Francisco Gómez Maza
• Peculiar -¿obra de arte?- levanta polémica e indignación
• Qué diría el Caudillo del sur, Emiliano Zapata, si la viese
La libertad de creación artística, garantizada en el Artículo 4o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se topa con la dignidad de las personas, y sus derechos humanos, aunque no necesitamos realmente de la ley constitucional, pues el ser humano se rige por lo que llamaos ley natural, más perfecta y justa que la que crean los legisladores humanos y aprueba, finalmente, el presidente de la república.
Y esa libertad, como dice mi amigo Antonio Tenorio Adame, que de leyes sabe y más de revoluciones y revolucionarios, no debe confundirse, no puede confundirse con el agravio al derecho de imagen o daño moral propiciado por la exaltación de delito de pornografía con distorsión de obra creativa presentada por medios oficiales
Un dilema similar al de Pedro Salmerón, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (IEHRM), para quien parece que el criterio estético y la interpretación histórica dependen de la responsabilidad oficial. Pero la decisión no es del individuo sino del Director de Bellas Artes, quien debe renunciar por daño moral a la imagen histórica de Zapata, irónicamente en el Centenario de su asesinato presuntamente ordenado por el general Jesús Guajardo, en la hacienda de Chinameca, el 10 de abril de 1819.
La pintura, en la que aparece un cuerpo de mujer desnudo, con tacones que simulan revólveres, con sombrero de color rosa, envuelto en una sutil bandera mexicana y montando un caballo blanco con una erección del pene, y con la cara del general de la revolución del sur, el caudillo Emiliano Zapata a caballo, pintada por el joven chiapaneco Fabián Cháirez bajo el título de “La Revolución”, causó indignación a muchos y más a la familia del revolucionario, no por homofobia sino porque la obra es grotesca y porque distorsiona la realidad y ofende la dignidad humana. El joven Cháirez no tiene ningún derecho de cambiar la realidad tan impunemente, cobijado en la libertad de creación.
Los humanos con orientación sexual diferente a los masculinos y a los femeninos deben merecer el respeto a su naturaleza, a su dignidad y a su libertad. Los seres humanos masculinos y femeninos, de igual manera, deben ser objeto del respeto de quienes tienen diferente sexualidad. No se vale presentar a un varón como si fuera mujer. O al revés. O es una ofensa presentar a un homosexual como varón o mujer y viceversa. Y menos insinuar o mostrar de plano imágenes enfermizas, pornográficas. La pornografía es resultante de mentes igualmente enfermizas, que no viven en la realidad humana, entre los avatares de la Mente, el Eros y el Thánatos.
Esto significa, amigos, que presentar un cuadro del revolucionario Emiliano Zapata, con el cuerpo desnudo y con zapatos de tacón simulando pistolas, para reivindicar los derechos LGTB, es un insulto (y yo diría, un delito de suma injusticia) para la dignidad de todos; es hacer un uso distorsionado de la libertad de creación artística y de la libertad de expresión.
Tan es así que el cuadro de marras (de dudoso valor artístico, del valor que los críticos y los interesados quieran darle) ha causado gran polémica (llevada hasta la realización de actos violentos y vandálicos) en las últimas horas en México, donde familiares del Caudillo del Sur han expresado su malestar, y usuarios de redes sociales han vertido comentarios homofóbicos, que también deberían ser condenados. Y el encargado o la encargada de la Cultura en el equipo del gobierno federal debe ser amonestado seriamente por hacer mal uso de las libertades consagradas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aunque fuere el consentido del primer mandatario de la nación.
Y no es un malestar por falsa moral, sino un asunto de justicia. Que alrededor de esta palabra debería girar la conducta humana. Y lo que el señor Cháirez, lo que el director de Bellas Artes, y lo que la secretaria de Cultura hicieron fue aprobar un acto injusto, que calificaron de arte bello.
A desfondo: ¿Y se habrán dado cuenta los panistas de su propia hipocresía? Atacan todo lo que no sea albiceleste, cuestionan las políticas de seguridad, achacan al gobierno la violencia, los desaparecidos, los muertos. Y el cambio de política porque la de la fuerza y la violencia fue un rotundo fracaso que sólo causó cientos de miles de muertos y el fortalecimiento de los cárteles del narcotráfico. Y (¿se habrán dado cuenta?) que el segundo pez gordo que es detenido, encarcelado y juzgado es uno de ellos? Y no por el gobierno que ellos odian, sino por el que, por naturaleza ideológica, debería de ser su aliado. Así son las cosas de la vida… En noviembre de 2012, Edgar Valdez Villarreal, ‘La Barbie’, envió una carta al periódico Reforma donde acusa al expresidente del PAN Felipe Calderón Hinojosa y al extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, de nexos con el narcotráfico.