* En materia energética, la situación se resume así: quien use la cuchara para tomar un bocado sin la autorización del gobierno, se llevará fuerte manotazo
Gregorio Ortega Molina
Supongo que a AMLO le ocurrió con el poder y el petróleo, lo que sucede a los diabéticos tipo 1, absolutamente disciplinados, cuando los obsequian con el pastel de chocolate soñado o el whisky de una malta que no se puede paladear sin inyectarse insulina. En un momento lo que se obtiene deja de disfrutarse, se pierde, no puede servir a los demás.
La presidencia de México dista mucho de equipararse al papado, o a la posibilidad de dirigir el Imperio. Sólo se hace lo que se puede con lo que hay, y eso que está a disposición de los pobres primero, hay que sacarle el mejor provecho, para ellos y para esta aterida nación. Pero, regresemos a la nota informativa de El País sobre el petróleo.
“El comisionado de la CNH Sergio Pimentel ve “prácticamente imposible” llegar a la meta. Pemex no puede hacerlo todo sola, afirma. No ha podido invertir lo que está comprometido en las asignaciones y tampoco ha podido llevar a cabo las perforaciones a las que estaba comprometida. El consultor Severo López Mestre Arana coincide en la limitada capacidad de inversión. Para aumentar la producción tienes que poner todos los juguetes a la vez, explica.
“Uno de esos juguetes empezó a temblar a los pocos días de tomar posesión la nueva Administración en diciembre de 2018.
El Gobierno anunció la cancelación de las rondas petroleras, el sistema por el que se han licitado 111 proyectos de exploración y perforación a empresas mexicanas e internacionales desde 2015. Además, se frenó la licitación de siete farmouts, como se conoce a las asociaciones entre Pemex y privados para operar un campo petrolero. Aunque los empresarios tenían la esperanza de retomar ese camino en 2020, la semana pasada López Obrador lo descartó de forma contundente: ¡Cómo vamos a convocar a nuevas rondas! No tiene sentido. Esto no es un asunto político, ideológico, es juicio práctico. ¿Para qué quieren contratos si no invierten? El Gobierno ha insistido en que respetará lo ya firmado y que la reforma energética de su predecesor no se va a cancelar. Sin embargo, al suspender las rondas petroleras la ha ido vaciando de contenido.
“Para justificar la permanencia del veto, el presidente mantiene que la inversión privada es escasa y que los objetivos de producción no se han logrado. Están incumpliendo con las condiciones de los contratos, alertó. Las cifras, por ahora, son marginales si se las compara con las de la petrolera estatal. Solo 29 de los 111 contratos están produciendo; el resto se encuentran en fase de exploración. Desde 2015, la iniciativa privada ha invertido 2.700 millones de dólares en actividades petroleras, según la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), y se han alcanzado los 47.000 barriles diarios a finales de 2019, un volumen modesto pero superior a los 10.000 que les asignó recientemente López Obrador. El sector cita datos de la CNH que cubren contratos operados tanto enteramente por privados como en colaboración con Pemex, en el caso de los farmouts.
“Frente a los argumentos del Gobierno, la iniciativa privada afirma que el lento arranque se justifica por la complejidad del sector y que la intención es llegar a los 280.000 barriles diarios en 2024, una meta todavía lejana. Es una industria a largo plazo. La maduración de los pozos puede tardar entre cinco y 10 años, pero hay suficientes contratos para ver números muy interesantes, sostiene el consultor Severo López Mestre Arana.
“El enorme yacimiento de Zama es otro ejemplo de la tensión latente entre Gobierno y privados. Descubierto por la estadounidense Talos Energy tras ganar uno de los contratos de la primera ronda petrolera, se le considera uno de los campos más jugosos de la historia del país. Está situado a baja profundidad y tiene un potencial de más de 1.000 millones de barriles. Como el yacimiento se extiende a una zona asignada a Pemex, ambas partes están negociando la unificación de las áreas y quién de las dos será el operador”.
La situación puede resumirse así: quien use la cuchara para tomar un bocado sin la autorización del gobierno, se llevará fuerte manotazo.
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