Redacción MX Político.– El presidente Andrés Manuel López Obrador visita este fin de semana la zona indígena y afrodescendiente de la región Costa Chica de la entidad en un contexto de violencia y confrontación entre grupos delictivos.
El mandatario inicia su visita en el puerto de Acapulco para inaugurar la convención de banqueros que se realiza en la blindada zona diamante del principal destino turístico de Guerrero.
Luego, durante el sábado 14 y domingo 15, el mandatario estará en los municipios de Xochistlahuaca, Cuajinicuilapa, Marquelia y Ayutla de los libres, una franja de riqueza histórica y multicultural donde se une la Costa y la Montaña guerrerense, lugar habitado por indígenas amuzgos y nahuas precursores de la Policía Comunitaria, así como afromexicanos y mestizos.
La región de la Costa Chica es considerada una de las zonas de menor índice delictivo en la entidad por la presencia de la Policía Comunitaria en varios pueblos indígenas y afros donde las decisiones de gobierno se toman a través de asambleas públicas. Un ejemplo emblemático es el del municipio de Ayutla donde en julio de 2018 se eligió por usos y costumbres un Consejo Comunitario Municipal para sustituir la figura del ayuntamiento que persiste en el resto de los 80 municipios que conforman la entidad.
No obstante, el mapa geodelincuencial elaborado por la administración de Héctor Astudillo Flores ubica al alcalde de Cuajinicuilapa, Alejandro Marín Mendoza, como la cabeza de una organización criminal denominada “Los Marín” que disputa a otros grupos como Los Añorve y Los Carrillo, las zonas de producción de mariguana y trasiego de cocaína que arriba de sudamérica a las costas de este lugar vecino del estado de Oaxaca.
Incluso, los principales decomisos de lanchas rápidas cargadas hasta con una tonelada de cocaína por la Marina, se han dado en las playas de Cuajinicuilapa, Copala y Marquelia en la región de Costa Chica, según reportes oficiales de la dependencia federal.
Esta semana se ha recrudecido la violencia en diversas regiones de la entidad como la Sierra, Tierra Caliente y la zona Norte donde grupos delictivos mantienen una abierta confrontación por el control de las zonas productoras de amapola y las ganancias que deja la industria minera en el cinturón de oro del río Balsas.
Esta guerra no solo ha dejado más de dos mil desplazados en los municipios de Zirándaro, Coyuca de Catalán, Petatlán, Zihuatanejo, Leonardo Bravo y Heliodoro Castillo sino que ha exhibido presuntos nexos de políticos y autoridades de los tres niveles y el Ejército con el narco.
En esta zona que conecta la Sierra con la Costa Grande por un lado y el centro del país en el otro extremo, permanecen cerrados centros educativos y hospitales ante la ausencia de docentes y médicos que no acuden a prestar el servicio por falta de garantías de seguridad.
Pese al clamor de alcaldes como el caso reciente del presidente municipal de Leonardo Bravo, Ismael Cástulo, quien acusó directamente al gobierno federal y estatal de ser omisos ante la barbarie, sigue la incertidumbre en la sierra de Guerrero ante el vacío de autoridad.
JAM