Claudia Rodríguez
Producciones cinematográficas, nula investigación
El guion de acción y ficción que a principios de mayo de 2016 se divulgó desde Tamaulipas, cuyo principal actor fue el futbolista Alan Pulido al señalarse había sido secuestrado y lograr liberarse él mismo, no se lo creyó nadie, sobre todo porque los gobernados sabemos de lo que son capaces los criminales –más cuando hay capacidad económica de por medio–; así como también desafortunadamente, se conoce de la ineficacia de las autoridades. Nos quisieron aplicar el video rescate de la francesa Florence Cassez y de plano fue difícil creerlo con tales antecedentes.
En aquellos días, corrió como pólvora en las redes sociales, la confirmación de que el futbolista mexicano Alan Pulido, entonces parte del club griego Olympicacos, había sufrido un secuestro en tierras tamaulipecas.
Sólo bastaron 24 horas para que el Grupo de la Coordinación Tamaulipas informara del rescate del jugador profesional, mismo que se logró, afirman, en primer lugar, con una llamada de emergencia al 066 que realizó el propio secuestrado.
Uno entre miles
Se tendría que ser muy crédulo, para aceptar que una víctima de secuestro logró solicitar ayuda pese a sus raptores, en un Estado asolado por la inseguridad, la violencia y las mafias criminales aún en el 2019. ¿Casualmente? un mes después habría elecciones para elegir gobernador, presidentes municipales y diputados del Congreso local, elecciones en las que, sin duda, el priismo sería calificado por los votantes en las urnas.
Para aderezar aún más la eficacia del gobierno priista de Tamaulipas al frente Egidio Torre Cantú, se informó que la Marina, el Ejército y las fuerzas de la Policía por órdenes del mismo secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; buscaban a Pulido.
Al pastel mediático, le faltaban las velitas que también llevaron con la organización de un evento a medios para presentar al secuestrado y liberado de forma rápida, eficaz y sin un rasguño, ni siquiera se supo que había bajo un vendaje en una muñeca de la mano de Pulido, y todavía había más de la escena truqueada; tampoco se permitieron preguntas de los periodistas que cubrían tal evento –no fuera a suceder que se les hiciera engrudo el “pastel crudo y deforme” de la “eficacia priista” para atajar al crimen.
El escepticismo no sólo sobre el secuestro, sino de las acciones de las autoridades, también corrió como pólvora en donde se originó el guion: en las redes sociales.
AMLO no tiene excusa
Si los priistas hubieran sido tan enérgicos para liberar a un futbolista secuestrado, las preguntas caen como cascada para interrogarlos porqué la investigación del paradero de los 43, sí 43 normalistas de Ayotzinapa, nada más no fructiferó y sólo como es su costumbre, tejieron otro guion que no sólo fue rechazado por los familiares de los normalistas desaparecidos, sino también por la sociedad y organismos internacionales.
Hoy toca al presidente Andrés Manuel López Obrador cumplir su palabra para encontrar la evidencia fidedigna de en dónde están o en dónde quedaron. Las acusaciones en contra de la ineficacia de los anteriores presidentes, está por demás; ya que 30 millones de ciudadanos le otorgaron la batuta para gobernar y hacerlo bien; no para quejarse.
Lo de Pulido, fue una pifia, tal como lo de Cassez… y cuántos más.
Acta Divina… Reafirma el presidente López Obrador, de encontrar a los normalistas de Ayotzinapa “lo más rápido posible”.
Para advertir… O sea que no hubo compromiso real.
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