Francisco Rodríguez
Dime con quién andas… y te diré quién eres, reza el refrán. Y la cercanía que el director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, mantiene con el cuestionado operador político – financiero de Diódoro Carrasco y Gabino Cué puede provocarle más problemas que sus recientes broncas con la Bolsa de Valores, los clientes yucatecos y los contratistas canadienses que estos últimos días lo han puesto contra las cuerdas.
Castillo, a quien en diferentes espacios se ha acusado de haberse robado para él y para Carrasco y Cué la bonita suma de 7 mil 401 millones 27 mil 467 pesos, entre 2010 y 2014, de los presupuestos de Oaxaca, una de las entidades con más necesidades que hay en el país –cuentan en los pasillos de las oficinas centrales de la CFE–, ha hecho buenas migas con la actual esposa de Bartlett Díaz, Julia Abdala. Y ellos dos han emprendido una muy redituable sociedad consistente en recomendar proveedores y contratistas para la llamada empresa productiva del Estado.
Señalan los informantes que, tan sólo en los primeros meses de la llamada 4T, Castillo y Abdala ya deben haber recibido varios millones de pesos por concepto de comisiones.
Y esto, claro, choca con los preceptos de la 4T, a cada rato machacados por el Presidente López Obrador: “No robar, no mentir, no traicionar.”
Bartlett, en efecto, sufrió la suspensión temporal de las cotizaciones de la Comisión Federal de Electricidad en la BMV porque la empresa no cumplió con las fechas de entrega del reporte financiero del primer trimestre de este 2019.
Luego, en Yucatán se anunció la inminente caída el sistema de generación de energía eléctrica, porque el problema de electricidad al sur del país no fue resuelto, como prometió Manuel Bartlett en abril. La CFE tuvo que reconocer el desabasto de gas que impedirá que en los próximos meses se pueda satisfacer la demanda de electricidad requerida en la península yucateca. Con ese escenario, que en principio se había negado, dicha región quedo en los hechos en un estado de emergencia energética.
Y esta semana, el severo reclamo del gobierno canadiense que, a través de su embajada en México, cuestionó a Andrés Manuel López Obrador el cumplimiento en su promesa de respetar los contratos sobre gasoductos. “Estoy profundamente preocupado por las acciones recientes de la CFE y por la señal que envían de que, a pesar de las declaraciones de López Obrador, México no desea respetar los contratos de gasoductos”, escribió este miércoles 26 de junio en su cuenta de Twitter, el embajador de Canadá en México, Pierre Alarie.
Pero eso es nada en comparación con la muy comentada sociedad Bartlett – Abdala con el oaxaqueño Jorge Castillo.
Los miles de millones de Castillo
A finales de julio de 2017 diversos medios de comunicación de Oaxaca y de Ciudad de México dieron a conocer que Jorge Castillo Díaz, ex operador político y financiero del gobierno estatal encabezado por Gabino Cue —protegé de Diódoro Carrasco– anterior, era investigado por el presunto robo de 14 mil millones de pesos del erario público.
Altos funcionarios del gobierno de Alejandro Murat revelaron que el expediente número 357 estaba en poder la nueva Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción. Y que, además, una carpeta de investigación similar tenía abierta la Procuraduría General de la República (PGR).
La averiguación local estaba soportada, en mayor medida, por la publicación de un diario de circulación nacional sobre la existencia de 26 cuentas bancarias en Bancomer, Scotiabank y HSBC, a nombre de Castillo Díaz, de su hermano Antonio, así como de Alejandrina Díaz Rodríguez y Graciela Adriana Díaz Rodríguez; que al parecer también son sus familiares.
Entre los años 2010 y 2014, estas cuentas recibieron diversos depósitos que suman 7 mil 401 millones 27 mil 467 pesos, de acuerdo con los documentos bancarios exhibidos públicamente.
Tan solo 20 de estas 26 cuentas fueron abiertas en el año 2014, las cuales captaron el 84 por ciento del monto total depositado.
Otros supuestos prestanombres de Jorge Castillo en estas operaciones financieras; según la investigación abierta en la Fiscalía Anticorrupción, son Miguel Carranza Guasch, Claudia Montserrat Calleja Gómez y Jorge Guillermo Ramírez Bolaños, quienes son identificados como sus amigos cercanos; quienes tenían cuentas bancarias en Scotiabank y HSBC.
El vínculo de todas estas cuentas se estableció a partir de la relación de beneficiarios, ya que en aquellas a nombre de Jorge Castillo, sus familiares y amigos aparecen como beneficiarios; y a la inversa en las cuentas de éstos últimos.
En el caso de la carpeta de investigación que se sigue en Oaxaca, aún se encuentra en proceso de integración.
Con estos amigos… y en el arranque de la 4T… no sería extraño que Manuel Bartlett se cayera del sistema.
¿No cree usted?
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