Redacción MX Político.- Mientras la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM) frenaban con toletes y gases lacrimógenos a la caravana migrante que ingresaba durante la madrugada del jueves 23, cinco aviones salieron de Estados Unidos rumbo a la Ciudad de Guatemala con 23 solicitantes de asilo hondureños y salvadoreños.
Bajo el Acuerdo de Cooperación y Asilo (ACA) que el gobierno de Estados Unidos impuso al de Guatemala en julio de 2019, la nación centroamericana pasó a ser un “Tercer País Seguro” para Washington.
Este acuerdo permite al gobierno de Donald Trump enviar a Guatemala a los extranjeros que le piden asilo. Sólo durante el año pasado, 313 mil personas huyeron de ese país que carece de recursos para atender a los refugiados. Quienes escaparon de la miseria y la violencia fueron detenidos por las autoridades mexicanas o estadunidenses.
El lunes 6 la agencia Reuters reveló que la administración Trump planeaba incluir a los solicitantes de asilo mexicanos en la población susceptible de ser expulsada a Guatemala, cable que confirmó la versión que comenzó a esparcirse cuando en diciembre último Ken Cuccinelli, el segundo mando del Departamento de Seguridad Interna (DHS), expresó su preocupación por el incremento de detenciones de mexicanos en la frontera sur estadunidense.
La Secretaría de Relaciones Exteriores tardó más de 10 horas en reaccionar al despacho informativo de Reuters. A las 22:30 horas de ese día la cancillería publicó un breve comunicado de prensa en el que manifestó su “desacuerdo” sobre la medida e indicó que esta “disposición de la jurisdicción estadunidense” podría afectar a “alrededor de 900 solicitantes” mexicanos a partir de febrero, reportó Apro.
“Si se concretara que los mexicanos terminen en Guatemala, le llamaría la ‘cereza de este pastel inhumano’ de las políticas migratorias de Trump que ahora nos tocarían de manera más explícita”, opina el doctor Tonatiuh Guillén López, quien encabezó el Instituto Nacional de Migración (INM) los primeros siete meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El plan del gobierno de EU
En entrevista con Apro, el académico dice que el anuncio “está completamente en el guion trazado desde el año pasado. Es una secuencia muy consecuente de la actitud xenófoba y racista de Trump, es un maltrato adicional a este grupo de mexicanos, pero es coherente con un maltrato generalizado que está haciendo con todo el mundo, literalmente”.
–¿No le parece malagradecido de parte de Trump el anunciar una medida así cuando el gobierno mexicano impide que decenas de miles de personas lleguen a la frontera de Estados Unidos?
–Le da igual. A cada grupo le trazó su estrategia. Ahorita es su “receta” para la población de solicitantes de asilo mexicanos que se ha incrementado. En esto está. Aunque sean 10 personas las que aparezcan, algún día va a ser el mensaje lo más importante: la disuasión y la inhibición.
El investigador asegura que dicha medida es sólo un eje de varios que tiene la estrategia de Donald Trump. “Uno de ellos consiste en convertir a los países del flujo de migrantes en terceros países seguros. Por lo menos de manera explícita están en este escenario los acuerdos con Guatemala, El Salvador y Honduras. Serán países y políticas de gobierno que van a funcionar como redes”.
El miércoles 8 el portal Buzzfeed News reportó que el gobierno estadunidense había “suspendido temporalmente” su plan de enviar solicitantes de asilo mexicanos a Guatemala. Dos semanas más tarde, el miércoles 22, el gobierno entrante de Guatemala de Alejandro Giammattei confirmó que mantendrá el ACA.
Pedro Brolo, el nuevo canciller guatemalteco, explicó que su gobierno estaba revisando si otras nacionalidades serían incluidas en el acuerdo.
“Aunque sean pocos casos el mensaje es: ‘Ya no vengan a pedir asilo’. Son estrategias de miedo, de disuasión para que esta puerta (la frontera sur de EU) ya no se utilice. No sólo es el muro físico, sino todo este aparato de políticas regionales, incluso la política de asilo. Ya le están cerrando el paso a los de Centroamérica con el retorno a México y ahora la están cerrando a los solicitantes de asilo mexicanos”, considera Guillén.
El académico piensa que el gobierno mexicano debe “revisar la política interna en las regiones y los espacios que están generando que personas salgan o quieran salir a buscar protección internacional a causa de la vulnerabilidad en la que están” y, a su vez, “ser muy claros con Estados Unidos y tratar de abrir un canal de negociación que impida que un buen día una persona buscando refugio termine en la Ciudad de Guatemala, en vulnerabilidades mayores”.
Un “verdadero socio”
A lo largo de 2019 el gobierno de López Obrador impidió que más de 271 mil personas lleguen a Estados Unidos y aceptó que el gobierno de Trump devolviera a México a poco más de 56 mil solicitantes de asilo bajo el polémico programa de Protocolos de Protección a Migrantes, mejor conocido como “Quédate en México”.
La semana pasada funcionarios del DHS celebraron en reiteradas ocasiones los operativos de la Guardia Nacional y del INM en Chiapas para frenar las caravanas de indocumentados. En menos de tres días los uniformados mexicanos detuvieron a al menos 3 mil personas, pese a los reclamos de las organizaciones defensoras de los derechos humanos del estado.
Chad F. Wolf, titular interino del DHS, elogió al gobierno mexicano por “defender su compromiso” de reforzar su frontera sur. Tras refrendar que los “esfuerzos” de la GN y del INM fueron “efectivos” en desmantelar las caravanas migrantes, afirmó que “tenemos a docenas de personas en el terreno en Centroamérica asistiendo a agentes de migración y de policía”.
A su vez, Cuccinelli publicó en su cuenta de Twitter que apreciaba que México estuviera haciendo ahora más de lo que hizo el año pasado para impedir que las caravanas traten de moverse de manera ilegal hacia el norte, hacia la frontera sur de EU.
Mark Morgan, jefe interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), también aplaudió al gobierno mexicano por ser un “verdadero socio en atender la crisis regional”. Agregó que confía en que se seguirá deteniendo, desalentando e impidiendo las caravanas.
Al preguntarle sobre las acciones de contención migratoria emprendidas por el gobierno de López Obrador, Guillén dice se trata de una medida derivada de las presiones estadunidenses. “El gobierno de EU se portó muy rudo, muy amenazante, hubo una reacción del Estado mexicano que le hizo incrementar el rol del aparato de contención, no sólo del INM, también de la Guardia Nacional.
Concluye: “No hay que olvidar que el propósito final es inhibir y cerrar la migración a Estados Unidos y también las políticas de asilo. Con este objetivo Trump ha movido a medio mundo”.
jvg