Junio 2019. I.
LA. NUEVA CHIQUILLADA: La deserción de Narro Robles, reventado por los peñistas, sugiere un rompimiento de los senadores priistas con el ex presidente mexiquense -del que quizá aun no se dan cuenta-, pues la llegada de Narro al CEN del PRI, significaba la posibilidad de evitar la investigación de Enrique por la compra irregular de medicinas y otros señalamientos de corrupción. Al menos para argumentar persecución política… Lo que no importó y acaso ni calcularon quienes decidieron -asesores incluidos.
SEUDOPRIISTAS: Martínez, antes de dejar el IMSS, cumplió con el cometido de la militancia panista (aunque él, muy seudo 4T-, y al menos con Padrés, al denunciar -y continuar ese viejo juego de venganza de egos más menos familiar- con el Güero Elías, y de paso a Boers, por la guardería ABC, pero ¿Procederá? Creo que no es la voluntad del gobierno federal.
Es posible también, sea parte de su rompimiento con el ex presidente Calderón, pues calienta el escenario para Margarita Zavala, prima de la Sra. Gómez del Campo, su prima de Hermosillo, una de las tres accionista de la Guardería incendiada, y por lo que se sabe, de otras 14 (sí: 14) guarderías más en el estado de Sonora, a quien esta denuncia, le calienta el terreno, que punto y aparte de la responsabilidad moral, pues nada hizo por los deudos, en su calidad de presidenta del DIF, tampoco tuvo iniciativa alguna, ni siquiera por mención: Todos los sonorenses recordamos su visita inmediata posterior a la tragedia, en la que no acertó a hacer pronunciamiento de los 49 niños fallecidos y de los 79 supervivientes, hermanitos, con lesiones tan graves como amputaciones, ceguera, más los padres… Todos ellos sin atención alguna, sin servicios médicos, sin atención psicológica: ¡¿En qué país estamos?!
Y hoy, mejor dicho: ¿Cuál es la naturaleza de la 4T?
Si así fuera, habrá de dar continuidad a una denuncia del todo legal, y sobretodo, humana, histórica y justa: En lo humano, histórica y justa, ni qué decir. En lo legal: Su deber, de esta Administración y del Estado Mexicano, aun años después de que la SCJN resolvió en ese sentido, debe actuar (¿O resguarda algún compromiso con Bachoco?).
Y diez años después de los señalamientos jurídicos que quien firma esta columna desplegó públicamente la responsabilidad administrativa y penal del gobierno inhibido:
El 9 de julio del 2009 publiqué en El Imparcial de Hermosillo un desplegado, en el que señalé al entonces Gobernador Eduardo Bours, responsable penal por el delito de HOMICIDIO CULPOSO, por negligencia, entre otros delitos y entre otros funcionarios públicos, federales, estatales y municipales, coludidos con él, quienes no sólo gozan de total impunidad, sino que siguen abrevando del sistema, con altos cargos en los tres Poderes de la Unión.
Lo que tuve qué decir, lo dije y ahí está la publicación y mi señalamiento ciudadano. Que el devenir histórico me de la razón, lo celebro -Dios y los enterados saben de lo que fui víctima, con mi familia- y en la letra consta que son los mismos hechos por los que ahora se le señala.
Independientemente de los motivos que hacen revivir la indagatoria: Ojalá no sea en vano lo esforzado y las palabras del Presidente de la República, que”garantizan hacer justicia: ¿A poco sí?
Junio es un mes rico en conmemoraciones. Pero antes de pasar a eso, debo retomar los artículos inmediatos anteriores que publiqué, respecto del sistema político mexicano y el abstencionismo.
Particularmente me referí al régimen de partidos políticos que nos rige, exactamente igual que al resto del mundo, aunque con el debido retraso evolutivo de nuestro muy subdesarrollado sistema, pese a todo: 30, 40 o 50 años.
Aunque también por ello. Señalé virtudes supremas del gobierno priista de entonces, estadista por excelencia, que todavía mostró el 88, desde el 85, anticipación en gracia de una lectura adelantada a la propensión de la sociedad mexicana y evitó el colapso que padecieron hasta su extinción, los regímenes y Estados del bloque soviético, y en general, los partidos comunistas financiados por el “estalinismo” en todo el mundo.
El abstencionismo que padecemos manifiesto desde las elecciones de 1988, que fueron el parteaguas de la participación ciudadana “moderna”. Aun en ellas, la población votó un 50%, aunque con decidido rechazo al régimen priista y que por ello destacan y preciso.
Luego, la participación constante de la mitad del electorado ha satisfecho los intereses político electorales, o mejor dicho, al régimen de partidos, todos ellos, que se han conformado con esa mitad de legitimación.
Que han obviado de hecho, todo esfuerzo por convocar a la otra mitad. Concentrados en revisar para legitimar el proceso electoral sexenio tras sexenio, por treinta años: La certeza para ellos, demagogiada como certidumbre al pueblo político (los que votan del padrón electoral), condenando al sistema político mexicano al abstencionismo del 50% en promedio, más un 5% aproximado de votos nulos.
Las elecciones de este año confirman mi aseveración en esos cuatro artículos anteriores, en estas mismas páginas publicados: No es un asunto sino del diseño del propio régimen de partidos.
Y sólo particularmente es del interés jurídico de Andrés Manuel, si quiere revisar el esquema y dar paso a un sistema más incluyente y de democracia directa, que realmente de voz a quienes legitimen nuestro sistema político y gobiernos y a quienes queremos representar: A México, en su 100% del padrón electoral.
DE LOS CAUDILLOS A LAS INSTITUCIONES: Los que hoy mandan el priismo, permitieron, en virtud de un sacrificio similar al de su fundador, Plutarco Elías Calles, que la mayor obra de la Revolución Mexicana, la institucionalización, su obra, pereciera en el ostracismo, vergonzante, sin honor alguno.
Condición en la que ni reparan dichos públicos usufructuadores finales… Que no vale la pena mencionarlos… Ahí, los historiadores de lo inmediato.
En fin, son menos entendidos que los que minaron al Partido, de LEA en adelante, la frivolidad de don Pepe. Justamente con el neoliberalismo importado (ni nacionalista ni revolucionario) de Miguel de la Madrid, y subsecuentes. Ni tienen ni tuvieron ni tendrán el talante, así sea asesino, de los caciques (coloniales, todo, menos revolucionarios) que asesinaron a Colosio, y de los que claramente descienden.
Ignoro qué pensaría de ellos el general y licenciado Alfonso Corona del Rosal, y ahora Rojo Gómez, acaso pena de Rojo Lugo o de Rojo García de Alba, mi amigo, por ejemplo… Etcéteras…
Ni ellos -“ni ellas”, maltratando al castellano, desde Fox, como se acostumbra decir hoy-, y dicho con toda propiedad, repito: Ni ellos ni López Obrador, son Cárdenas… Bueno, ni Cuauhtémoc es el Tata -a quien respeto profundamente, tampoco és..
Aun así, son los meros enterradores de una aventura que aún se sueña -y soñaremos- en Sonora, en Michoacán, en Tamaulipas, en Tabasco, en Campeche, en Chiapas, en Yucatán, en Oaxaca ¡En Chihuahua! En todo el territorio nacional: El sueño que los mexicanos llamamos la Revolución Mexicana ¡Maldita sea!
No tienen nada, no valen nada. No sirven para nada. Ni han leído ni pueden recordar a Silvia Herzog, el de la Breve Historia, ni a D. Jesús Reyes Heroles, el del Liberalismo Social. Bueno, ni la Constitución del 17 (seguro que menos los debates del 57).
Mucho menos la gran utopía construida con sangre y pólvora de varias décadas de hombres y de sus familias, de varios siglos del más lejano legado de nuestro origen. De articulaciones ideológicas de los Flores Magón, y los que le siguieron. De nuestra herencia legitima de Juárez, de Guerrero, de Morelos ¡De Hidalgo!… Y mucho más.
Claro que ignoran el significado de Leavenworth: Y por qué es el confinamiento de los enemigos del Imperio y quiénes allí, orgullosamente padecieron la privación de su libertad y lo que los motivó a ello.
Quiero no volver a hablar de un muerto. Ni de sus “encamadores”.
No obstante, quedaron del lado que señaló Pizarro ante sus doce: atrás de él, hacia el mar, en el que “sólo tendrán el olvido, y cuando más, el desprecio de las generaciones futuras”.