Francisco Gómez Maza
• Una economía en “recesión” hinchada de dólares
• No le busquen donde no van a encontrar, amigos
Es tonto asegurar que a México le está yendo y le irá muy mal con lo que los economicistas llaman recesión. La realidad es del color del cristal con que se mira. Si se ve con ojos de avaro usurero, obviamente que a la economía le está yendo del carajo. Los barones del dinero no se sacian nunca. Son voraces (avorazados) como los tiburones o las boas que se tragan un buey enterito y luego siguen tan campantes arrastrándose por entre la maleza, o trepándose a los árboles a cazar monos.
¿Que la economía está mal? Primero. No puede estar peor que durante los gobiernos del PAN y el reciente, del PRI.
Oficialmente se dice que, durante los últimos 18 años, que este escribidor llama perdidos, la economía creció un promedio de 2 por ciento. Se dice también que hubo un buen aumento del empleo, aunque se oculta que las cuatro quintas partes del empleo se fueron a la economía subterránea, expulsadas de la economía por la pésima calidad del trabajo y los salarios de miedo.
El balance del sexenio calderonista, en términos económicos, fue a grandes rasgos positivo, considerando la fuerte conexión que existe de los mercados financieros de México y Estados Unidos, donde en 2007 estalló la crisis de las hipotecas subprime que se convertiría en crisis mundial.
El crecimiento del Producto, durante la presidencia del michoacano se mantuvo en un nivel promedio de 1.9% anual. Según el INEGI, el empleo formal creció un 14%. Sin embargo, una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México, concluyó que, en esta época, el 60% de los empleos se generaron en el sector informal. Según datos oficiales, hacia finales del sexenio, la tasa de desempleo era de 5.2%.
Uno de los objetivos del Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2013-2018 (PRONAFIDE), que formaba parte del Plan Nacional de Desarrollo del sexenio, presentado por Peña Nieto el 20 de mayo de 2013, era elevar la tasa de crecimiento de la economía de un 3.5% a un 5.3% en el 2018. Pero este objetivo no se cumplió y el nivel promedio de crecimiento del PIB, a lo largo del sexenio peñista, se ubicó en un 2.48%, que no obstante está por encima de los resultados obtenidos durante los dos gobiernos panistas previos. Nótese que las cifras y porcentajes son oficiales y por tanto no necesariamente verdaderas. La realidad está muy distante de las mediciones del INEGI y del BANXICO, cuyos economistas están acostumbrados al maquillaje.
Todo el mundo antilopezobradorista se frota las manos esperando el fracaso del tabasqueño en todo, especialmente en el tema de la economía. Gozan hasta el clímax de que el producto interno bruto esté abajo del cero. Se olvidan de que quienes miden la economía lo hacen parcialmente. Toman en cuenta el comportamiento de los más poderosos sectores productivos, pero soslayan que hay millones de empresas medianas y pequeñas que sí tienen crecimiento.
Concluyen que este año cerrará la economía mexicana en recesión, pero no toman en cuenta que lo que cualquier economía debe buscar es fortalecer un mercado interno saludable con salarios positivos, por encima de la inflación, y empleos productivos. Una economía que desplaza a los trabajadores hacia la informalidad subterránea es una economía fallida, como lo fue en las 4 últimas décadas de capitalismo de casino, salvaje, que padecieron los trabajadores y las clases medias y pobres. A los poderosos barones del dinero, todo les hace lo que el viento a Juárez. Lo que más creció durante los foxatos, calderonatos y peñatos fue la pobreza y la vergonzosa desigualdad entre quienes lo tienen todo y quienes apenas sobreviven con su salario de hambre. Pero el crecimiento del producto interno bruto tampoco fue para tañer las campanas de Dolores.
A este escribidor le asombra todo lo que los enemigos de López Obrador dicen del comportamiento de la economía. De que no hay inversiones. De que el país va a la bancarrota. Cómo es eso, si, por ejemplo, las remesas que envían los mexicanos que trabajan en el exterior, particularmente en Estados Unidos, sumaron, en octubre de este año 30 mil 67.14 millones de dólares, como lo acaba de informar el Banco de México (BdeM).
De esta manera los envíos de dólares del exterior registraron un crecimiento de 11.8 por ciento respecto del periodo enero-octubre de 2018, cuando llegaron a 27 mil 721.29 millones de dólares. Sólo en octubre ingresaron 3 mil 125 millones de dólares, cifra que se contrasta favorablemente con los 3 mil 71 millones de septiembre anterior. En ese mes las remesas crecieron 3.6 por ciento en su comparación anual.
Sin embargo, el monto se desaceleró en comparación con los tres meses pasados, cuando se reportaron crecimientos a doble dígito.
Las remesas son las transferencias de dinero que un migrante efectúa a su país de origen. En el caso de México, concretamente, a sus familiares. Su importancia radica en que es fuente de divisas para el país e ingreso adicional para los hogares mexicanos.
Este año, el envío de remesas a México alcanzará el récord de 35,460 millones de dólares (mdd); es decir, un aumento de 5.3% respecto a 2018, de acuerdo con el séptimo anuario de migración y remesas elaborado por el banco español BBVA y la Comisión Nacional de Población (Conapo) presentado este lunes 2 de diciembre.
Yo les diría a los antilopezobradoristas que no busquen donde no hay. Y a los AMLOvers que no sean tan vanidosos y despectivos. Todos tienen el sagrado derecho de expresar su opinión, aunque no será con su opinión, sino con su ejemplo, como van a lograr un mundo mejor. Ah, y no olviden que la crisis que viene no es mexicana. Es mundial. Y será una crisis tan grave como una guerra mundial.