Por Gerardo Rivadeneyra
Las estadísticas son alarmantes. Con cuatro millones de casos, México ocupa el primer lugar mundial en embarazos infantiles y adolescentes. Se reportan 77 nacimientos por cada mil jóvenes entre 15 y 19 años, y de ellos más de la mitad no son planeados.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 16 millones de mujeres entre 15 y 19 años, y aproximadamente un millón de niñas menores de 15, dan a luz cada año. Como consecuencia, la cantidad de abortos practicados de forma clandestina en este sector de la población también aumentó, a casi tres millones anuales.
La investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM, Claudia Díaz Olavarrieta, aseguró que en los últimos 15 años la fecundidad y la proporción de nacimientos entre la población adolescente se ha mantenido en niveles altos y sin cambios. Y los embarazos infantiles, es decir, los que se presentan en las niñas entre los 10 y 14 años de edad, también van en aumento, con casi el 27 por ciento de todos los nacimientos.
Las políticas públicas del gobierno de México para apoyar a las niñas y adolescentes en esta situación es insuficiente. La cultura preventiva, así como la educación sexual oportuna, no poseen los canales adecuados para permear entre la población.
Actualmente, dos de cada 10 niños que nacen en México son hijos de madres adolescentes y los casos de embarazo infantil aumentan cada año sin que reciban la orientación adecuada en el seno familiar ni en los centros escolares.
“El recorte presupuestal en materia de salud repercutió directamente en las acciones encaminadas a atender a este sector vulnerable de la sociedad”, comentó Ligia Vera Gamboa, especialista del Centro de Investigaciones Sociales Regionales Dr. Hideyo Noguchi, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Ante la inoperatividad del gobierno, la sociedad civil respondió al apremio de la situación y creó organizaciones que brindan orientación y canalizan distintos tipos de ayuda a las jóvenes que se encuentran en esta condición. Por ejemplo, La Vida Por Dlelante (LVPD), que es una asociación sin fines de lucro que colabora con 500 asociaciones más que ayuda a mujeres que tienen o han ivideo situaciones de embarazos inesperados.
Entre las asociaciones que forman parte de esta iniciativa, se encuentran Asociación Mexicana para la Superación Integral de la Familia (AMSIF), Centros de Ayuda para la Mujer (CAM), Vida y Familia (Vifac) y Fundación Origen
Los indicadores actuales establecen que a los 13 años las niñas mexicanas inician su vida sexual de manera consensuada con sus parejas sentimentales, por lo que debe ser prioridad brindarles información precisa y oportuna sobre los métodos anticonceptivos para no perjudicar el desarrollo emocional y sexual de los niños.