticia que tocaría a Hacienda, sobre un muy posible recorte presupuestal –por lo que se percibe apenas el primero de muchos que vendrán— debido a la baja recaudación de impuestos; las cifras del imparable México violento y hasta las críticas de sus aliados políticos, sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), como la casi nula planeación para el aeropuerto civil alterno en Santa Lucía.
Más y más eventos, sucesos y hechos presentes que no abonan a la sintonía del discurso presidencial, se toman como la verdadera causa de la petición de perdón por los actos negativos y de genocidio en La Conquista española.
Y en lo alto del Poder, hasta se dibuja la influencia de la esposa que dijo restarse absolutamente del ejercicio compartido de gobernar.
Alguien tiene que controlar los negativos en la comunicación del Ejecutivo, que se empecina en siempre tener la razón.
Acta Divina… Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, para su titulación en la maestría de literatura iberoamericana de la Universidad Iberomericana, realizó el trabajo de investigación: El arte de la memoria en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, además de otros estudios.
Para advertir… No es difícil advertir de donde y de quién surgió la idea que originó no sólo un enfrentamiento diplomático, sino hasta las múltiples caricaturas que dibujan a un Gobierno de ocurrencias.
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