Claudia Rodríguez
No habría que perder de vista, la acción discursiva del presidente estadounidense Donald Trump, quien está muy ocupado en su continua campaña electoral, misma que inició a mediados de 2015 cuando proclamó sus aspiraciones a ser candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, desde las alturas del rascacielos Trump Tower en Manhattan y advertía que sería el mandatario proempleo que Dios jamás hubiera creado.
La verdad es que muchos desde dentro y fuera de los Estados Unidos, en un principio no tomaron en cuenta aquel gigante de la política que hoy es Trump, hasta le llamaron “payaso” en razón de su aspiración.
Pero desde entonces se dibujaban los dolores de cabeza que a muchos estadounidenses y extranjeros causaría Trump, desde que enunció su primer discurso en la Convención Republicana de Cleveland, ya como su candidato oficial a la Casa Blanca. Ahí dejó claro el hoy poderoso Trump, que como presidente sería: un padre protector para quienes eran estafados por las élites corruptas, el salvador para un país en precipicio y claro, el policía antiinmigrante; pero sobre todo que haría grande a “América”.
El hecho es que el principal afán de Trump, pareciera estar enfocado en ser el policía de la frontera sur de su país, al grado de perder la cabeza y el foco en los intereses internos que trastoca negativamente su actitud xenófoba para quienes cruzan la frontera norte de México. Pero parece haber más de trasfondo. Cuatro años en la Presidencia y no lograr ganar la reelección, sería para Trump una verdadera derrota; de la cual el preludio es hasta el rechazo de ciertas figuras de su partido y de su equipo cercano de colaboradores que además se desmorona día a día, con consecuencias verbales letales con cargo al Donald.
Hace bien el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, en no ser una pieza para la campaña de su homólogo estadounidense. Trump señala y luego niega, al no tener contrincante en su verborrea; no obstante, lo que sí es un hecho que se antoja incontrolable, es la oleada masiva de migrantes desde Centroamérica y otros puntos de la geografía mundial que toman a México como trampolín para su intento de internarse al vecino país del norte.
Si Trump no logró entender que con sólo amagar con un cierre total fronterizo, las relaciones comerciales, familiares, culturales, de salud, de gobiernos y hasta medioambientales se comprometen de forma negativa: la realidad en el terreno se lo está mostrando con la impactante relación biunívoca.
En su ruta a la Presidencia para el 2016, Trump podía catalogarse de soñador; hoy es difícil ser tan generoso con él.
Acta Divina… El jefe de Estado de los Estados Unidos, Donald Trump, dice tener listo su eslogan de campaña: “Mantener grande a América”
Para advertir… Al final la lección es que hay payasos que hay que tomarlos muy en serio, aunque nunca pasen al verdadero show.
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P.D. Con la nota de que me tomaré unos días descanso. Les agradezco siempre la lectura de este material.