Lejanas se aprecian las imágenes de soberbia mostrada en los debates presidenciales
Redacción MX Político.- Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, es un prominente miembro de una generación de políticos mexicanos convertidos en autoridad pero cuyas formalidades en el desempeño de su función, propician controversia y hasta crítica.
Como muchos miembros de la clase política vigente, incluido el presidente López Obrador, tuvo su formación y origen en el legendario PRI, al cual renunció al no ver sarisfechas sus demandas de participación política. Llegó al poder po la vía independiente.
“El Bronco”, como también se le conoce, ha recorrido en los últimos meses una ruta penosa y descendente en el ánimo de la población que gobierna (estado de Nuevo León), dada su propensión a “expresarse con franqueza y en lenguaje coloquial”, como él textualmente lo ha declarado; “él habla como habla el pueblo”, diría durante su campaña presidencial.
Y es que las reglas -escritas y no escritas- de los protocolos políticos, tan criticados y hasta satanizados por sus detractores surgidosa de la “sociedad civil” (supuestamente ajenos a la clase política dominante; a la “mafia del poder”, como dijera el actual presidente de Mexico), han tenido desde siempre una función precisa y hasta inequívoca.
No hablar mal de una persona ausente; no criticar o señalar sin evidencias; con respeto hacia los desvalidos; hacia los diferentes y sobre todo, por cuestiones de caballerosidad en sus inicios y ahora por razones de equidad de género, de igualdad, hablar con respeto, prudencia y mesura de la mujer y su condición al seno de la sociedad, eran y siguen siendo reglas de oro, insustituibles
El gobernador Rodríguez Calderón, incurrió en esta inobservancia desde antes de ser Gobernador Constitucional de Nuevo León. Ya en funciones, a unos días de haber tomado posesión, fue denunciado por la diputada panista Brenda Velázquez, por discriminación, luego de que señaló que “es mejor mamá, más mamá, la mujer que tiene a sus hijos por parto natural y no por cesárea”.
Luego, en noviembre de 2018 aseguró que “a las niñas gordas nadie las quiere”, en referencia a los embarazos no deseados.
A lo largo de su desempeño como autoridad, como figura pública, ha llamado “flojos” a los habitantes del sureste mexicano; durante uno de los debates presidenciales señaló que una de sus propuestas de reformas legales que hipotéticamente “haría, de llegar a la Presidencia de la República, sería la de incluir las mutilaciones (“nocharle las manos”) a quien cometa delitos patrimoniales como el Robo.
En esos debates mostró desplantes de soberbia, que, sumados a una notorio como escaso dominio sobre muchos de los temas de tipo jurídico y económico que se abordaban, desnudaban a “El Bronco” y lo delataban ante la opinión pública como un político oportunista e ignorante.
Se convirtió en los debates, en el “golpeador” de quien resultó el triunfador en esa contienda de 2018 y hoy es Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Esta semana, el comentario disparatado de “El Bronco” fue al cuestionar la figura de los feminicidios en el Código Penal, pero de la ausencia de la figura de los “hombricidios”.
Cabe señalar que en el plano judicial, Rodríguez Calderón “El Bronco”, no las trae todas consigo y, por el contrario, su período como autoridad está seriamente amenazado con terminar antes de tiempo.
Enfrenta procesos judiciales de tipos penal y electoral, por delitos (en el primero de los ramos) de peculado y ejercicio irregular de la función pública; y hasta por haber recolectado firmas de manera ilegal para conseguir el registro en la contienda presidencial de 2018.
Y por si fuera poco, está vigente el proceso de desafuero en el Congreso local, órgano que aprobó una reforma constitucional con la que perdería la impunidad.
Ayer fue captado en un bar de Monterrey, en un aparente estado de ebriedad, mientras departía con su secretario general de gobierno, Manuel González Flores.
La imagen, que le compartimos en MX Político, llegó de manera anónima al rotativo de circulación nacional Heraldo de México. En esta se muestra al mandatario en aparente estado de ebriedad, “cabeceando” al momento de que le invade la somnolencia propia de la alcoholemia.
Dormido o briago “El Bronco”, …o “dormido en sus laureles”, sin cavilar sobre su verdadero estatus político.
hch