Claudia Rodríguez
Sería injusto señalar que es el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador el que tiene a la Policía Federal en jaque, cuando la misma institución, pese a las medidas tomadas para enfrentar sus múltiples deficiencias, sigue inmersa en la ineficacia, la corrupción y múltiples arbitrariedades para con la sociedad a quien en principio siempre deben proteger y auxiliar, apegados a protocolos legales y de derechos humanos.
Por décadas se han depurado, borrado, creado y hasta cambiado de nombre a las agencias policiacas y a la vez, se han dado nuevos entrenamientos para tener cuerpos policiacos capaces, eficaces y justos en el combate al crimen. El balance es que hasta ahora se ha fracasado, al grado que Administraciones anteriores permitieron que los militares tomaran la batuta de la seguridad y combate a los crímenes de alto impacto en el país.
Ante el embate de delitos de narcotráfico y demás delincuencia organizada, han pasado cuatro Administraciones federales y ninguna, pese a los esfuerzos coordinados y hasta apurados por el Gobierno estadounidense, ha rendido frutos aceptables para que las fuerzas policiales logren los objetivos incluso los exigidos por los vecinos del norte. En términos de sociedad, en casos particulares ha sido vulnerada por distintas actuaciones de elementos de estos cuerpos en teoría, encaminados plenamente al resguardo de la seguridad de los gobernados.
De nada han valido hasta ahora, los diferentes mecanismos para depurar policías –al grado que ni Asuntos Internos logra notificar a sus propios compañeros, de la apertura de un proceso en su contra, lo que les permite laborar en la total impunidad. Qué decir de exámenes de confianza y controles de supervisión, que no lograr sanear sobre todo de corrupción, a las fuerzas y cuerpos de policía.
Hoy la Policía Federal señala su resistencia a incorporarse a la Guardia Nacional sobre todo por derechos laborales adquiridos; pero no es la primera innovación a la que se enfrentaría este cuerpo policíaco, que por herencia nace incluso de la Policía de Caminos.
Más allá de las corrientes internas y móviles para la manifestación de la Política Federal, también existe el hecho de que esta crisis debió ser prevista, pues como apunta el senador Ricardo Monreal, las mujeres y hombres del gabinete de Andrés Manuel López Obrador, nada más no lo acompañan. Si hay mano negra desde los sótanos de Bucareli o desde el empanizado Calderón, alguien, mínimamente uno; debió prever lo que se organizaba desde el rincón de la oposición.
Acta Divina… El presidente Andrés Manuel López Obrador, declaró que hay “mano negra” en el motín de la Policía Federal.
Para advertir… Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Policía Federal, fue la que más acumuló persistentes denuncias por violaciones a los derechos humanos… hoy quieren de la sociedad su empatía.
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