Noticias MX.- Aunque el Gobierno Federal asegura que no existe una organización criminal que domine el país, autoridades locales reconocen que los índices de violencia se incrementaron con la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en 25 de los estados en los que opera, desatando el terror especialmente en Baja California, Guanajuato, Michoacán, Veracruz y Jalisco.
De acuerdo con una investigación del semanario Zeta de Tijuana, la producción y el trasiego de drogas, el apoderamiento de territorios a través de la extorsión y el secuestro, el robo de combustible, el lavado de dinero y una violencia brutal, son el sello del grupo delincuencial considerado el más poderoso de México por parte de autoridades de Estados Unidos.
Pese a que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador minimiza la expansión de dicho cártel, es la organización criminal más combatida en los primeros meses del sexenio, mediante acciones de aseguramiento de cuentas bancarias, la desarticulación de algunos de sus vínculos en el Poder Judicial Federal y unas cuantas detenciones, agrega Zeta en su publicación titulada: CJNG poder y violencia.
Sin embargo, precisa, lo hecho hasta el momento por las autoridades mexicanas, más por presión del gobierno de Washington que por iniciativa propia, todavía no se traduce en una reducción del poder de la organización que presuntamente encabeza Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, junto con sus socios y cuñados “Los Cuinis”, de la familia González Valencia, originaria de Aguililla, Michoacán.
Zeta señala que el combate a dicho cártel ha tenido efectos colaterales, además de la violencia entre células de mafiosos y el ataque a policías, y las renuncias de jefes policiales y secretarios de seguridad a sus cargos, unos por señalamientos de complicidad y otros por amenazas o miedo.
Tras los macabros hechos violentos ocurridos en la segunda semana de agosto pasado en Uruapan, Michoacán, donde 19 personas fueron asesinadas y colgadas en puentes vehiculares, y la aparición de un video donde se señalaba a algunos gobernantes supuestamente vinculados al crimen organizado, el presidente López Obrador pidió públicamente a los integrantes del CJNG “no perjudicar a la población”.
Zeta recuerda que en julio a través de un videomensaje se acusó al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, de tener nexos con el CJNG. López Obrador defendió a su funcionario y negó cualquier posibilidad de que la versión tenga fundamento.
LA EXPANSIÓN
Zeta señala que informes de autoridades mexicanas y de la Administración para el Control de Drogas (DEA; por sus siglas en inglés), señalaban a finales de 2017 que la organización criminal jalisciense, operaba por lo menos en 22 estados del país. A poco menos de dos años de distancia, el mapa pinta por lo menos tres entidades más para completar 25 de las 32 que existen en la división política de México, explica la publicación.
Los gobiernos de ambos países cuentan con datos de la presencia de células del CJNG: en Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
En Estados Unidos se asegura que la presencia del CJNG se ha duplicado, pues en 2015 contaban con datos de sus operaciones en 11 ciudades, mientras que para 2017 ya había ampliado sus actividades delictivas a por lo menos 14 urbes más y ahora tiene presencia en al menos 25 entidades.
La DEA indicó que el CJNG trafica principalmente “cientos de kilogramos” de metanfetaminas desde Guadalajara para llevarlos, a través de espacios de cruce en Tijuana, a centros de distribución en Los Ángeles y San José, California, entre otros destinos, según publica Zeta.
El gobierno norteamericano creó una Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado Trasnacional para combatir a las que consideran las “cinco organizaciones criminales identificadas como amenazas máximas para el país”, entre las que se encuentran tres cárteles mexicanos: Jalisco, Sinaloa y El Golfo. Incluso, en octubre de 2018 a DEA anunció que subió a 10 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Nemesio Oseguera “El Mencho”.
La DEA reveló el pasado uno de agosto que Oseguera Cervantes se esconde en las zonas montañosas entre Colima, Jalisco y Michoacán, donde creó su propio “triángulo dorado” para protegerse. En su informe de investigación, estima que la conducta del líder del CJNG es similar a la de Joaquín “El Chapo” Guzmán, del Cártel de Sinaloa, quien no permanecía mucho tiempo en un solo sitio, ni en un mismo tipo de inmueble.
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, descartó en septiembre último que exista un cártel que domine en todo el país y asegura que solo hay organizaciones criminales con asiento regional, como ocurre en Jalisco o en Guanajuato.
Los Territorios
Zeta señala que según el reciente análisis anual de la agencia estadounidense de inteligencia Stratfor, la fragmentación de los cárteles continúa, lo que ha derivado en pugnas entre células por el control de territorios y ha acrecentado la violencia en México en una “guerra sin fin” y un resquebrajamiento del CJNG, “el más agresivo de México, que tiene abiertos frentes de batalla con sus rivales de Sinaloa y Nueva Plaza, lo que podría agravar la situación”.
En su propio territorio, el CJNG sostiene una disputa abierta con el grupo Nueva Plaza, liderado por Carlos Enrique Sánchez Martínez “El Cholo”, ex colaborador de confianza de Oseguera en la Zona Metropolitana de Guadalajara y que se extiende a otros municipios rurales de Jalisco. Presuntamente el apoyo del Cártel de Sinaloa al “Cholo” ha exacerbado la violencia que se ve reflejada en el descubrimiento frecuente de cuerpos humanos mutilados o asesinados cruelmente con los consabidos “narcomensajes”.
En Michoacán, balaceras en centros de entretenimiento, cuerpos colgados o agresiones a policías son la constante. Ahí los del CJNG que un día fueron parte del Cártel del Milenio de los Valencia, pelean territorios, la producción y el mercado negro de las drogas sintéticas con Los Viagra, Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana, teniendo entre sus aliados y también enemigos a algunos grupos de autodefensa.
En Baja California y Baja California Sur, los del cártel jalisciense que tienen de colaboradores a los miembros del Cártel Arellano Félix, están en guerra con el Cártel de Sinaloa que desde hace años domina la frontera y la península.
En Veracruz, Puebla y Zacatecas, los de Nemesio Oseguera se enfrentan con Los Zetas; en Nuevo León y Tamaulipas, con Los Zetas, El Golfo y el Cártel del Noreste; mientras que en Guerrero pelean con Los Rojos, Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y Guerreros Unidos, entre otros.
En el Estado de México son enemigos de La Familia Michoacana; en Morelos, del Cártel Tlahuica y Los Mayas; y en Chihuahua, del Cártel de Juárez y Sinaloa.
Una guerra especialmente violenta es la que tiene el CJNG con el Cártel Santa Rosa de Lima en Guanajuato, más que por el control de las drogas, por el robo y trasiego de hidrocarburos. Del poblado de Santa Rosa de Lima, los rivales de Jalisco se extendieron a diferentes municipios, adonde se han trasladado los enfrentamientos entre ambas facciones criminales.
La narcoviolencia
El semanario Zeta hace un recuento de los hechos más violentos protagonizados por el Cártel Jalisco Nueva Generación. La madrugada del lunes 14 de octubre se registró la más reciente muestra de terror de la organización delictiva de Jalisco, al emboscar a patrulleros de la Policía Estatal en Aguililla, Michoacán, quemar sus patrullas, asesinar a los elementos a sangre fría y robarles el armamento. El hecho ocurrió en la localidad de El Aguaje. El saldo oficial fue de 13 policías estatales muertos y tres heridos. Los sicarios viajaban en camionetas blindadas y antes de huir dejaron narcomensajes dirigidos a Los Viagra y las autoridades.
En un table dance de Salamanca, Guanajuato, el pasado 9 de marzo fueron ejecutadas 15 personas y cinco más quedaron heridas en una agresión reivindicada por el Cártel Santa Rosa de Lima contra integrantes del CJNG. Los agresores fueron captados a través de videos, pero no fueron detenidos.
Seis días después, el 15 de marzo en Tierra Blanca, Veracruz, un policía y cuatro presuntos criminales del bando de Jalisco murieron tras enfrentamientos que terminaron en narcobloqueos con tráileres incendiados y ataques a instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal. Las balaceras duraron tres días.
La madrugada del 20 de abril, en un salón de fiestas de Minatitlán, un comando armado acribilló a los asistentes, muriendo 14, entre ellos un menor de edad. Presuntamente miembros del CJNG fueron por “El Becky”, al que identificaron como colaborador de Los Zetas.
El 12 de mayo, en Salamanca, Guanajuato, el clan delictivo se acreditó el asesinato de Gilberto Muñoz Mosqueda, segundo al frente de la Confederación de Trabajadores de México en esa localidad. Con narcomensajes amenazaron a la alcaldesa y al comisario de seguridad, quien renunció al cargo.
El 23 de mayo, cerca de la carretera Uruapan-Lombardía, Michoacán, se enfrentaron Los Viagra y huestes del “Mencho” con saldo de 10 fallecidos. Tres días más tarde, en el mismo Estado, integrantes del CJNG atacaron a policías municipales de Zamora que realizaban su patrullaje, dejando muertos a cuatro agentes y nueve heridos. Videos captaron por lo menos 24 camionetas con logotipos del referido cártel en las puertas.
El 8 de junio se repitieron las balaceras, con saldo de nueve fallecidos, un lesionado y tres detenidos. Los hechos se dieron en los municipios de Aguililla, Buenavista Tomatlán y Paracho.
El 25 de julio en la plaza comercial Artz Pedregal de Ciudad de México, dos israelíes con antecedentes penales fueron asesinados a tiros dentro de un restaurante. Tras el ataque, una mujer fue detenida. La presunta gatillera declaró que fue contratada por gente del CJNG para eliminar a los extranjeros, quienes al parecer se dedicaban al lavado de dinero.
El 2 de agosto fue baleada la Comisaría de Policía en Valle de Santiago, Guanajuato, con saldo de cinco muertos.
Uno de los hechos más sanguinarios fue el hallazgo de la madrugada del 9 de agosto en Uruapan, pendiendo de puentes vehiculares los cadáveres de 19 personas, al parecer ligados a Los Viagra. Sus ejecutores fueron señalados como integrantes del CJNG. Cuatro días más tarde, mediante un video, los del “Mencho” advirtieron que irían contra cualquier persona que respalde a su ex colaborador Juan José Farías Álvarez “El Abuelo”.
La masacre del 27 de agosto en el bar Caballo Blanco en Coatzacoalcos, Veracruz, es la de más muertos en estas disputas criminales: 26 personas fallecieron y más de diez resultaron lesionadas tras la irrupción de un comando armado que arrojó bombas molotov y combustible al local para incendiarlo. Autoridades identificaron al presunto autor intelectual del hecho, Ricardo “N” alias “La Loca”, en una pugna entre el CJNG y Los Zetas. El entonces fiscal Jorge Winkler fue señalado de proteger a los de Jalisco.
Las balaceras siguieron en Tepalcatepec, Michoacán, el 30 de agosto, con nueve muertos y once heridos. El ataque fue de los dirigidos por “El Abuelo” Farías contra la gente del “Mencho”.