Por Arturo Sandoval
“¿Crees que puedes robar parte de mi vida? ¿Tomarla como tuya y esperar que no tenga un precio que pagar?”
De la película: El Ladrón de Palabras.
El movimiento de las mujeres en demandas auténticas en contra de la violencia, es uno de los actos políticos y sociales más importantes de este siglo y de los siglos anteriores. Debe transformar las conductas individuales de todos los géneros, de los gobernantes, de las instituciones y organizaciones de todo tipo, también de las empresas. Los que jugamos “el juego del hombre” desde los sesenta para adelante, nos costará más trabajo manejar las ideas machistas y eliminarlas en nuestro lenguaje, en nuestras miradas y en el trato directo con las mujeres de la familia y de toda la sociedad.
Vivimos a plenitud la liberación de la mujer de las épocas hippies, muchos las apoyamos auténticamente en la práctica, otros simularon y la mayoría no quiso aceptarlo por sentirlas como una amenaza y preferían mantener su bota en los cuellos de las mujeres y grupos de mujeres que se dejaban o eran vulnerables sin tener algo o alguien que las defendiera.
Hoy no sobra quién las defienda, existimos muchos grupos de hombres que sí, pero estamos listos para cuando ellas lo pidan y no ser invasivos en un movimiento sólo perteneciente a ellas. Muchos de esa generación sesentera han cambiado, también de generaciones posteriores; algunas cosas no cambiamos porque no nos damos cuenta hasta que las descubrimos por medio de reclamos o rechazo de mujeres. También en pocas ocasiones no reclaman injustamente o no saben que no estamos enterados. Todo con el tiempo se convertirá en una nueva forma de convivencia donde cada vez predominaran acuerdos y diálogo entre géneros.
En esta cascada enorme de información sobre la violencia de género y sus manifestaciones, los medios dan un trato totalmente diferente: mientras Televisa y TV Azteca toman los acontecimientos como un producto de rating, donde sus conductores tienen línea de decir ciertas cosas que no se apegan a la verdad, a los hechos y suenan totalmente huecos. Editorializan, editan y vuelven a criminalizar a grupos de mujeres, se olvidan del fondo de indignación y desamparo de las mujeres para llevar sus voces y cámaras a donde suceden pintas o daños a inmuebles para imaginar hordas sin control. Y lo retrasmiten a toda hora.
Intentan levantarse como únicos defensores de las mujeres y lanzan parloteos, entrevistas, mesas de debate, más falsas que Peña Nieto. Por fortuna otros medios les ganan el rating por tener conductores sí auténticos, comprometidos con las causas de las mujeres, sobre todo los de la naciente La Octava, Canal 11, Canal 22 y algunos de provincia. Desde luego en plataformas con credibilidad como: sin embargo, Contra línea, Proceso, La Jornada, Índice Político, Farberismos, Unión de Periodistas, Forum en línea, Periodistas de a Pie y otras.
Pierde valor y se oye falso aunque sea verdad cuando Olga Sánchez Cordero declara en rueda de prensa que el movimiento no es contra el gobierno. Nada más faltaba que el movimiento le contestara: “ah sí, ya entendimos” Son cosas que otras voces feministas fuera del gobierno debían de aclarar y lo hicieron: el fondo del movimiento sólo es contra la violencia a las mujeres, contra los feminicidios, contra la exterminadora impunidad. Le toca al gobierno reaccionar y dar soluciones a estas demandas de mujeres de México, quienes piden esta protección a igual que mujeres de todo el planeta. Vaya desperdicio de tiempo la de esa rueda de prensa, sin éxito en el control de daños. Le toca a AMLO y su gabinete, pensar dos veces antes de hablar de un tema tan sensible.
NOTA: triunfo del movimiento de mujeres, dejaron con un palmo de narices a prianistas, perredistas, pro vidistas y otras organizaciones sin poder llevar agua a sus pestilentes molinos.