MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Que los policías federales tiene derecho a manifestarse como refirió el licenciado Andrés Manuel López Obrador, es parte de las libertades de las que gozamos en México desde antes del arribo de la 4T y que costó muchas vidas, desde aquellos tiempos de crispación social en la disputa de la lucha por el poder.
Que el Presidente tiene el derecho a practicar béisbol mientras los uniformados cierran carreteras y crispan a los ciudadanos y avivan la inseguridad, es un tema que evidencia el nivel de prioridad que López Obrador otorga a asuntos de suyo delicados.
Minimizar el grave problema generado por el sargazo en costas de Quintana Roo, es faltar el respeto al sentido común, aunque en tribuna el senador Cristóbal Arias, aspirante eterno al gobierno de Michoacán, defendió al Presidente y negó haya restado importancia al caso, en ése ánimo que pinta el grado de mimetismo, disciplina o llámele usted como quiera, a esta postura del morenismo encaramado en el poder.
Pero, vaya, siempre hay un día siguiente, un momento para negar lo dicho, pretender desdecirse y responsabilizar a la prensa fifí de la derecha conservadora e integrante del hampa del periodismo, de dimensionar una declaración, cuando precisamente ello ha posibilitado que, como no queriendo, se busque atender un problema creado sin soluciones previstas.
Precisamente en ese nivel se ubica al conflicto que se veía venir en la Policía Federal, un tema al que el licenciado López Obrador le resta importancia, sin otear al horizontes que entraña el recrudecimiento de la inseguridad, como si no fuera suficiente la crisis que priva en prácticamente todo el país y amaga y genera zozobra todos los días entre los habitantes de la Ciudad de México, una realidad que la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum minimizó al grado de negar que se requería la participación de la Guardia Nacional en el combate al crimen organizado que tiene secuestrada a la capital de la república, pero ya cuenta con ella.
Manifestaciones de descontento, videos subidos a las redes sociales en los que policías federales integrados a la Guardia Nacional expresaban descontento por el trato que se les daba, porque debían pagar con recursos propios sus traslados; molestos por los calificativos que les endilgaba el propio Presidente; inquietos porque desconocían el futuro de su trabajo; en zozobra porque lo que atisbaban era la pérdida del empleo.
Sí, en las corporaciones policiacas no hay hermanas de la caridad. Y la Policía Federal no es la excepción. Con cierta frecuencia se acusa a sus integrantes de maltratos hacia civiles, de excesos varios con abuso de autoridad, pero lo cierto es que siempre han sido visibles para ser sancionados. No se soslaya, empero, la impunidad que ha privado en algunos casos, y no se justifica, por nada, el hecho de que sean civiles incorporados a tareas que les ha costado la vida en ese combate al crimen organizado que no para.
Pero, cuando se planteó y propuso formalmente la creación de la Guardia Nacional, que en la reforma constitucional implica su carácter civil, para alimentar sus filas se aprobó incorporar a policías federales que junto con policías militares y marinos, integrarían a este cuerpo de élite para recuperar la seguridad que los mexicanos perdimos desde hace tiempo, mucho antes de que Felipe Calderón declarara la guerra al crimen organizado que se ha convertido en poder fáctico en muchas regiones del país.
Era y es una prioridad la Guardia Nacional y no se puede regatear el apoyo a sus tareas e integración pero, de antemano el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, y el señorpresidente López Obrador debieron haber tenido en mano las previsiones de los problemas que acarrearía la integración de este cuerpo, es decir, tener soluciones frente a escenarios futuros. Pero no, todo indica que este gobierno tiene como praxis la creación y generación de problemas para luego buscar las soluciones.
¿Era necesario ofender a los policías federales cuando se iba a requerir que voluntariamente se incorporaran a la Guardia Nacional? El licenciado López Obrador los ofendió y el secretario Durazo no explicó con la vastedad del caso cómo serían incorporados, cómo se respetarían sus derechos, cómo estaría protegida su familia y el nivel garantizado de seguro de vida y de salario mensual.
Porque, reitero, no se trata de hermanas de la caridad que irán a recorrer el país para convencer a almas descarriadas de que vuelvan al redil. No, no es defensa oficiosa; los federales han salido a la calle a protestar, a cerrar carreteras y amagar con un paro nacional. Ellos se defienden solos, pero el ciudadano debe enterarse más allá de las descalificaciones en voz del Presidente de lo que demandan estos policías que tienen la enorme y delicada responsabilidad de combatir a los criminales que han instalado a México como un país violento e inseguro.
¿Se dimensiona el tema? Bueno, cuando el licenciado López Obrador acusa que hay mano negra en este movimiento, debiera reflexionar y no echarle gasolina a la fogata que puede derivar en incendio nacional. Le dejo el texto de lo que dijo anoche. Saque usted sus conclusiones.
“(…) ¿Por qué no espero hasta mañana en la mañana? De una vez informo sobre lo que está sucediendo con la Policía Federal: se amotina, toman las calles, ofrezco disculpa a los ciudadanos por las molestias que se ocasionan, pero quiero también decir que no hay ningún motivo ninguna razón, no es una causa justa, no se está despidiendo a ningún policía federal, lo que está sucediendo es que están pasando, voluntariamente, unos elementos de la Policía Federal, alrededor de diez mil que han pasado la prueba, porque no se acepta a cualquiera en la Guardia Nacional.
“Entonces, buenos elementos están pasando a la Guardia Nacional, otros no sólo porque no pasan la prueba, ahora en la manifestación están diciendo que no los examinen, los oficiales del ejército, no solo por eso de que no pasan la prueba, no están en buenas condiciones, no tienen conductas aceptables y también porque tienen problemas de salud. Entonces, no van a poder estar en la Guardia Nacional pero van a seguir trabajando en la Policía Federal; figúrense que en el gobierno neoliberal se contrataba a policías privados en un negocio que tenían desde el gobierno, alrededor de 50 mil policías privados cuidaban oficinas públicas y eran guardaespaldas de funcionarios, entonces pues ya no se van a tener esos 50 mil elementos, porque no van a haber guardaespaldas, no hay guardaespaldas, pero sí hay que cuidar oficinas, sí hay que cuidar instalaciones estratégicas, las instalaciones estratégicas del sector energético Pemex la Comisión Federal (de Electricidad) están a cargo de las Fuerzas Armadas pero hay otras instalaciones como museos, parques, las mismas instalaciones de las secretarías del gobierno requieren de cuidado y van a estar trabajando en estas actividades.
“No se va a despedir, repito, a nadie a nadie, a nadie, además ya lo saben y mantienen sus prestaciones, entonces ¿por qué las manifestaciones?, está raro ¿verdad?, esta policía se creó hace como 20 años y la verdad no se consolidó, se echó a perder y con más intensidad se pervirtió en el tiempo que estuvo dependiendo de la Secretaría de Gobernación, entonces de arriba hacia abajo imperó la irresponsabilidad y la corrupción.
“Entonces, si se manifiestan tenemos que, los ciudadanos, resistir, aguantar pero es en bien de todo, esto se tiene que arreglar y se tiene que arreglar manteniendo el orden sin autoritarismo, el diálogo y con el uso de la razón, como decía Juárez: Nada por la fuerza todo por la razón y el derecho. El derecho de manifestación es sagrado, se pueden manifestar el tiempo que sea, no van a ser reprimidos, porque ya no estamos en los tiempos de antes, no somos iguales a los gobiernos de los sexenios pasados.
“Entonces, a manifestarse, pero es importante que todos conozcan esta información, sobre todo los que actúan de buena fe, hay mano negra en este asunto, esto se manejaba antes desde Bucareli, desde los sótanos de Bucareli y piensan que va a ser lo mismo, no, no vamos a reprimir, no somos iguales y se va a resolver este asunto porque no se está cometiendo ninguna injusticia. Que quede muy claro. Un abrazo”.
¿Es el mensaje de alguien que busca solucionar un problema grave pero califica de pervertido y corrupto al de enfrente? Reitero: los policías federales no son hermanas de la caridad. Y si hay mano negra, como acusa el Presidente, pues que proceda contra él o los autores y punto, pero no ofenda al sentido común con desprecio otorgándole prioridad a una práctica de beis mientras los capos echan redes a río revuelto.
¿Quién asesora al licenciado López Obrador? Insulta a los federales. Antes ofende a los militares, los mejor calificados por la ciudadanía y reconocidos por su labor, porque considera debieran desaparecer las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina e integrarse como guardia nacional. ¡Caray!, el pasto seco y él con el encendedor en ristre. Digo.
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