Joel Hernández Santiago
No debiera ser sorpresa que el viernes 1 de mayo los partidos de oposición bloquearan la Sesión Extraordinaria de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión a la que fueron convocados con urgencia por el partido mayoritario Morena y sus aliados, para discutir y en su caso aprobar la iniciativa enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reformar Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria…
No debiera ser sorpresa en un sistema político democrático que la oposición fuera eso, oposición a los designios supremos de la mayoría y en la que debiera ser factor de equilibrio político. No debiera ser sorpresa si esa oposición estuviera integrada por partidos fuertes, firmes, definitivos y defensores de sus principios, de su doctrina y proyecto de Nación…
No debiera ser sorpresa el bloqueo del viernes 1, si no fuera porque con frecuencia nuestros “partidos de oposición” venden sus votos a cambio de favores políticos o a cambio de ser parte del juego político y para no ser excluidos… Y porque nuestros partidos políticos en su debilidad estructural en sus vida interna son tan débiles como si no entendieran su sentido de ser… existieran…
Una oposición en democracia, y esto se sabe, es de tanta importancia como la mayoría política…; es esa detente que hace que esa mayoría se exceda en decisiones que pueden ser dañinas para el país y sus habitantes presentes y futuros…Es ver las cosas desde distintas perspectivas para garantizare que quien obtenga el resultado lo hizo luego del tamiz del análisis y la discusión.
… Una oposición legislativa la da razón de ser al sistema de partidos y al proceso electoral, pero también para razonar y valorar cada paso que se da en los terrenos de la formulación, creación, aprobación o rechazo de leyes y sus fundamentos. Pero no es el caso de la oposición en México, tan débil como es hoy mismo… Digamos que es una oposición que no es oposición.
Uno puede no comulgar con cada uno de los partidos en sus diversas corrientes y advocaciones; uno puede disentir de ellos y de cada uno y hasta repudiarles en casos, como también se puede no estar de acuerdo con una mayoría que, por lo mismo, en toda democracia, se vuelve voraz y atrabiliaria siempre que se le deje serlo… Y así.
Por eso causó sorpresa que ese día decidieran no ser parte de la reforma propuesta por el Ejecutivo que le permitiría hacer modificaciones y uso a discreción del presupuesto nacional en tiempos de crisis, o sea, hoy mismo. De tal forma que le quitaría esta facultad al Poder Legislativo para asumir esa atribución superlativa.
Inmediato se levantaron voces en todo el país para advertir los riesgos de otorgar este tipo de decisiones a una sola persona, como es el presidente, y así operar o –dicen- ‘manipular a su gusto y en su favor político’ los recursos nacionales, saliéndose de los cauces legales y normales para el desarrollo ordenado del país. Pero también el de someter un Poder a otro Poder.
El tema es que integrantes de Morena daban por hecho que se llevaría a cabo esta sesión extraordinaria de la Comisión Permanente, como ya había ocurrido con otra sesión extraordinaria a la que convocó la mayoría de Morena en el Senado de la República de modo urgente en abril y a la que tuvieron que acudir los Senadores de todos los partidos aun cuando ya habían decretado un receso por razones de seguridad en su salud.
Luego de dimes y diretes entre ambas partes, y como suele ocurrir, los representantes de todos los partidos salieron de su confinamiento en cada uno de sus estados para acudir el lunes 20 de abril al recinto senatoria y aprobar, como ocurrió, la Ley de Amnistía.
Pero en esta ocasión se pensó que ocurriría lo mismo para reunir a los 37 legisladores que integran la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y en la que el partido mayoritario contaba ya con 24 votos a favor de aprobar la iniciativa presidencial. Si. Pero no.
Los partidos de oposición crearon un “bloque de contención” para evitar la sesión extraordinaria Esto es: PAN, PRI, PRD y MC hicieron valer sus 13 lugares, de un total de 37 que integran la Comisión Permanente; Morena contaba con sus aliados históricos: PT, PES y PVEM y contaba con 24 votos para aprobar la iniciativa; sólo le faltaba uno para conseguirlo…
Pero no, no y no. Para Morena la situación se complicaba porque el diputado Porfirio Muñoz Ledo –Morena- dejó en claro su posición: “Tomé posición en contra de otorgar facultades unipersonales al Ejecutivo al margen de la Constitución” y pidió que para una decisión de esta naturaleza se tomara en consideración la opinión de los estados de la Federación.
En el mismo sentido negativo, otro legislador de Morena- Germán Martínez Cázares dijo no a la propuesta presidencial y lo dijo de forma contundente: “Quienes le dicen sí a todo al Presidente es lambisconería pura”.
No había de otra: Morena tuvo que recular y “posponer” el análisis y la discusión de la propuesta presidencial, aunque argumentó que esto se debió a que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell les recomendó no llevar a cabo la sesión toda vez que “estamos en fase 3 de la pandemia”.
Así que hasta el momento no se echó a andar la reforma que le permite al presidente hacer uso de los recursos presupuestales de la Nación a su propia consideración y albedrío.
Veremos si esto se mantiene así o si, pasadas unas semanas, reaparecen los legisladores y nos dan una sorpresa que, por la experiencia de todo esto tiempo, ya no sería sorpresa para llevar a cabo la famosa “sesión extraordinaria” de la Comisión Permanente para… para lo que siga.
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