Redacción MX Político.- Los cambios son globales e irreversibles… Se observan en el mar, en las costas, en las altas montañas y en las regiones polares. El océano se calienta y aumenta su acidez, los glaciares se reducen y las capas heladas de Groenlandia y la Antártida pierden masa, decrece la extensión de hielo marino en el Ártico y se consume la cubierta de nieve del hemisferio norte. Aumenta la temperatura del permafrost (la capa de suelo congelado de las regiones frías).
Todo eso afecta directamente a 670 millones de personas que viven en las regiones de alta montaña en el mundo, a 680 millones de las zonas costeras, a los cuatro millones del Ártico y a 65 millones de isleños porque las alteraciones rompen con el delicado equilibrio climático del que son parte los océanos y la criosfera, es decir, las zonas congeladas del planeta.
Dichos eventos y sus efectos son advertidos en el más reciente Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante, del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas, en el que científicos de diversas partes del mundo lanzan con urgencia un llamado a los gobernantes y líderes mundiales a que actúen para enfrentar de la mejor manera posible los cambios sin precedente en los océanos y en la criosfera.
Esas alteraciones, confirman los científicos, son causadas en gran parte por el calentamiento global de un grado centígrado respecto de los niveles preindustriales, detonado por las emisiones de gases de efecto invernadero, según informó apro desde Berlín.
El reporte alerta sobre la agudización de una serie de fenómenos ya conocidos en diferentes partes del orbe, incluyendo a México. Asimismo advierte sobre los costos económicos y sociales si no se frena el calentamiento global.
Publicado el 25 de septiembre último, el informe fue elaborado por poco más de una centena de autores provenientes de 36 países, en el contexto de la próxima Cumbre sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, que comienza el 2 de diciembre próximo en Madrid, España. El objetivo del estudio del IPCC es aportar información científica a los gobiernos para que pueda utilizarse en sus políticas públicas sobre el clima y medio ambiente. Dicha información de los expertos aspira a ser una herramienta usada en las negociaciones internacionales contra el cambio climático.
Escasez de agua y alimento
El informe de la ONU expone que, aunque el mundo lograra reducir la emisión de gases de efecto invernadero y mantener por debajo de los 2 grados centígrados el calentamiento de la Tierra, hay alteraciones irreversibles que impactan el clima, la alimentación y el abasto de agua, la energía, el comercio, el transporte, las actividades de ocio y turísticas, la salud y el bienestar, así como la cultura y la identidad.
El deshielo de los polos no sólo trae por consecuencia la desaparición de los glaciares y mantos de hielo, también una elevación del nivel del mar que, a su vez, pone en peligro a cientos de pequeñas islas y cientos de kilómetros de zonas bajas y costeras.
Por ejemplo: sólo en el siglo XX –de acuerdo con los científicos– la elevación del mar fue de aproximadamente 15 centímetros, y durante los últimos años este proceso se ha acelerado casi al triple. “De aquí al año 2100 podría llegar a registrar una elevación de entre 30 y 60 centímetros”.
Pero si los gobiernos no llegaran a contener las emisiones de efecto invernadero, el escenario sería peor: la subida del nivel del mar ascendería entre 60 y 110 centímetros para el final de este siglo, según el estudio.
Los investigadores calculan que con la subida del mar se incrementarán los episodios extremos durante las mareas altas, así como las tormentas más intensas. “Con cada grado de calentamiento adicional los fenómenos que en el pasado se producían una vez cada 100 años tendrán periodicidad anual a mediados de siglo, exponiendo a muchas islas pequeñas y ciudades costeras de baja altitud”.
El estudio señala, incluso, la posibilidad de que algunas naciones insulares dejen de ser habitables. “Si no se destinan grandes inversiones para su adaptación, estarían expuestas a riesgos de inundación cada vez mayores”.
Otro fenómeno irreversible es el calentamiento y deshielo del permafrost. Las proyecciones apuntan hacia un deshielo generalizado de este tipo de terreno para finales de siglo.
“El permafrost de las regiones ártica y boreal almacena grandes cantidades de carbono orgánico, prácticamente el doble de carbono que el contenido en la atmósfera, y su deshielo podría incrementar notablemente la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera”, indica el documento.
Junto al permafrost, los glaciares, nieve y hielo en las regiones montañosas también desaparecerán irremediablemente, ello causará mayor escasez de agua dulce para los pobladores de estas zonas y para las comunidades situadas a kilómetros aguas abajo, afectando sectores estratégicos, como el agrícola y el hidroeléctrico.
“Se prevé que los glaciares de menores dimensiones situados, entre otros lugares, en Europa, África Oriental, la región tropical de los Andes e Indonesia perderán más de 80% de su actual masa de hielo de aquí al año 2100, en un escenario de altas emisiones”. Algunas consecuencias serán: deslizamientos de tierra, avalanchas, desprendimientos de rocas e inundaciones.
jvg