Noticias MX.- La violencia contra las mujeres ha puesto en duda el actuar de las autoridades mexicanas, que aún “invisibilizan” gran parte de los asesinatos ocurridos por razones de género cada año.
“Eso ha hecho que en México se hable de este nivel de asesinatos, 10 diarios, ni en una guerra. Es una situación muy grave”, advierte María de la Luz Estrada, coordinadora ejecutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
A la defensora de derechos humanos, quien forma parte de una red nacional de 43 organizaciones en 23 estados de la República, le preocupa esa creciente violencia porque los patrones de agresión de los responsables ha cambiado durante los últimos años.
Hoy en día se han registrado varios suicidios de mujeres, un elemento indicativo del nivel de violencia ejercida contra ellas y suficiente para poner en marcha el protocolo de actuación para la investigaciòn de feminicidio.
“Eso nos ha preocupado muchísimo” porque las autoridades llegan a la escena del crimen, observan el cuerpo colgado y de manera inmediata lo califican como suicido. “Ya no investigan más”, lo que evidencia la poca atención para los casos de feminicidio-sucidio, lamenta.
La también coodinadora de Violencia de Género y Derechos Humanos en Católicas por el Derecho a Decidir refiere que en otras víctimas se han encontrado lesiones -sobre todo en el rostro- causadas por ácido altamente corrosivo y peligroso.
“¿Por qué en la cara o el cuerpo? Para que las mujeres estén muertes en vida”, resalta De la Luz Estrada, quien explica que esos actos crueles y cobardes destruyen la vida de una mujer “porque muchas sobreviven y lo hacen desfiguradas”.
Estos casos, en su mayoria dados a conocer en medios de comunicación o en las plataformas de redes sociales, invisibilizan su posible relación con un femincidio y contribuyen a normalizar que el varón puede disponer de la vida de ellas, enfatiza.
Insiste que los operadores de justicia siguen teniendo “una concepción muy machista” sobre esos sucesos, como ocurrió con María Elena Ríos, una saxofonista oaxaqueña que permaneció tres meses internada en el Hospital Nacional de Rehabilitación para Quemaduras, ubicado en la Ciudad de México, después de sufrir un ataque con ácido.
Las heridas en cara y otras partes del cuerpo dejaron ver que “estabamos frente una tentiva de feminicidio”, pues esta sustancia tiende a llegar hasta los huesos y ocasionar la muerte de las personas. “Pero las autoridades dudaban”, manifiesta.
La intervención de las organizaciones no gubernamentales también ha documentado y puesto sobre la mesa de debate las agresiones hacia mujeres embarazadas. Relata que algunas de esas víctimas fueron reportadas como desaparecidas en Puebla, Tabasco, Veracruz y Estado de México.
Los hallazgos mostraron que algunas de ellas fueron asesinadas y a otras más se les extrajo el producto para después arrojarlas en espacios y lugares públicos. “Estos nos preocupo y tampoco se investigó”, expone De la Luz Estrada.
Los hechos demuestran el desprecio por los cuerpos de las mujeres al ser arrojadas y abandonados en caminos, carreteras, parajes, barrancas, canales de aguas negras, tiraderos de basura, predios y hoteles de paso, de acuerdo con el OCNF.
“Son patrones que van encontrandose porque son recurrentes. El problema es que no se investiga y, entonces, no se acaba entender qué está pasando y puede tener muchas hipotésis de líneas de investigación”, argumenta.
Sin embargo, dice, las autorides se niegan a apegarse a lo establecido en el Ártículo 325 del Código Penal Federal, que establece: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género”.
Los casos deben investigarse con mayor rigor cuando el cuerpo de la víctima presenta indicios de feminicidios, como signos de violencia sexual, lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, y evitar limitarse o responsabilizar al crimen organizado, explica.
“Hay mucha negligencia, omisiones y corrupción, lo que deja los casos en la impunidad”, reitera la representante del OCNF, cuya labor ha sido denunciar la prevalencia de feminicidios y la ausencia de un plan nacional integral para su atención y prevención.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelaron que en 2019 se identificaron 110 mil 200 mujeres víctimas de distintos delitos, de las cuales 59.40 por ciento tenían lesiones dolosas, 16.29 por ciento correspondieron a lesiones culposas y 8.12 por ciento fueron contra la libertad personal.
El 3.06 por ciento fueron delitos que atentan contra la vida y la lbertad corporal, 2.93 por ciento homicidios culposos, 2.80 por ciento extorsión y 2.56 por ciento eran relacionados a homicidios dolosos.
También figuraron feminicidio con 0.91 por ciento, secuestro con 0.37 por ciento, trata de personas con 0.34 por ciento, y rapto con 0.11 por ciento, entre otros.
María de la Luz Estrada estima que el 35 por ciento de los feminicidios son cometidos por las parejas sentimentales o personas cercanas a las mujeres víctimas. Sólo en los últimos cinco años fueron registrados tres mil 621 feminicidios a nivel nacional, lo que representó un aumento 137.5 por ciento.
En 2019 fueron 976 casos registrados como presuntos feminicidios, una cifra menor a los dos mil 819 que fueron investigados como homicidios dolosos, de acuerdo con las cifras del SESNSP.