MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Ni temprano ni tarde, puntuales y con evidente ánimo de imponer voluntades personales y del grupo radical de Morena, Tatiana Clouthier Carrillo y Mario Delgado Carrillo emprendieron la embestida contra la presidenta de la Cámara de Diputados, la joven panista Laura Angélica Rojas, con descalificaciones simplistas y desproporcionadas de sabelotodo, abiertamente misóginas amén de protagonistas.
¡Ah, los apetitos de poder!
Mire usted. El artículo 23 de la Ley Orgánica del Congreso General en el numeral 1 fracciones b) y o) es claro por cuanto a las facultades de la Presidencia de la Cámara de Diputados: b) Citar, abrir, prorrogar, suspender y levantar las sesiones del Pleno; y aplazar la celebración de las mismas en los términos de la parte final del artículo 68 constitucional; o) Ordenar el auxilio de la fuerza pública en los casos que resulten necesarios.
Bueno, bueno, los Carrillo se apresuraron a descalificar la decisión de la diputada presidenta Rojas Hernández de solicitar la presencia de la fuerza pública, el martes pasado cuando las huestes de la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación amagaron con volver a secuestrar al Palacio Legislativo de San Lázaro e impedir aprobar tres leyes secundarias de la Reforma Educativa.
Mario Delgado Carrillo, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja y coordinador de la diputación federal de Morena, había admitido que no se cumpliría con el plazo legal previsto para este 12 de septiembre de aprobar la Ley General de Educación, la Ley de Carrera Magisterial y la Ley para el Sistema de Evaluación Continua; refirió que en las próximas dos semanas se lograrían los consensos para ser avaladas por el pleno cameral.
Bueno, Mario sabe cómo se las gasta la CNTE. En marzo pasado el magisterio disidente secuestró a la sede cameral; durante dos semanas impidió el trabajo legislativo, logró posponer la aprobación de la nueva Reforma Educativa, dobló al secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, y obligó a la intervención del presidente López Obrador quien instruyó la negociación a extramuros de la Cámara baja.
En aquella ocasión, en especial el 27 de marzo último, hubo jaloneos y connato de violencia cuando el dictamen de la Reforma Educativa fue aprobado bajo presión en la Cámara de Diputados, lo que provocó el enojo de profesores disidentes que pretendieron encerrar a trabajadores, diputados y reporteros.
¿Hay acuerdos inconfesables de la Sección XXII de la CNTE con el ala radical de Morena y el propio presidente López Obrador? ¿Por qué se obstaculizó con procedimientos legaloides cumplir lo previsto en el artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso para elegir a la Presidenta de la Mesa Directiva en el segundo año de la LXIV Legislatura en curso?
Mario Delgado Carrillo jugó un especial papel en este accidentado proceso que culminó con una cerrada votación que apenas logró la mayoría calificada que concluyó con la aspiración reeleccionista de Porfirio Muñoz Ledo, aunque horas antes de la elección renunció al segundo periodo.
Y desde la tarde del martes pasado operó con una singular postura en la que pretendió alzarse como la conciencia legislativa y en la sospecha de privilegiar la protesta magisterial de esta disidencia que en marzo lo rebasó y llegó hasta las puertas de Palacio Nacional y de la SEP, incapaz de negociar en su ámbito y encauzar a la diputada presidenta de la Comisión de Educación, que igual el martes pasado andaba desconcertada por el desalojo del Palacio Legislativo de San Lázaro, ante el amago del secuestro del recinto.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas, se dijo absolutamente respetuosa de la libre manifestación y expresión y no solicitaba la fuerza pública para desalojar a los manifestantes.
Y es que Delgado Carrillo le pidió, casualmente, no criminalizar a la protesta social e Invocó: “se debe privilegiar el diálogo y no la intervención policial que pueda generar un riesgo de confrontación indeseable en estos tiempos”.
Pero, ayer junto con Tatiana Clouthier Carrillo, vicecoordinadora de la bancada de Morena, aprovechó una conferencia de prensa para recrudecer la descalificación contra la diputada presidenta, aunque Tatiana fue más severa.
Incluso, en su cuenta de Twitter la colega @ivonnemelgar refirió:
“La descalificación de la diputada @tatclouthier contra la presidenta de la @Mx_Diputados @Laura_Rojas_resulta:
Insólita
Desproporcionada Machista
Y linda en la violencia política de género.
¿Puede un gesto ser evidencia de un atributo o de la falta de éste?
Saña gratuita.”
Y sí, saña gratuita, evidencia de ese revanchismo aderezado para los apetitos de poder. Tatiana Clouthier, quien suele alzarse sabelotodo frente a los reporteros, acusó que con la petición de la fuerza pública y la orden de desalojar al recinto legislativo, la presidenta Laura Angélica Rojas mostró su inexperiencia porque la presencia de manifestantes no representaba riesgo. Sostuvo que fue una irresponsabilidad.
“O sea, la manera en que el anuncio se dio, creó problemas, ustedes vieron cómo se dieron las cosas ayer, cómo la gente salió, parecía que veníamos a ser tomados por un comando a mano armada con un potencial que jamás podríamos o que iban a fumigarnos con un ántrax; o sea, fue una irresponsabilidad y esto dicho desde mi persona, cómo se dieron las cosas la manera en que nos comunicaron”, acusó.
La joven presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas, evitó responder a la diputada Tatiana Clouthier.
“Yo no voy a entrar en ningún diálogo con ningún diputado, ahora yo represento la unidad de la Cámara de Diputados; por supuesto yo no comparto las declaraciones de la diputada, pero no le voy a responder, merece todo mi respeto igual que cualquier otro de los diputados”.
Puntualizó que fue una medida preventiva, consultada entre la Jucopo y la mesa; no fue una decisión unilateral, la ejecutó el personal que depende de la secretaría general y recordó que su obligación, como presidenta de la Cámara de Diputados, “es salvaguardar las instalaciones y seguridad del personal del recinto”.
Tatiana había acotado la diferencia en cómo se manejaron las cosas durante la presidencia de Porfirio Muñoz Ledo; consideró que tal vez por nerviosismo Laura Angélica Rojas actuó como lo hizo. Y en tono docente dijo que el reto de la presidenta cameral es que tendrá que aprender y entender cuál es la función que le corresponde.
Lo cierto es que la inexperta y nerviosa presidenta, como la calificó la diputada Tatiana, asumió una postura más madura y firme que la de la pareja legislativa Carrillo. Mario con las recomendaciones que en marzo último fueron un fiasco y metieron en un problema a su jefe, el Presidente, y su amigo Esteban Moctezuma con la “bien llamada” Reforma Educativa; y Tatiana con el cobro de facturas del fracaso de la operación orquestada por ese grupo radical de Morena que buscó mantener a Porfirio Muñoz Ledo en la Presidencia cameral, con la anuencia de éste que ahora amaga con ser peligroso desde su curul.
¡Vaya con los apetitos! Y esto apenas comienza. Digo.
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