José Ramón Martel López
Hoy les voy a compartir una reflexión ante la evidencia de cómo se está actuando en este momento por parte de los integrantes de la sociedad mexicana.
Somos un pueblo que por costumbre hemos esperado del gobierno, quizá de una manera siempre paternalista, indicaciones de que hacer. Históricamente, esperamos que nos den el rumbo, la guía, o coloquialmente que nos den el remedio y el trapito en todo tipo de situaciones de eventualidad.
De carácter social, de carácter económico, de carácter político.
Que no se nos olviden las lecciones en las adversidades. Recordemos hoy como mexicanos que ha sucedido, cuando una gran adversidad nos ha golpeado. Recordemos por ejemplo los sismos del 85. Fue la sociedad quien rebasó o rebasamos con acción totalmente al gobierno, y solidariamente nos volcamos con picos, palas y manos a la calle, sin que nadie nos dijera el cómo, y empezamos a rescatar cuerpos, algunos pocos todavía con vida.
A muchos otros los acompañamos en actos solidarios para darles el último adiós.
Ante lo evidente, de las incapacidades para gobernarnos, tanto del titular del ejecutivo así como muchos de los gobernadores en los estados, hoy como en pocas ocasiones pero graves, se hace necesario actuar y expresar una frase: Más sociedad y menos gobierno.
Estoy convencido de que esta pandemia debe de cambiarnos para ser mejores mexicanos, y a todos los habitantes de este mundo.
A los mexicanos debe cambiarnos, para reaccionar que ante la incapacidad en la conducción, debemos de dar un paso que se me antoja parafraseando a quienes llegaron a la Luna y dijeron palabras más o menos al arribar a ella y caminar “hoy se está dando un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
Ese pequeño paso para el hombre debe de ser el reflexionar en este caso qué lo que no hagamos por nosotros mismos nadie lo va a venir hacer. Nadie va a actuar supliendo nuestra acción.
Empezando por la lucha por nuestra vida. Quedémonos en casa los que podamos, lavémonos las manos, observemos la sana distancia, influyamos con nuestra familia para que observe la misma conducta, dialoguemos con nuestros amigos para reafirmar la necesidad de este tipo de conductas, influyamos en nuestros espacios laborales, en nuestras empresas, ayudemos y demos la mano a quien podamos alentar con un empleo temporal; al plomero, al lavacoches, al taquero, a quien hace comida económica para vender, a quien está cociendo tapabocas para vender y vivir de ello, en fin ayudando solidariamente a quien más podamos.
Afirmo categóricamente que lo que ustedes están viviendo en su cotidianidad lo debemos y podemos cambiar. Decenas de miles de personas, se están quedando sin ingresos, porque están perdiendo su trabajo.
Que hacer frente a esta realidad además de lo que podemos hacer personalmente, esa es la gran pregunta que realizar.
Habemos muchos de este grupo, y muchos más que nos estamos reencontrando, que dialogamos todos los días o casi todos los días para buscar algo que quiero subrayar y escribir con mayúsculas !!BASTA DE CRÍTICAS A LA INACCIÓN GUBERNAMENTAL QUE SOLO AYUDA AL ENCONO SOCIAL.
Debemos de pasar de la crítica a la acción, de la pasividad viendo la paja en el ojo ajeno a la posible actividad de entre todos cargar la viga que muchos nos pesa pero que necesitamos moverla.
La primera necesidad y retos que tenemos es como conservar el mayor número de fuentes de trabajo. Cómo buscar que el trabajo se conserve, logrando que las empresas también vivan.
Para poder darle a 19 millones de trabajadores empleo, lo primero que se necesita es que las empresas sobrevivan. El mundo va a cambiar. El mundo está cambiando. México no es la excepción.
Baste decir que hoy en Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial, tiene hoy 30 millones de nuevos desempleados. ¿Han ustedes pensado que se convierten estos 30 millones de desempleados y sus familias, en 30 millones de consumidores que les baja su poder adquisitivo?
De manera que esto es una señal inequívoca de que ni siquiera el comercio internacional seguirá igual para MEXICO. No ganará demanda como antes en los próximos meses, quizá años en el mismo nivel que se está dando ahorita.
Les doy un claro ejemplo de lo que muchos estamos haciendo como mexicanos en estos momentos. Hay muchos negocios pequeños, medianos y grandes que tienen créditos con las diferentes instituciones financieras.
No estamos esperando a que el gobierno nos dé como pollos de comer en el pico. Las instituciones financieras necesitan que se les pague para seguir existiendo. Los empresarios chicos, medianos y grandes necesitamos que no nos ahoguen las deudas contraídas.
Dialogando hemos logrado acuerdos para condonación de intereses. Acuerdos para o postergación del pago del capital. Acuerdos que se sintetizan en que no se están dando un respiro para poder paliar los efectos de la pandemia económica que estamos viviendo.
Perdón por el alargarme en estos comentarios, que no quieren ser más que un ejemplo de la nueva actitud que yo estoy convencido debe de permear en los integrantes de este grupo y en la sociedad mexicana.
Menos crítica, tijeras, por los oídos sordos que existen hacia ella. Más acción, con más ideas, con más propuestas, con más solidaridad hacia nuestros coterráneos, y más solidaridad sobre todo para entender que tenemos la preciosa oportunidad de impulsar una nueva cultura de la convivencia, de la solidaridad, de la hermandad, ante esta pandemia de salud que reclama de nosotros sobre todo fraternidad. Fraternidad activa. Solidaridad activa. Hermandad activa.