Claudia Rodríguez
Crecer al 6% promesa y compromiso
Ya no sólo es una promesa de campaña electoral del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, sino incluso está plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo (2019-20124), el que, hacia el final del sexenio en curso, crecerá la economía a un ritmo del 6% anual; lo cual se proyecta deseable, pero al compás actual, tendría que estar ya por detonarse el gasto público, incluso para llegar al 2% que para este año prevé el mandatario federal.
En el mundo hay historias de éxito económico reciente, que han implicado costos sociales de peso hasta de desigualdad social, pero que los ubican como los leones de la economía mundial, exceptuando el paso seguro en ese campo, de Estados Unidos, Japón, la región del euro y por supuesto, China.
El México que se visualiza por la presente Administración, requiere para crecer de la detonación de la actividad económica que garantice en primer lugar la movilidad social y el impulso de mercados como el inmobiliario y el de construcción.
No basta la purificación
Sólo con el combate a la corrupción en el segmento de los servidores públicos y asociados del sector público, no se irrumpe en la economía nacional con características positivas. El recorte de plazas laborales que como costumbre se hacía en otras Administraciones a nivel federal y local al principio de sexenio, se estabilizaba con la definición del gasto público y la recomposición de equipos; pero hoy los despidos de centros de trabajos de los talacheros como dijera y bien, Hernández Licona, debido a la austeridad de apellido Republicana, ha constreñido el gasto a niveles superlativos, simple y sencillamente porque el poder adquisitivo de los trabajadores está o disminuido o nulificado.
Para cuándo las bases del crecimiento
Crecer al 6% sería maravilloso para el país, para lo cual se requieren muchos factores en conjunto: paz y seguridad, educación de verdadera calidad y con garantía de mejores empleos justamente remunerados, seguridad social, plazas laborales para quienes las demanden, diversificación de la economía, impuestos que no parezcan extorsión o robo, inversión privada… ¿Cuántas rutas de las antes mencionadas se pueden palomear como factores favorables para la detonación en corto, de la economía nacional?
Ya ni el Fondo Monetario Internacional (FMI), cree que habrá crecimiento consistente para este año del 2%, reduciendo su expectativa al 0.9%.
Ojalá y todos quienes vemos el camino empedrado para este Gobierno, logremos ver cómo salva los obstáculos y al menos cumple lo que prometió, no más.
Pobres somos casi 120 millones de mexicanos. Sólo que unos trabajamos largas jornadas y otros en su precariedad, ni oportunidad laboral tienen. La esperanza cumplida debe ser para todos los mexicanos y que la clase media cada vez más golpeada, no sea la que siga pagando como siempre, los platos rotos.
Acta Divina… Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, insiste en que México al final de su sexenio llegará a cifras superlativas y competitivas de crecimiento.
Para advertir… El facilitador de la inversión y crecimiento económico, siempre será el Gobierno en turno.
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