* Todavía falta mucho por resolver en temas migratorios, pero siempre bajo el ojo de halcón de los especialistas de Estados Unidos
Gregorio Ortega Molina
Porfirio Muñoz Ledo, que tiene más regresos que “Armillita”, ya repuesto de la operación de vesícula y arreglado el espíritu para ocupar su curul y permanecer de presidente de la Cámara Baja, recibió en su casa a un pequeño grupo de migrantes congoleños en México, para explicar, a quien quiera oírlo, cómo y porqué el libre tránsito aquí, está en peligro.
Decidieron, las autoridades federales, aplicar una ley migratoria vigente, sin normas ni recursos para contener a los que llegan a la frontera sur, o ingresan a territorio nacional por mar o aire, pero sin la documentación adecuada; repito, para contenerlos sin agravios y sin que parezca que sólo se obedecen las órdenes de Estados Unidos, que eso es lo que hacen.
Quienes sí se dan cuenta de lo que ocurre, como los integrantes de La Clínica de Acción Legal del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM y el Instituto de Mujeres Migrantes, hacen un llamado a la SCJN para poner fin a las revisiones arbitrarias que vulneran los derechos humanos de personas mexicanas.
“Ambas instituciones coinciden en la importancia de que la SCJN se pronuncie en contra de que agentes migratorios juzguen la nacionalidad y el estatus migratorio de una persona por su aspecto, lo que es discriminatorio y humillante.
“La SCJN tuvo la oportunidad de sentar un precedente muy importante sobre la discriminación a la población mexicana, por parte de agentes migratorios durante las revisiones migratorias en carretera, que sólo deben realizar a extranjeros”.
Se preguntan los integrantes del organismo universitario y las mujeres del IMUMI, y nos preguntamos, ¿cómo sabe un agente migratorio, con sólo mirar, que una persona es mexicana o extranjera, y en consecuencia revisarla? Y en un país tan diverso, ¿cuál es el concepto de persona mexicana para los agentes de migración?
“Hoy en día, la respuesta es arbitraria y queda a criterio de las autoridades. Esto significa que si un agente del Instituto Nacional de Migración (INM) detiene un autobús o un vehículo y piensa que una persona a bordo no se ve como mexicana, esa persona puede ser deportada del país.
“Esto da pie a detenciones arbitrarias de personas mexicanas. Por ejemplo, en septiembre de 2015, en Querétaro, agentes migratorios detuvieron a un grupo de indígenas tzeltales de Chiapas, dos mujeres -una de ellas menor de edad- y un hombre, por no parecer mexicanas. Ninguna hablaba español. Tras su detención fueron llevadas a una estación migratoria. Durante varios días fueron sometidas a tratos crueles, inhumanos y degradantes, con el fin de que admitieran ser de Guatemala”.
Todavía falta mucho por resolver en temas migratorios, pero siempre bajo el ojo de halcón de los especialistas de Estados Unidos.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio