Joel Hernández Santiago
A Donald Trump no le está yendo bien en Estados Unidos. Según informó la representante demócrata Nancy Pelosi, en el Congreso estadounidense se inicia un proceso de “Juicio político” a fin de destituir al mandatario de su cargo por razones de Estado.
… Y al parecer la líder demócrata no va sola. Hay evidencias de que representantes republicanos –de mismo partido con el que Trump llegó a la presidencia—están de acuerdo en que, lo que ha hecho el presidente, rebasa todo límite de legalidad y atenta en contra de las instituciones del país.
Por supuesto el mandatario estadounidense se ha indignado. Y, fuera de sí, mostró hace unos días toda su furia ante los primeros avances de la investigación en el Congreso para su posible “impeachment” o juicio político.
Esta investigación arrancó a solicitud de congresistas demócratas luego de que se filtró una charla del 25 de julio en la que supuestamente Trump presionó al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, para obtener información comprometedora sobre el demócrata Joe Biden, uno de sus oponentes políticos de cara a las elecciones del próximo año y cuyo hijo trabajaba para una empresa de gas en Ucrania. A esto se suma un caso similar con el gobierno de Australia.
Durante una comparecencia frente a la prensa junto al primer ministro finés, Sauli Niinistö, el miércoles 2 de octubre, se lanzó con todo en contra Joe Biden, contra los medios de comunicación, a los describió como “corruptos” y contra los legisladores demócratas, a los que acusó de “traición”.
En todo caso, Trump ha querido involucrar a México en su desesperada lucha por salir ileso de esta nueva andanada política en contra de él y hace apenas unos días dijo que el procedimiento con el que lo amenazan los demócratas podría impedir la firma del Tratado de Libre Comercio entre México-Canadá y Estados Unidos…
Pero aún más, en medio de la batalla política interna, e indignado por su turbulencia política, Donald Trump dijo el 27 de septiembre en una breve conferencia de prensa en la base militar de Maryland, “Nada se logra, excepto cuando lo hago. Estoy usando a México para proteger nuestra frontera, porque los demócratas no cambian las lagunas en la legislación”, y agradeció al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por el despliegue de 27 mil soldados que blindan la frontera norte de México.
Y estos agradecimientos y estos halagos a la ayuda del presidente López Obrador –que saben a burla– han sido frecuentes de unos meses a la fecha, sobre todo a partir de que el gobierno mexicano quiso solucionar la posible imposición de aranceles especiales a los productos nacionales si no hacía “algo” para detener el flujo migratorio centroamericano a Estados Unidos según le exigía Trump.
Y lo hizo. Envió tropas a la frontera sur y a la frontera norte para evitar el paso hacia México y hacia Estados Unidos. Y de hecho aceptó que mientras se resuelven los casos de solicitud de asilo en Estados Unidos, los migrantes deberán permanecer en territorio mexicano, y a los que se les otorgará apoyo en salud, educación y si es posible ocupación. Lo que de hecho convierte a México en un Tercer País Seguro, lo que ha negado enfáticamente el gobierno de México.
En todo caso no se ve cómo el gobierno de México obtiene beneficios con esta ayuda costosísima para los mexicanos, porque implica una gran inversión en seguridad y una pérdida de seguridad interna ya que se tiene ocupada a esta gran cantidad de elementos en la vigilancia migratoria.
Pero parece ser que Trump ya le tomó la medida al gobierno mexicano. Y les lanza declaraciones que los hace temblar y acceder.
Lo de que no se firmaría el Tratado de Libre comercio sacudió a la administración de López Obrador y en apoyo del dicho de Trump, pronto salió a declarar el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio González, quien advirtió que la falta de ratificación del nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) pone en riesgo la economía norteamericana y del país.
En reunión con la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, dijo que el proceso electoral en Estados Unidos, el estilo de mezclar política comercial con otros temas y la posibilidad de un impeachment (juicio político) en contra del presidente Donald Trump, son factores que generan incertidumbre en el país.
Sin embargo el 2 de octubre pasado la misma Nancy Pelosi dijo que no, que lo del Tratado de Libre Comercio con Canadá y México sigue delante de manera normal, que se analizan las cláusulas y que si hay una detente es porque el gobierno de Trump no ha explicado en detalle los alcances y procedimientos de algunas de las cláusulas comerciales.
Así que en esas estamos: Trump con sus problemas allá, involucra a México para demostrar que tiene el control de su frontera con ayuda de nuestro país; lo del Tratado sigue, aunque Trump acusa a los demócratas de que no quieren firmarlo y mientras tanto presiona a México a sabiendas de que México “no quiere problemas con su gobierno”…
Las reglas de respeto y buena vecindad entre países son sustento de una política internacional sana; y se basan en lo político y en lo comercial, pero también en la soberanía y en la responsabilidad de cada uno para garantizar la seguridad nacional de cada quien.
Y cuenta con un altísimo grado de dignidad, y responsabilidad nacional. Y esto es algo que parece que ninguno de los dos países tiene claro en este momento. Y en esto, el gobierno mexicano tiene mucho qué explicar a los mexicanos: con verdades y certezas: no con ocurrencias.
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