Francisco Rodríguez
Cuando el líder de Morena en el Senado Ricardo Monreal Ávila advirtió que en nuestro país la justicia se encuentra en estado de putrefacción y denunció que, desde los ministros de la Corte hasta los jueces, la justicia está al mejor postor, parecía que hablaba del caso de la empresaria Irma de los Ángeles Magaña Campos quien ha comprado a jueces y magistrados del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México… ha falsificado documentos… ha corrompido a sus carceleros… ha desplegado una costosa campaña de relaciones públicas para presentarse en los medios como víctima… ha acosado a los abogados de la parte acusadora… y se ha burlado de sus acreedores a quienes adeuda muchísimos millones de dólares.
Un auténtico rosario de delitos que han sido conocidos y muy posiblemente hasta perpetrados por el actual magistrado presidente del TSJCDMX, Rafael Guerra Álvarez. Una situación muy distinta a la que privaba hasta hace unos meses cuando Álvaro Augusto Pérez encabezaba el máximo órgano de impartición de justicia de la capital nacional.
Y es que El 10 de julio de 2018, el Juzgado Trigésimo Séptimo de lo Penal libró orden de aprehensión en contra de Irma de los Ángeles Magaña Campos, y otros, la cual fue cumplimentada el mismo día en contra de dicha persona, e ingresada al penal femenil de Santa Martha Acatitla. Al momento en que fue detenida, Irma de los Ángeles Magaña Campos se encontraba custodiada por personas que, de manera intimidante, portaban armas de fuego de grueso calibre a la vista, las cuales no le son permitidas portar a ningún particular.
Cabe apuntar que el proceso por el cual fue detenida la señora Magaña inició en el 2016, cuando aún no entraba en vigor el nuevo sistema penal acusatorio, por lo que su juicio se llevaba a cabo bajo los procedimientos acordes al viejo sistema de enjuiciamiento penal. Así, el 16 de julio de 2018 se dictó a la procesada auto de formal prisión, resolución en contra de la cual ella interpuso un recurso de apelación.
La apelación fue resuelta el 13 de septiembre de 2018, en el sentido de confirmar la formal prisión impuesta a la señora Magaña Campos, determinando además que el juzgado Trigésimo Séptimo Penal de la Ciudad de México tenía competencia para juzgar a dicha persona, vale reiterar que el sistema en el que se encontraba siendo juzgada, consistente en el sistema tradicional o viejo sistema de enjuiciamiento penal, era el que le correspondía en atención al momento en que se dio inicio al procedimiento penal, el cual tuvo lugar el 4 de junio de 2016, fecha en que aún no entraba en vigor el sistema procesal penal acusatorio.
Una chicanada tras otra chicanada
Los representantes legales de la imputada –ya recluida en el penal de Santa Martha Acatitla– promovieron que se modificara la medida cautelar de prisión preventiva a prisión domiciliaria. Para ello se requería que Magaña Campos fuese vecina de la Ciudad de México, aunque ella misma propaló en los medios que su residencia está en Cancún. Así que se inventó una dirección en la colonia Lomas Estrella, en la alcaldía de Iztapalapa, en donde se comprobó, mediante una fe de hechos a cargo de un corredor público, que ahí nadie la conoce. Primera chicanada, primera. Resultó fallida.
Luego dijo tener su domicilio en la colonia San Nicolás Totolapan, en la alcaldía Tlalpan, pero en el documento que ofreció como prueba, al manifestar sus generales ante un notario, dijo tener su domicilio ¡en Cancún, Quintana Roo!. Segunda chicanada, segunda. También fallida por un descuido –la traicionó la conciencia– de la propia Magaña Campos.
Y para rematar –tercera chicanada, tercera–, en aras de comprobar que sí tenía su domicilio en Tlalpan, presentó un contrato de arrendamiento ¡con su propia firma falsificada! Fail!, otra vez. Pero no sólo eso. Fue acusada de comportamiento delictivo al presentar pruebas falsas para obtener su libertad.
Así que, como no pudo demostrar que permanecería en un lugar cierto y determinado para el caso de que se le otorgara su libertad, se decretó infundada su petición y se confirmó la prisión preventiva que le había sido impuesta. Pero no solo no logro demostrar lo anterior, sino que cometió un ilícito al utilizar un documento falso como lo han determinado peritos de la Procuraduría de General de Justicia de la Ciudad de México.
Con los apoyo$ de sus amigo$
El cambio de magistrado presidente del TSJCDMX y las vacaciones del juez 37 penal, Manuel Alvarado Lara, así como del Agente del Ministerio Público del Juzgado, beneficiaron a Magaña Campos. Y es que, por ministerio de ley, el secretario de Acuerdos, Freddy Aparicio Perales suplió a Alvarado Lara. Desde tiempo atrás y con más razón en ese momento, Aparicio Perales presumía que él iba “a liberar a la señora, a toda costa”. ¿A un buen costo?
Así, el 30 de enero de 2019 la procesada solicitó nuevamente un Incidente no especificado de revisión de medida cautelar. Su abogado lo presentó más de media hora antes de que abriera el Juzgado, lo que daba ventaja a Magaña Campos. Al percatarse de ello, manos amigas corrigieron y con pluma sobrescribieron una hora distinta. Sucedió igual con otro oficio dirigido al director ejecutivo de la Unidad de Medidas Cautelares, donde la hora de entrega del documento presenta alteraciones hechas con pluma.
Y el mismo día de la presentación de la solicitud de revisión de la medida cautelar fue notificada la empresa acreedora, Grupo Tsetaro, para la celebración de la audiencia en la que se resolvería si se le daba o no el beneficio de seguir su proceso en libertad.
Ese 30 de enero llegó doña Irma de los Ángeles del penal de Santa Martha luciendo perfecto maquillaje, enjoyada y con el pelo recién teñido. Su poder adquisitivo le permitía hacer lo que quería al interior del penal. Incluso, los medios de comunicación dieron a conocer en su momento –según una investigación del diario El Universal— que Magaña Campos solicitó el permiso para celebrar su cumpleaños con 100 invitados y hasta mariachis, pero le fue negado el festejo de tal magnitud, por lo que tuvo conformarse con la asistencia de 24 personas. No obstante, se dijo, durante la fiesta se violaron varias reglas del penal.
En el festejo de cinco horas se sirvió sopa fría, rollos de carne, botanas, pastel y dulces; la violación a las reglas se dio al ingresar una computadora, una bocina y utilería para el servicio de comida. La comunidad penitenciaria mostró su indignación, pues la empresaria gozó de privilegios que no todas las reclusas tienen.
Pero volviendo al 30 de enero de este año, el Juez 37 de lo penal por ministerio de ley, Freddy Aparicio Perales, no permitió que la empresa Grupo Tsetaro tuviera un asesor jurídico para que interviniera en la audiencia al igual que los abogados defensores. Esto otorgó una ventaja indebida a la imputada, ya que eran tres abogados defensores en contra de Grupo Tsetaro siendo que el derecho a contar con un asesor jurídico es un derecho fundamental al estar contemplado por nuestra Constitución Política
Y para no variar, hubo más alteraciones de constancias. En esta otra participó un supervisor de la Unidad de Medidas Cautelares, Igñaki Mancilla Quintanar, quien primero se entrevistó con un hermano de la imputada, reunión en la que seguramente se le dio información –probablemente algo má$– que debió dar Magaña Campos y no su familiar.
La larga audiencia estuvo salpicada de más mentiras de la señora, como decir que ella es la albacea de la herencia que dejara su difunto esposo –quien lo es, Miguel Eduardo Flores Andrade ahora es prófugo de la justicia–; también de la irracional e ilegal actitud del juez por ministerio de ley, Freddy Aparicio Perales, quien no admitió pruebas de Grupo Tsetaro, la parte acusadora; lo mismo que negó que hubiese un receso para ingerir alimentos, lo que provocó que, por sentirse mal, débil, la representante de la acusadora saliera por unos momentos del recinto, sin que se suspendiera la audiencia cual debe ser; la presencia de testigos aleccionados a favor de la imputada y ¡hasta robo de constancias por parte de los abogados defensores! Todo con el objetivo de liberar a Magaña Campos.
Y la liberaron. Con los apoyo$ de sus amigo$.
Juez burla a sus superiores y cambia sistemas
Y ¿sabe usted cómo? Torciendo la ley. Convirtiendo a Magaña Campos en beneficiaria del nuevo sistema penal acusatorio, cuando su proceso era llevado bajo el sistema anterior, lo cual no está permitido por la ley.
Peor todavía. Echaron abajo la resolución anterior, la del juez Manuel Alvarado Lara, y ¡peor todavía!, la confirmación que de ésta ya había hecho la Segunda Sala Penal del TSJCDMX.
El propio juez de la causa echó abajo su anterior resolución. Y la de su superior jerárquico.
Manuel Alvarado Lara, el juez, ya es investigado.
Y ojalá se llegue hasta las últimas consecuencias.
Porque, hasta ahora, tiene razón Monreal: la justicia se encuentra en estado de putrefacción; desde los ministros de la Corte hasta los jueces, la justicia está al mejor postor. Lo confirma el caso de Irma de los Ángeles Campos Magaña.
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