Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
En el periodo en que en México se enseñaba economía política, la definición de desarrollo económico abarcaba no sólo la capacidad de generar riqueza, sino de administrarla desde el Estado con visión productiva y socialmente justa.
Hace unas semanas se dio un debate bizantino a partir de la afirmación de que puede haber desarrollo sin crecimiento económico. No es cosa de meter más confusión a la teoría.
Lo que decimos es que, en un régimen de Economía mixta, el Estado dio su lugar en el sistema de banca y crédito al sector privado y reservó una franja para la banca de desarrollo, hoy constituida por seis instituciones públicas, cuyos fines son, retóricamente, de fomento y apoyo, según el orden de prioridades, a la pequeña y mediana empresa y a obras y servicios públicos.
Con la privatización primero, y la desnacionalización después, de la industria bancaria, devenida concentración en no más de cinco marcas privadas, a la banca de desarrollo se le ha dejado un segmento no mayor al 13 por ciento del mercado.
Ganancias bancarias por $412 mil millones en tres años
Respecto del primer año del sexenio anterior, en septiembre pasado se cayó en cuenta de que la banca de desarrollo no sólo se encuentra estancada, sino en riesgo de picada. Quién sabe si caído el maná del optimista Plan Nacional de Infraestructura a la institución se le asigne otro papel.
Lo cierto es que, hoy por hoy, el sistema bancario registra 51 franquicias privadas, con predominio de cinco. Ahora que cruzamos por la cuarta transformación vale recuperar los siguientes datos. En 2017, los bancos se alzaron con ganancias del orden de 125 mil millones de pesos; en 2018, con transición presidencial, 139 mil millones de pesos. En los primeros once meses de 2019: 148 mil millones de pesos.
Un incremento, en números absolutos, de 25 mil millones de pesos en utilidades para darnos un total de 412 mil millones de pesos en el trienio. Ya se sabe a donde remiten sus excedentes las patentes extranjeras.
El otro dato no es de poca monta: Las ganancias contabilizadas derivan de operaciones de créditos al consumo y al mercado hipotecario. Como que en el sistema de banca y crédito todavía se respiran aromas neoliberales. Buenos días, 2020.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.