Redacción MX Político.- Luis Cárdenas Palomino, brazo derecho de Genaro García Luna, quien se encuentra preso en Estados Unidos acusado de proteger al Cártel de Sinaloa a cambio de millonarios sobornos, encontró refugio en una empresa de Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, tras haberse retirado del servicio público.
De acuerdo con un reportaje publicado en Proceso, al ex funcionario policiaco lo marca una turbia trayectoria, a la sombra siempre de quien fuera, entre otros cargos, titular de la Secretaría de Seguridad Pública en el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa (2006–2012), y desde enero de 2013 ocupó la dirección de Adamantium, una filial de Grupo Salinas dedicada a la seguridad privada y el espionaje.
El reportaje firmado por Mathieu Tourliere, señala que, durante su transición al sector privado, el ex jefe de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal no cortó sus vínculos con el gobierno porque a lo largo de la administración de Enrique Peña Nieto –cuyo consejero jurídico, Humberto Castillejos Cervantes, fue su cuñado, Adamantium recibió por lo menos 24 contratos públicos federales por un monto total de 510,470,000 pesos.
Dichos contratos, que Proceso detectó en la plataforma Compranet, abarcaron servicios de seguridad en infraestructuras estratégicas del país: el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), estaciones de combustibles operadas por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), así como los puertos de Manzanillo y Veracruz.
El más importante, precisa el reportaje, por 179,239,000 pesos le fue otorgado mediante adjudicación directa en febrero de 2017 y se trató de un contrato plurianual para “servicios de seguridad y vigilancia en plataformas, zona perimetral y control de acceso en las terminales 1 y 2 del AICM”.
Proceso señala que la polémica carrera de Cárdenas Palomino, quien llegó a tener bajo su mando a más de 36,000 agentes de la Policía Federal, estuvo marcada por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El 25 de junio de 2012 se desató una balacera entre policías federales en la Terminal 2, presuntamente por un asunto de tráfico de drogas, que desembocó en la muerte de tres uniformados.
Cárdenas Palomino culpó a tres policías, pero dos de ellos –Daniel Cruz García y Zeferino Morales Franco– dijeron a Proceso en julio de 2012 que el entonces jefe de Seguridad Regional de la Policía Federal protegía las actividades del narcotráfico en el AICM.
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