El sistemita atracomulca se encuentra atrapado en el centro de una pinza triple. Usted sabe, como “piensan en grande”, El Profe Hank dixit, no se conformaron con una tenaza de dos extremos asfixiantes. Lograron acumular tres: la Iglesia, que ya había perdido presencia política, los empresarios, alebrestados por tantos favores exclusivos y excluyentes a la empresa peñanietista Higa, y los narcotraficantes que ya se salieron de cualquier panorama de negociación y van por el resto.
Los poderes facticos, los grupos reales de poder, Iglesia, empresarios y narcotraficantes, nunca encontraron un interlocutor medianamente confiable entre la pandilla devoradora de Los Pinos, que tuviera capacidad para dialogar términos y condiciones, menos hallaron a un personaje consensuado que actuara como intermediario sensato entre los intereses encontrados de los que verdaderamente tienen el control del país.
Los actores importantes nunca confiaron, debido a la fuerza de los brutales e insensatos acontecimientos diarios que retrataba a una claque insaciable, en depositar un gramo de confianza en los gobernantes, que rebasaron su capacidad de asombro, por la voracidad monstruosa que han desplegado en todos los negocios del patrimonio nacional.
Los factores influyentes en el rumbo del gobierno fueron brutalmente atropellados por la ignorancia, la rapiña y la codicia, que Peña Nieto sigue insistiendo –en defensa propia– que es “un fenómeno cultural”, y afectados, tienen que defender sus cotos de caza “naturales”, concedidos desde antaño por los mandatarios en turno. Así se diseñaron los elementos de compensación, nuestro famoso “Estado de Derecho”.
Los de Atracomulco levantaron “el santo y las limosnas”
Por el lado político, el sistema podía imponer a sus favoritos, aunque fuera “a la legalona”, Lauro Ortega dixit, con la condición de que el entramado de negocios y trastupijes diera cabida a la participación de los “hombres de negocios” en todos los mecanismos públicos y privados de los asuntos del dinero, del circulante y de la generación de empleos, que aunque fuera incipiente, daba para comer. Todo mundo hacía lo que “El Tío Lolo”.
Pero no. Los de Atracomulco levantaron “el santo y las limosnas”. No dejaron un solo hueso sano para roer. Vinieron por todo –así les aconsejaron sus mayores–, se llevaron lo que estaba a su alcance, secaron los escasos recursos disponibles, instalaron el hambre y provocaron un mercado negro de la política, la economía y la sociedad, donde cada quien se encaja por el rincón que encuentre. Cada quién para su bolsa, sin rienda ni destino.
Deberán entregar las cuentas de este tiradero
Como consecuencia de esta falta de sentido de la conducción política y del desconocimiento brutal de los hilos que han movido al sistema, los atracomulcas han puesto en vilo el equilibrio necesario, el famoso “paralelogramo de fuerzas” indispensable para una mediana credibilidad y para una escasa gobernabilidad de la Nación, que aconsejan los asesores de los sistemas funcionales en todo el mundo.
Aunque parezca de novela gangsteril, ésta es una realidad que se comprueba con los últimos acontecimientos sucedidos en las cúpulas del poder político, desafortunadamente para los tolucos, en la peor hora de su crepúsculo de ruindad y depredación sin límites. A punto de que –¡por fin!—sean relevados de sus cargos, y deban entregar las cuentas de esto que es un auténtico tiradero.
Matrimonios gay: los priístas se echarán para atrás
La Iglesia reclama que cumplan con lo acordado. El frente común católico – evangelista, impensable hasta hace unos días, se rebela en púlpitos, lugares de culto público, universidades, medios de su propiedad, prensa abierta y en corto entre sus feligreses y simpatizantes, con una agresividad digna de mejor causa, ocultando sus propios desvaríos sexuales y su enriquecimiento indecente.
Ochenta obispos y ocho iglesias de distintos credos unen sus fuerzas para rechazar lo que nunca estuvo en el libreto del PRI: la legalización de los matrimonios entre homosexuales y el derecho de adopción a que tienen derecho esas parejas, según sentencia de la Corta de Justicia, que avaló en 2010 la constitucionalidad de esa medida, generada por la opinión política de los habitantes de la Ciudad de México.
Pero ése era otro cantar. Venía de las fuerzas imperantes de izquierda, las mismas que convirtieron en realidad jurídica la posibilidad de interrumpir el embarazo, el apoyo público a las madres solteras, el financiamiento a adultos mayores y los microcréditos para los emprendedores en desventaja. La Iglesia se opuso, amenazó con la excomunión a los operadores… y tuvo que dar reversa, porque la opinión mayoritaria se le fue encima.
Al parecer, después de los resultados del 5 de junio, los priístas con dos dedos de frente quieren recular, para evitar que con esa infeliz ocurrencia de última hora del muchacho de Atracomulco, expedida con el fin de ganar popularidad a través de la demagogia que no es propia, acabe hasta con las cenizas del otrora partidazo.
Sistema Anticorrupción: puros desechos normativos
Como es sabido que una golondrina no hace verano, la manifestación de rechazo vino también de parte del proverbial Consejo de Hombres de Negocios, que ante el mandamás amenazaron con dejar de invertir 33 mil 500 millones de dólares en 2016 si el sistemita no implementa estrictamente el Sistema Nacional Anticorrupción.
Como nadie está obligado a lo imposible, el dueño de las decisiones federales sólo puso cara de what? Y salió con su batea de mondongo de que iba a ajustar las tuercas en su equipo, luchar contra la corrupción, que es “un fenómeno cultural”, según su propio credo, que santigua lo mal habido…
… y llevar hasta su concreción las siete leyes del famoso Sistema Anticorrupción, de las que a estas alturas sólo quedan deshechos normativos, encaminados a proteger los actos de rapiña de fruncionarios, familiares y “coyotes” de los mexiquenses. El Senado de Humberto Castillejos, no del infeliz Emilio Gamboa su intere$ado palafrenero, se encargó de la tarea sucia de impedir a toda costa que pasaran. Demasiado tarde para la reversa. La orden está dada.
Chapodiputada: la pieza mayor de la anticorrupción
El período extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión, publicitado como la esperanza para barrer con la corrupción adictiva, presentó como número estelar ¡el desafuero de la diputada local por Cosalá, Sinaloa, Lucero Sánchez!, por el delito de visitar a su pareja, El Chapo Guzmán, en la “prisión de Alta Seguridad de Almoloya”. ¡El colmo de la impericia… y de la estulticia de un sistemita que no sabe ni pa’ dónde hacerse!
Como no han tenido la capacidad de integrar una sola averiguación previa contra alguno de los enormes criminales colectivos que han sido sometidos a proceso penal, menos a Kate del Castillo, una actricita que se rió frente a las narices de todos los mastines de Atracomulco, quieren remediarlo con una acción prosopopéyica que da lástima y encabrona aún más al respetable.
Cuando los gabachos dijeron que iban a devolver a México al Güero Palma, comandante, junto con El Chapo Guzmán, del Cartel de Sinaloa, los de Atracomulco no supieron qué contestar, porque no saben qué hacer con el famoso contrabandista, a pesar de que tenga cientos de procesos abiertos por delitos de gran envergadura cometidos en este país.
Los dientes del sistema ya no alcanzan ni para morder lechugas, menos para querer atracarse con un platillo de esa magnitud. Ni con caninos y molares prestados. Carece de la fuerza, de la aprobación y de la credibilidad de la mayoría de los mexicanos.
El voto antisistémico no era para el PAN, si para Morena
Cuando los teóricos sagaces del Grupo Atracomulco se dispusieron a elevar el gramaje permitido de posesión de mariguana, se entramparon en la tercera pinza: el narcotráfico, que detectó una escalada dirigida a crear un ambiente favorable para iniciar la discusión sobre la remota legalización de otras drogas y destruir los veneros de su riqueza. Una medida plausible, la echaron al cesto de la basura, por falta de inteligencia, rumbo y ritmo.
El narcotráfico se la cobró generando una movilización electoral sin antecedentes en varios Estados del país, que le dieron el triunfo a la derecha panista el 5 de junio pasado. Si el voto hubiera sido reflexionado, se hubiera inclinado por los candidatos anti sistémicos que proponía Morena. Como fue inducido, se orientó hacia el blanquiazul, al que le dieron respiración artificial.
La fuerza del narcotráfico irrumpió con dureza inusitada en el antes sagrado recinto electoral del sistema. De hoy en adelante, el crimen, ése sí verdaderamente organizado, elegirá e impondrá a sus candidatos adonde se le antoje, sea un gobierno municipal, estatal o en Los Pinos.
Posiblemente argumente que puede hacerlo mejor, y con mayor sensibilidad política, económica y social, que los desclasados mexiquenses. Cualquier narquillo podrá cruzarse la Banda Presidencial, postulado por cualquier formación de franquicias, o hasta como independiente. Y la disyuntiva será: a parir chayotes o a volver, quizá con cierto decoro, a un mundo que ya conocemos, pero con reverencia institucional.
Tienen falta de escrúpulos, ¡hasta para robar!
La historia moderna de México relatará que todo este desaguisado de las tres pinzas que atraparon a los tolucos en un país que nunca conocieron, se habrá vuelto una realidad, gracias a la rapiña desenfrenada de una pandilla de mentecatos a la que en mala hora confiaron la gobernabilidad y la credibilidad de todo un país.
La falta de escrúpulos hasta para robar, dio al traste con todo.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: El líder priista Manlio Fabio Beltrones recién dijo que su partido hará un análisis profundo en torno a lo sucedido en las elecciones del 5 de junio. Sabe que el 2018 está a la vuelta de la esquina y que, a pesar de lo que se dice que es derrota, el PRI es el partido que gobierna a la mayoría de los mexicanos en 15 entidades federativas, y que a eso se suma que el 5 de junio ganó el 43 por ciento de los ayuntamientos en disputa y obtuvo la mayoría en siete de los 12 congresos locales que serán renovados. Bien que así lo vea el sonorense, aparentemente guiado por lo que decía en su tiempo el general y político argentino José de San Martín: “Una derrota peleada vale más que una victoria casual.”
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com / @pacorodriguez