FRANCISCO RODRÍGUEZ
En una sociedad abierta la sospecha es una prerrogativa fundamental de la opinión pública. Es un derecho ciudadano que puede oponerse frente a cualquier régimen político, siempre y cuando se presuma que se vive en un Estado social y democrático de Derecho. Forma parte del catálogo de preguntas que, cuando se esgrimen datos duros, la respuesta debe ser ineludible, inaplazable.
Cuando los datos duros se imponen a la propaganda de Estado, todos estamos –gobernados y gobierno– bajo sospecha improrrogable, inexcusable. Hacer mutis frente a ella pone en riesgo la forma de convivencia, el arreglo social en el que el poder se disciplina a través de reglas. Nadie puede estar exento de su alcance.
Nadie, tampoco, puede mandar por encima de la razón legal, aún cuando se trate del Presidente más votado de la historia reciente, menos cuando están en jaque los proyectos prioritarios que consumen el esfuerzo pecuniario de todos los ciudadanos, de todos los habitantes. “Conozco a alguien que tiene más espíritu que Napoleón, que Voltaire, que todos los ministros presentes y futuros: la opinión pública”, dijo el gran Charles Maurice de Talleyrand.
En las “mañaneras”, todo es de dientes para afuera
Y entre las potestades de la opinión pública está el fundamento de la transparencia, de la honestidad y de la vida democrática, la sospecha del ciudadano. Ésa que en los regímenes fascistas ha querido ser vaciada de contenido, el reducto frente a cualquier despotismo o tiranía. Mientras viva, seguirá latente la vida civilizada.
Aunque en las conferencias mañaneras se expongan otras consideraciones y se produzcan dicharachos y chistoretes, no pueden hacerse de lado las cuestiones que flotan en el ambiente acerca de si el Titular actúa engañado por sus colaboradores, o no pregunta o no le interesa saber sobre los graves asuntos de corrupción que están dando al traste con el país, la idea de gobierno y la confianza de la población.
Los rebeldes petroleros, ésos que llevan años pidiendo la destitución de la dirigencia espuria y exponiendo los graves delitos cometidos por la misma contra los intereses superiores de la Nación, no se conforman con las aseveraciones superficiales que instan a luchar por la democracia sindical, por la protección del patrimonio nacional.
Porque todo es de dientes para afuera. No puede ni podrá haber democracia sindical si el Estado le ha confiado nuevamente, a pesar de las miles de denuncias graves, a los mismos rufianes, el escritorio de la dirigencia, el manejo de los padrones y la influencia definitiva para orientar el voto de las secciones petroleras a favor de los rateros de siempre, de los que ilegalmente llevan casi 30 años reeligiéndose en el pandero.
Y éste es un asunto de la mayor importancia, toda vez que el Estado ha decidido no sólo apoyarlos, sino seguir jugando el mismo jueguito de invertir cantidades estratosféricas de nuestro dinero en un pozo sin fondo, que puede arrastrarnos a todos otra vez a la desgracia ya conocida. El precio de Romero Oropeza, director de Pemex ha sido alcanzado, y eso es un dato duro que no debe desconocerse.
Las soluciones están a la mano. Y nadie las toma
El país no está para esos trotes, menos para esos desaguisados. Tenemos muy poco dinero en las arcas para destinarlo al derroche de una aventura que sólo favorece a rateros de baja estofa. Por esas decisiones corruptas, Pemex puede ser la tumba propiciatoria del régimen y de México.
En todos los tonos nos hemos preguntado si no sería más fácil, sin meter un sólo centavo, recuperar el millón diario de barriles robados por las pandillas sindicales en la Sonda de Campeche, abrir las válvulas de más de mil pozos productivos que fueron clausurados, y dejar de hacerle al Tío Lolo con esta burla que ofende a todos los que vivimos en este país.
Pero no. Pemex y el gobierno en su conjunto insisten en que es mejor invertir un billón de pesos en la exploración y perforación de yacimientos seguramente inexistentes, que en poner punto final a esta comedia de equivocaciones y dispendios francamente ridículos y trágicos. La solución está a la mano y nadie la toma. Eso es complicidad y corrupción, aquí y en China.
Con un billón de pesos libres en las manos, el régimen podría iniciar exitosamente el ingreso de México a la economía del conocimiento, arribar a la modernidad y al desarrollo pleno, utilizando los recursos que se liberarían de las manos de los gañanes. ¿Por qué no empezar ya? La única respuesta es que hay fraudes encubiertos de por medio.
Fracaso inaudito en las becas para jóvenes
Un investigador lúcido como lo es Macario Schettino ha demostrado con datos duros el fracaso y la rapiña que ha invadido al programa de becas para jóvenes. ¡Sólo el 4% de beneficiarios y de empresas comprometidas es real! Lo demás es apariencia. La recesión mexicana y el entorno internacional definen un panorama estancado y sólo en las mañaneras tienen “otros datos”. Fiasco de programas sociales, fracaso de la política económica, sospecha latente.
¿Para qué dedicarlo todo al fracaso anunciado de Pemex en esas condiciones y a programas sociales corruptos? No hay ni habrá respuesta satisfactoria mientras se sigan escudando en frases huecas y en sonsonetes fuera de foco. No es posible continuar por este camino.
Recuperar recursos de los fraudes al fisco
Existen engaños en el ramo de la salud, en los programas clausurados de promoción agropecuaria, en programas sociales, en lo del Tren Maya, en los obstáculos de mercachifles a la nueva refinería, en la sequedad económica provocada por la parálisis en los permisos de construcción, en casi todo el panorama nacional de hoy en día.
Si realmente se tuviera amor por el país, se recuperarían afanosamente los cientos de miles de millones en deudas fiscales, exenciones y devoluciones ilícitas de IVA e ISR, en lugar de permitir que ese capital ande sin pudor y sin castigo alguno en inversiones inmobiliarias europeas.
Recuperar de inmediato los fondos de la producción petrolera depositados en empresas fantasmas y off shore en paraísos fiscales con la complicidad inaudita de ex presidentes y caciques sindicales, directores de Pemex y políticos mañosos que hoy son los dueños del pandero y de las obras públicas de infraestructura es inaplazable.
En la Bolsa se dilapida el ahorro de los trabajadores
Librar los fondos de fideicomisos tramposos e inservibles que se utilizaron para canalizar regalos disfrazados de créditos oficiales para la producción y el empleo. Mamparas de traiciones recurrentes a la patria y puñaladas presupuestales. Los casos de las líneas de aviación, a la mano. No actuar, es punible.
Recuperar el manejo del aparato financiero del Estado en la Bolsa de Valores, un gran fraude a la Nación manejado por Joseph Marie Córdoba Montoya y Carlos Slim, para que deje de funcionar como la puerta giratoria del dinero y del ahorro de los trabajadores mexicanos y pantalla de los indicadores macroeconómicos fútiles, es algo que no puede esperar.
Eliminar de inmediato los multimillonarios subsidios a medios de comunicación en quiebra que sólo sirven para el chantaje, la extorsión y el culto a la personalidad de los mediocres y traidores. Esta es una decisión inaplazable.
La Cuarta Transformación está bajo sospecha
Mientras no se responda a estas cuestiones con transparencia y objetividad, el régimen de la Cuarta Transformación seguirá estando bajo sospecha. En la mira de millones de ciudadanos que votaron por el cambio y han recibido chistoretes y amenazas vanas a cambio de su confianza electoral y política.
¡Ya es tiempo!
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Y en la “mañanera” de ayer, el Presidente de la República dijo que no cederá a presiones o chantajes para aumentar el Presupuesto en 2020, aún cuando existan amenazas de paros o huelgas. Lanzó la advertencia luego de ser cuestionado sobre la exigencia de la ANUIES de un aumento de más de 17 mil millones de pesos al gasto de las universidades públicas para el próximo año y el paro convocado para ayer en al menos 25 instituciones. “Si no se tiene la razón, aunque se pare el País, porque si no vamos a estar a expensas de chantajes y nunca van a cambiar las cosas”. Y eso que dijo contrasta con lo acontecido en el Palacete de los Covián, donde el subsecretario de Gobernación Ricardo Peralta cedió ante los estudiantes de la Normal Rural de Tenería, Estado de México, quienes secuestraron durante una semana a 92 choferes con todo y sus camiones a cambio de 84 plazas para maestros. Lo dije líneas arriba: del dicho en las “mañaneras” al hecho… hay un gran trecho.
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