Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
A lomo del cambio de siglo, la economía del Estado cargó con el lastre del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, transferido al Instituto de Protección al Ahorro Bancario. El podrido saldo fue convertido de deuda contingente en deuda pública.
Desde que se inició el proceso de desnacionalización del sistema de banca y crédito en 1990-1991 se supo que sus nuevos propietarios habían pagado las instituciones asignadas con papeles chatarra. Los miasmas de reprodujeron con los débitos acumulados por otros favorecidos con la “desincorporación” de estratégicas obras de infraestructura y servicios, que están en la panza del IPAB.
Llegó el gobierno de los empresarios, por los empresarios y para los empresarios. Con Francisco Gil Díaz en la SHCP, Vicente Fox inició una política antifiscal de regímenes especiales, devoluciones de impuestos, exenciones y condonaciones en favor de grandes contribuyentes que, para efectos prácticos, no contribuían.
El atentado contra las finanzas públicas alcanzó su quinta potencia durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, gestores de las asociaciones público-privadas, configurativas de delincuencia organizada.
500 mil millones de pesos de obsequio a los plutócratas
Hoy se supo que, por rigurosamente seleccionadas condonaciones, el fisco federal ha perdido de 2007 a 2018 casi 500 mil millones de pesos. Entre los beneficiarios de esa gratuita concesión aparecen 21 instituciones bancarias, las dominantes extranjeras. Se cita al menos el nombre de uno de los magnates mexicanos más ricos del mundo.
La síntesis de ese monstruoso fenómeno es Estado pobre-Cresos particulares convertidos en nuevos Midas. No hay derecho.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.