Francisco Gómez Maza
• Deseo que tenga éxito la política de regalar
• Y que no vaya a resultar una táctica electorera
Para decir la verdad, no estoy muy seguro de que funcione esa nueva táctica presidencial de entregar los apoyos gratuitos e individualmente a los productores.
En el caso de la tierra, las experiencias han demostrado dos situaciones.
La primera: es totalmente condenable que las organizaciones trafiquen y roben los recursos que corresponden a los productores, precisamente para aumentar la producción de alimentos. Este transerío ocurría con los apoyos a ejidatarios y comuneros controlados por organizaciones del PRI. Era un robadero fenomenal y muchas veces, casi siempre, para ser verdaderos, quienes se enriquecían desmesuradamente eran los líderes de las organizaciones, que manipulaban a los campesinos. Además, el apoyo estaba condicionado a que los beneficiados comprometieran su voto a favor de los candidatos oficialistas. Pero de ahí salían camadas de nuevos ricos, como salían de toda la administración burocrática.
De los recursos destinados a la producción una buena tajada quedaba en los bolsillos de los líderes, en una cadena de corrupción en la que el que salía infinitamente menos favorecido era el productor.
Pero también ha habido experiencias en las que los recursos se manejan con honradez y sí llegan a los productores. En Chiapas, por ejemplo, que es el campo experimental que más conozco, hubo, ha habido y hay mucha corrupción en el manejo de los recursos de apoyo a los campesinos. La cadena de corrupción comienza con el gobernador que ya de entrada cobraba (y espero que éste que se dice de Morena ya no lo haga) una pingüe comisión que se depositaba en sus cuentas bancarias personales en instituciones off shore.
Pero también hay experiencias únicas manejadas por organizaciones de la sociedad civil principalmente de la iglesia católica y algunas congregaciones religiosas protestantes afines al obispo católico. Estas excelentes experiencias florecieron cuando vivía el obispo Samuel Ruiz García. También hubieron grandes experiencias en los territorios zapatistas. Ahora no podría afirmar que trascendieron, o que los indios lograron superar su ancestral pobreza y miseria.
Pero el hecho es que con los gobiernos del PRI y del PAN el campo mexicano quedó en la miseria. Sin apoyos de ninguna especie ni en recursos económicos ni en asistencia técnica, ni en promoción de mercados. De ello tiene conciencia el jefe del poder ejecutivo actual y está intentando cambiar las cosas, volver a darle la importancia que tenía el campo antes de la llegada de los gobiernos corruptos al poder.
Si embargo, no estoy seguro de que los apoyos vayan a tener buenos resultados entregándolos individualmente a cada productor porque estos no están educados a trabajar con dinero fácil o con insumos regalados, y sin asistencia técnica (el gobierno no ha anunciado ningún programa para mejorar las técnicas de siempre, de cosecha, de producción.) Y los campesinos están desvalidos.
Como quiera que sea, corruptas o no, las organizaciones del pasado remoto lograron buenos resultados. Recuerdo que La Frailesca, una de las regiones más ricas de Chiapas, logró en aquellos años maravillosos, producir 12 toneladas de maíz por hectárea, e inclusive fue premiada en muchas ocasiones con la mazorca de oro.
Yo sé que el presidente López Obrador está cuidando que la corrupción no vuelva jamás a hacer presa al país y, en este caso, a los campesinos. Y por ello está entregando los apoyos individualmente para que cada productor los use de acuerdo con sus necesidades. Además, los recursos son regalados y nada regalado tiene buenos resultados. Espero equivocarme.
Ojalá se echara a andar un programa de educación que hiciera responsables, muy responsables, a los productores para que utilicen los recursos que les da el gobierno a mejorar la productividad y aumentar la producción de alimentos.
Y el caso del estado de Guerrero puede ser un buen inicio. Este miércoles el gobierno les entregó a los productores toneladas de fertilizantes, sin intermediarios, lo que, dicen las autoridades, “aventaja la producción”. Y yo digo que si podría aventajar la producción si los productores estuvieran educados a preparar la tierra, sembrar las semillas, esperar y rezar y alegrarse con una muy buena cosecha.
Por lo que se refiere al estado de Guerrero, la entrega de fertilizantes a productores significa una inversión de mil 500 millones, especialmente para los más necesitados. Pero precisamente por ser los más necesitados, me pregunto: ¿los utilizarán para la producción, o para comer el día de hoy?
El presidente presentó la mañana del miércoles los avances en la entrega de fertilizantes en Guerrero. El apoyo – dijo – tiene como objetivo incrementar la producción de maíz, frijol y arroz en el estado con mayores índices de pobreza y desnutrición. Buen propósito. Veremos si se logra.
Este programa es para producir alimentos, sobre todo los básicos. El gobierno decidió invertir mil 500 millones de pesos para más de 200 mil productores, la mayoría pequeños. Se aumentará la producción y habrá más alimentos, más comida para la gente, señaló AMLO. Veremos, dijo el ciego.
Pero aún no estoy convencido. Los problemas de la pobreza no se resuelven regalando el dinero. El viejo axioma chino es contundente: “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día. Enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”