La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Menos pensiones y menos nómina… ¡como anillo al dedo!
La pandemia del COVID19 no provoca el desempleo, lo profundiza a causa de la parálisis económica derivada de las medidas sanitarias de confinamiento.
El que un sector de la población económicamente activa se encuentre desocupado, es un fenómeno del capitalismo y el porcentaje de los ciudadanos en tal circunstancia, depende del grado de desarrollo de las economías, en todo caso, el desempleo es un factor que sirve para abaratar la mano de obra.
Por tal motivo, no sería extraño que lo que hoy vivimos, sea aprovechado por los grandes corporativos para replantear sus políticas de empleo, es decir, la sana distancia puede ser utilizada como argumento, para hacer permanente el recorte de las plantillas laborales.
Si en algunos países, la llamada flexibilidad laboral permite acotar al mínimo los derechos de los trabajadores, la situación que hoy vivimos, puede convertirse en el momento idóneo para reducir, aún más, las garantías de los asalariados a tener una justa retribución.
Ya sabemos, que el lema de los ‘triunfadores’ es hacer de la crisis una oportunidad, sobre todo, cuando de expoliar recursos se trata.
Hoy vivimos un tiempo histórico, en el que la nostalgia por los ‘moditos de más antes’, adquiere carta de naturalización, so pretexto de cuidarnos de la peste. Queda registrado.