Claudia Rodríguez
Austeridad que criminaliza
Decenas de acciones se han implementado en este sexenio en el nombre de la austeridad, misma que sirvió como una de las líneas discursivas y de compromiso al ahora presidente Andrés Manuel López Obrador en sus tiempos de “campañas electorales”. Claro que la simple austeridad ya en el ejercicio de Gobierno no es suficiente para mantenerse con aprobaciones dignas en el poder.
La gran mayoría de los votantes por López Obrador, fuimos engañados con la promesa de que el ataque a la corrupción haría un México más justo, y no se ha logrado del todo ni lo uno ni lo otro. Incluso ahora parece que se intenta frenar a los delincuentes profesionales, criminalizando a priori a comerciantes y empresarios de cualquier nivel, como si no supieran las autoridades que todos somos presa de la delincuencia organizada para cumplir sus caprichos y hasta sus designios.
El Sistema Penal Acusatorio Adversarial ponía al centro la inocencia del inculpado hasta que se demostrara lo contrario; mientras que ahora se intenta implantar caminos judiciales contrarios al principio de dicho procedimiento.
Cuando se exigen más dientes para que las autoridades no permitan la puerta giratoria a los criminales, no se esperaba que nos pusieran a todos en el tenor de sospechosos y criminales en potencia.
Austeridad que empobrece
Otra gran falla de la puesta en marcha del plan de austeridad es olvidarse de las clases medias y orillarlas a convertirse en pobres con todo y una profesión, una casa que pagar, gastos de familia de todo tipo y sin empleo; en tanto se espera que con los impuestos de estos mismos, mantengan los múltiples planes asistenciales para los pobres que se cuentan en medio centenar de millones y que de nuevo se convierten en los grandes aplaudidores y votante en potencia del Gobierno en turno.
El propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señaló apenas en el 2019 que, aunque el escenario de pobreza en el país es todo un reto, la tasa de esta no ha tenido una disminución sensible con todo y los recursos derivados, y lo único que ha sucedido es que la llamada clase media, se ha empezado a entremezclar en números alarmantes, para reagruparse al segmento de los pobres.
Austeridad que recrea un Frankenstein
La austeridad no sólo ha reducido sueldos, eliminado plazas laborales, encogido la estructura de la Administración Pública desprotegiendo incluso instituciones, oficinas y mecanismos de defensa de los derechos humanos; también ha logrado engañar el nulo desarrollo y crecimiento con disfraces de estabilidad económica y financiera.
En nombre de la austeridad parece que también hay un verdadero caos en todo México: simulaciones, violencia, inseguridad, precariedad, exaltación y desesperanza.
El pírrico ataque a la corrupción ha sido hasta ahora más circo que efectividad para resarcir el daño al patrimonio nacional y con la promesa de otorgar más tiempo para dar resultados, no se gana nada, ni habrá bonanza o cuando menos estabilidad.
La austeridad que desmantela hasta el anhelo y no optimiza, no llegará a buen puerto.
Acta Divina… ”La austeridad es que el presidente gane menos de la mitad de lo que ganaba Peña Nieto, sin compensaciones, que ya no se use el avión presidencial, que los funcionarios públicos ya no se trasladen en aviones privados”: presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para advertir… La austeridad también tiene disfraces en el discurso y sin duda ha sido la llave del estancamiento nacional.
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