Claudia Rodríguez
Engañar y usar
En la cercanía de cualquier jornada electoral, el sistema democrático en México está diseñado en primer lugar, para que los ciudadanos no sólo nos convirtamos en el público objetivo de la andanada de proyectiles publicitarios que contienen variadas promesas “de hacer y hasta dejar de hacer” en la Administración correspondiente; sino que somos los que al final damos el aval de validez en tierra a la jornada electoral –con todo y el abstencionismo que siempre está presente en porcentajes importantes el día de elección.
Por mucho tiempo, las palabras no cumplidas de quienes arribaban al poder no han tenido mayor sanción, más que el castigo del voto ciudadano en próxima elección; hoy es la revocación de mandato la que está presente para calificar a “medio tiempo”, el desempeño de los gobiernos; pero aún tenemos que arribar al momento de ver cuál su curso y resultados en un primer intento.
Ciudadanos exigen seriedad
Hay algo que debe quedar claro, más allá de si funcionen las instancias y organismos para sancionar a quienes sean desleales a sus gobernados; también debería existir un sensor de ofrecimientos que queden en el aire; porque el voto ciudadano tiene un peso específico en la vida, desarrollo y oportunidades de toda una sociedad. A las promesas incumplidas debería corresponder una sanción inmediata y no sólo el juicio histórico. Si el sistema democrático está diseñado para hacer ofertas “engañabobos”; somos los ciudadanos quienes deberíamos abogar por que tal práctica no sólo se evite, sino que se elimine. Nos ahorraríamos mucho dinero destinado a las campañas de mentiras dirigidas a los votantes y al final, se iniciaría un proceso electoral de total respeto a los ciudadanos y gobernados.
La división que insulta y discrimina no abona
Hoy México está marcadamente dividido en el tema político electoral –hay quienes señalan que entre chairos y fifís–, por el apoyo o desaprobación de quien está a la cabeza del Poder Ejecutivo de la Federación y así no se promueve el respeto que merecemos para ser tratados como ciudadanos de altura. Con toda y las deficiencias hacia el electorado de nuestro sistema democrático, con una elección definida y con las sanas diferencias ideológicas, la mayoría deberíamos al menos implorar porque cada toma de decisión del nuevo Gobierno empezará a proveer lo que cada uno de los gobernados merece, y no abogar para que cada decisión o instrucción presidencial, sea un tropiezo que como bumerán afecte a agrandes grupos de mexicanos.
Si se quiere ser tratado seriamente en cada elección, se debe igual, ser congruente en el camino a la misma.
Hay mucho que afinar en la participación política ciudadana, sobre todo, que no solamente sea tomada en cuenda, el día mismo de la elección.
Acta Divina… En calidad de presidente electo, Andrés Manuel López Obrador afirmó que cumpliría todas sus promesas de campaña.
Para advertir… La pregunta es si ya está cerca. Todavía se cuentan en millones los que tienen esperanza.
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