Durante el desempeño de mi honrosa misión como abogado litigante ante todos los Tribunales de la República, tuve la oportunidad y el privilegio de conocer y tratar personalmente en Coyoacán a la más eminente figura del ámbito del Derecho Internacional, un político ejemplar de gran tacto para la diplomacia, con una muy especial y patriótica arista por su conocimiento del derecho y su muy amplia cultura.
Recuerdo con singular aprecio, admiración y cariño al excelentísimo Don Luis de Gonzaga y Sevilla, ex Presidente Decano de la Academia de Derecho Internacional, vibrante figura de la Diplomacia Mexicana, con una muy larga y trascendente trayectoria como internacionalista, ya que con su talento supo varias veces sacar avante el nombre de México en aquellas oprobiosas listas donde se le señalaba como un País corrupto.
Luis de Gonzaga y Sevilla no sólo fue un eminente internacionalista, sino que además fue un defensor a ultranza de México en el ámbito internacional, especialmente en casos donde intervino y donde se le reconoció a México como un País seguro y ejecutor de las leyes.
Viene a mi memoria una anécdota que considero interesante y que me voy a permitir relatar, porque en ella se decanta la sabiduría de su gran espíritu internacionalista y por sobre todo de su amor por México. Eran los tiempos en que Don Miguel Nazar investigaba el secuestro de Brianda Domeq, ocurrido el treinta de octubre del año mil novecientos setenta y ocho, por tal motivo fuí invitado por Don Luis de Gonzaga y Sevilla a degustar un Filete Wellington con Salsa de Morillas, así como diversas y exquisitas viandas en el Restaurante Churchill’s, ahí me dijo “tu cercanía con Don Miguel te va a permitir decirle el enorme compromiso que tiene contraído México con el Rey de España, coméntale que hoy vuelo a Madrid a fin de hacerles ver que la investigación está en manos del mejor policía del mundo y ya será ésta la oportunidad para que se le reconozca como tal”.
Como se estila en esos casos, Don Luis hizo un brindis laudatorio a las virtudes de la policía mexicana. Sus palabras reflejaban la sabiduría y la elocuencia que dan las tablas de haber sido uno de los más grandes internacionalistas que ha dado México, amigo de reyes, príncipes, presidentes y ministros de primer nivel, al final del convivio levantó la copa de champaña para brindar, dijo entre otras cosas lo siguiente: “Soy y siempre he sido un amante de México. Como internacionalista soy capaz de hacer ganar para México medallas de decoro y con el pronto esclarecimiento del secuestro, el Rey de España tendrá que reconocer la grandeza de nuestra policía nacional”.
Semanas después en todo el mundo se supo que el Rey de España reconoció internacionalmente a la policía de México como la mejor policía del mundo. Miguel Nazar y Luis de Gonzaga Sevilla habían cumplido con su trabajo.
Por ello, ahora que ambos nos dejaron. Debo mediante estas líneas rendir un homenaje a hombres que encarnaron amor por México.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C.