FRANCISCO RODRÍGUEZ
Ahora con la 4T, la industria petrolera nacional se está perdiendo en medio de un mar de corrupción. No hay dirección, coordinación sectorial energética, programas serios de rescate, ni sindicato posible que acompañe en campo las acciones dispersas. Puros bastonazos de impostores al avispero. Los ciegos y los farsantes son los dueños absolutos de la piñata.
No puede ser que no haya en esa montaña de oficinas y supuestos encargados de la producción, de investigación, de conocedores y liderazgos de lo que alguna vez fue el orgullo del nacionalismo mexicano, alguna alma piadosa que le diga al Jefe de las Instituciones en lo que se ha convertido Pemex y, en general, el sector energético, en manos de ambiciosos despiadados y delincuentes.
Por más amenazas externas que llueven sobre el ambicioso plan de rescate no hay quien le diga al Presidente que por ahí no se va sino al fracaso rotundo. Aunque no se pueda creer, las inversiones de un billón de pesos que se propalan sólo son para explorar pocitos de aceite que no han comprobado ni su viabilidad, ni su capacidad.
Los pocitos que dejó Peña Nieto para cubrir su retirada no tienen sino algunos miles de barriles que podrán extraerse al costo de un billón de pesos, si nos va bien, hasta después de este sexenio. Son un atraco engaña bobos cuyas localizaciones ya existían hace décadas. Pero Octavio Romero Oropeza no lo sabe.
Aldana quedó al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros
¿Para qué quiere Octavio Romero Oropeza esa cantidad de dinero que está fundada sobre una suposición ilusoria? Si de verdad se quiere que se produzca un millón más de barriles de crudo diarios, sólo se requiere que los rufianes a cargo del STPRM dejen de robárselos en altamar, en las boyas de distribución de las plataformas Akal de Campeche.
Si de verdad se quiere que la productividad alcance los logros del pasado, sólo basta que la empresa decida abrir las válvulas de los tres mil pozos que Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana cerraron para que sus patrones del extranjero continuaran robando los combustibles en la otrora faja de oro del Golfo de México.
No es posible que nadie le haya dicho al titular del Ejecutivo Federal que Ricardo Aldana, el socio y cómplice de Romero Deschamps, el mismo que por falta de una decisión valiente de sustituir a los rateros y farsantes, quedó al frente del Sindicato petrolero para continuar profundizando el desastre de la industria y de la Nación en su conjunto. Nadie puede ser eximido de responsabilidades.
Romero Deschamps y Ricardo Aldana comandaron el huachicoleo
Ya es tiempo de que AMLO asuma su investidura. Si esto sigue una temporada más, la industria se irá al caño. La presencia de Aldana al frente del sindicato está prolongando la agonía de los obreros que en campo sufren las amenazas de los dirigentes espurios, asociados con los gerentillos regionales de Pemex, aplicando toda serie de injusticias contra los trabajadores y sus familias. Esto no puede ser.
No puede premiarse así el daño que estos sujetos han hecho a la patria. Romero Deschamps y Ricardo Aldana son los mismos que comandaron el huachicoleo en tierra y mar, los que apoyados por gobiernos espurios durante treinta años entregaron el manejo y la supervisión de los ductos petroleros a las empresas extranjeras.
Los mismos que se han robado el equivalente a varios billones de pesos del presupuesto nacional en petróleo líquido que fue producido en tierra firme, aguas someras y altamar y fue rematado en mercados negros.
Los mismos que se robaron los fideicomisos de los trabajadores y sus fondos de resistencia, que están depositados a sus nombre en Nueva York y en Houston, utilizando como prestanombres a los mismos que trafican con las afores de los obreros para cobrar las deudas del mega aeropuerto de Texcoco. Y los medios de comunicación vendidos han hecho su parte, guardando silencio antinacional.
Tienen amenazados a los petroleros, que no ejerzan sus derechos
Romero Deschamps y Aldana son los mismos que, en abierta complicidad con los directores de Pemex, saquearon a placer las arcas de la empresa, repartieron los contratos patito, tendieron los ductos bajo el terreno donde se quiere construir la refinería de Dos Bocas y clausuraron con alevosía, premeditación y ventaja los mejores pozos productivos del país, para dejar a México a merced de los adversarios del planeta.
Los mismos que se han enriquecido bestialmente con el dinero de los trabajadores, los que tienen mansiones en el extranjero para refugiarse, jets privados de lujo para sus viajes de descanso, inversiones multimillonarias en paraísos fiscales, construidos expresamente para amigos, jefes y socios.
Los mismos que tienen a los trabajadores petroleros amenazados, impidiéndoles que puedan ejercer sus derechos laborales y políticos para renovar el sindicato, para lograr condiciones civilizadas de trabajo y subsistencia. Los que aplican una conveniente reforma laboral a contentillo de los delincuentes.
Por la falta de decisiones del gobierno; ha abdicado de sus funciones
El colmo, los mismos que se asignaron la montaña de asesores de lujo, los cargos sindicales que le permiten a Ricardo Aldana ocupar ilegalmente el cargo que no se le reconoció a Romero Deschamps.
Los mismos que, violando el derecho constitucional, las leyes laborales y el contrato colectivo de trabajo firmaron ilícitamente al alimón con el actual director de Pemex un arreglo en lo oscurito para prolongar la agonía de la industria petrolera nacional.
En lugar de cárcel, canonjías, prebendas que atentan contra la Ley, y contra la dignidad de los mexicanos. A esto hemos llegado por la falta de decisiones de un gobierno que ha abdicado de sus funciones constitucionales. Lo que nos espera es que todo vuele por los aires.
¿Nueva ley de austeridad? ¿Para qué si impera la ley de la selva?
Lo que nos espera es que la única industria productiva nacional vaya directo al caño. Por este camino, no, Presidente. Los mexicanos no nos chupamos el dedo. Estamos hartos de tanta desvergüenza. Queremos justicia, no remedos.
¿Ese es el país que quiere la “honestidad valiente”?
¿Para eso sirve el slogan “por el bien de todos, primero los pobres”?
¿Para qué se quiere una nueva ley de austeridad, si en la práctica va a seguir imperando la ley de la selva?
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Una investigación de Enrique Hernández para El Núcleo da cuenta: “El lujoso avión Cessna Citation Sovereign 680 tiene 12 asientos de piel color miel, una pantalla por lugar para reproducir películas, música o libros electrónicos, así como una cómoda y espaciosa mesa color vino de un brillo intenso donde se colocan las bebidas y alimentos para cada uno de los viajeros. Este avión, que sólo poseen personajes como el abogado Juan Collado Mocelo y las fuerzas armadas de Chile y Egipto, es el que Petróleos Mexicanos (Pemex) compró para “el combate al crimen organizado en el robo de hidrocarburos y vigilancia de sus instalaciones estrategias”, según cita la misma Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la descripción que hace de esta nave. Sin embargo, la aeronave que tenía como fin combatir evitar el robo (huachicoleo) de combustible, se utilizó para vuelos que no eran de vigilancia ni a instalaciones estratégicas, para personajes como José Antonio Meade, José Antonio González Anaya, Carlos Alberto Treviño Medina, Eduardo León Trauwitz, Carlos Romero Deschamps y su hijo… Ricardo Aldana Prieto, presidente del Consejo General de Vigilancia del Comité Ejecutivo General del STPRM, y Fernando Navarrete Pérez, secretario del Interior, Actas y Acuerdos STPRM, fueron trasladados en varias ocasiones por el avión de Pemex a Ixtepec, Oaxaca; Mérida, Yucatán; Ciudad del Carmen, Campeche, así como a Villahermosa, Tabasco. Romero Deschamps y Aldana Prieto son líderes sindicales que por varios años se han movido en la política nacional y de muchas maneras aportaban parte del soporte social al PRI, al tiempo que protegían los intereses (propios y) de los petroleros con su presencia en el Congreso de la Unión.”
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