Por Gerardo Rivadeneyra
De acuerdo al estudio realizado por el Observatorio Trabajo Digno, de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, 7.7 millones de mexicanos permanecen desempleados y 8 de cada 10 personas carecen de condiciones dignas de trabajo.
El coordinador de la organización que elaboró el análisis, Rogelio Gómez, señaló que esta situación es resultado de condiciones inadecuadas en los últimos años, que favorecieron violaciones a los derechos laborales y lagunas legales.
Ante el panorama adverso, el modelo de subcontratación, tercerización u outsourcing, contemplado en la reforma a la Ley Federal del Trabajo en 2012, aminora estas cifras, de acuerdo con el reporte económico 2018 de la Confederación Mundial del Empleo (CME).
“Debemos reflexionar sobre las condiciones de seguridad social, en especial, de proporcionar seguridad y salud a todos y cada uno de los trabajadores, ya que ello nos hará una nación más productiva, donde se podrían evitar ausencias por motivo de salud”, explicó Raúl Beyruti, presidente de GINgroup, firma mexicana dedicada a la empleabilidad.
En 2018, la empresa informó que sus 160 mil empleados cuentan con prestaciones adicionales a las de la ley, como asistencia médica gratuita o funeraria.
Poco más de la mitad de las personas que trabajan con salario y para un empleador tienen un salario insuficiente, de manera que el sueldo de 15.6 millones de personas no es suficiente para el costo de la canasta básica.
Cuatro de cada diez personas que trabajan para un empleador carecen de seguridad social, por lo que 14.6 millones de personas son forzadas a la informalidad por sus empleadores que no realizan la afiliación obligatoria al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La CME estima que en México existen 153 mil 881 trabajadores que laboran bajo el esquema de outsourcing.
Instituciones bancarias como Bancomer, Santander, Banco Famsa, Scotiabank, Inbursa y Banco Azteca contrataron a todos sus trabajadores mediante el outsourcing.