La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El manual del jodido consiste en un solo paso: ¡sálvese quien pueda!
Uno de los fenómenos que ha quedado al desnudo con la pandemia, es la desconexión que hay entre el gobierno, los medios de comunicación tradicionales y la inmensa mayoría de los mexicanos, sobre todo los que viven en pobreza y pobreza extrema.
La primera babosada, es pedirles que se queden en casa cuando no tienen, porque un espacio en el cual viven hacinadas diez personas no es una casa, sólo una morada para no estar a la intemperie.
Luego vienen las recomendaciones de higiene, siendo que millones de mexicanos no disfrutan de agua entubada y/o gel antibacterial, ni dinero para comprar todo tipo de artilugios, mucho menos para cambiarse al ‘regresar a casa’ y lavar la ropa con agua caliente, tirar los guantes y el cubrebocas en una bolsa de plástico, ducharse y…
En este tenor están los programas de radio y televisión, que suelen dar consejos al respetable y le hablan a los ricos y famosos para que pasen sus tips de cuarentena: practicar yoga, pintar al óleo, hacer bicicleta, ponerse al día en repostería francesa, comida italiana y un variopinto de temas, para los que se requiere algo más que un salario mínimo.
Esos sí, frente al problema, hay que tener toda la aptitud, nada de andar de ‘mal vibroso’, mentalidad positiva al mil, porque como México no hay dos y saldremos adelante.
¿Será tan difícil entender que algunas recomendaciones se pueden convertir en insulto?