MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Humanista, dícese de “la persona con una manera de ver el mundo basado en el hombre como centro de las preocupaciones terrenas, un hombre que investiga, que crea, que cuestiona, sin límites ni restricciones religiosas”, refiere una de las definiciones citadas en el tumbaburros.
Y sí, atinó usted.
Así se definió el licenciadopresidente poco antes de celebrarse las dos marchas de mujeres en la Ciudad de México y otras capitales mexicanas los días ocho y nueve de marzo último; la primera dominical por el Día Internacional de la Mujer y, la segunda, en lunes hábil por “Un día sin nosotras” que implicó la ausencia de mujeres en diferentes actividades en el país.
¿Es feminista el inquilino de Palacio? ¿Por qué se retractó la señora Gutiérrez Müller de su apoyo a la movilización del domingo nueve de marzo?
Ayer miércoles, temprano, en Campeche, en esa homilía que es la conferencia mañanera, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, por ahí entre su disertación escurrió una referencia. Lea usted:
“Quiero aprovechar ahora para expresar mis condolencias a los familiares de una legisladora de Colima que fue secuestrada y el día de ayer se encontró su cuerpo en una fosa clandestina. Quiero, primero, expresar mi condolencia a sus familiares, a sus amigos, compañeros. Fue algo muy lamentable. Y decir también, informar que en la mañana se nos presentó ya un reporte de detenidos que participaron en este crimen”-
Eso dijo el señorpresidente, como si leyera un parte policiaco. Inmediatamente dedicó mensaje de condolencias por el deceso Héctor Suárez, que sin duda merece el reconocimiento social, un gran actor y comediante cuyo deceso, por respeto, no tiene por qué ser parte del pésame presidencial irreverente, sí, irreverente, que evidenció la ausencia de solidaridad con un movimiento que demanda atención y combate al feminicidio.
Y, mire usted, no se trata de sectorizar o dar prioridad a un sector de la población. No, el punto es cómo la administración de la llamada Cuarta Transformación ha tomado en cuenta a este grave, severo problema del feminicidio, cuyo reconocimiento encontró reticencias en gobiernos estatales como en el ámbito de la oficina presidencial, de Andrés Manuel que ni siquiera tuvo interés en preguntar el nombre de la diputada local colimense secuestrada y asesinada.
Dígame si me equivoco. En la conferencia mañanera campechana, una colega preguntón más adelante:
–No sé si nos pudiera ampliar la información sobre el asesinato de la legisladora, ¿cuáles fueron los motivos?, ¿qué investigaciones tienen? (…)
–La investigación sobre el asesinato de la legisladora –respondió el licenciado López Obrador– está a cargo de la fiscalía del estado y ellos son los que están informando, y hay participación del gobierno federal, pero todavía no sabemos sobre las causas. Lo único es que hay un detenido y que ya hay una declaración culpando a los responsables, eso es lo único que hay.
Y hasta ahí la declaración del humanista presidente.
Fue la diputada federal priista Lourdes Érika Sánchez Martínez, quien entre el cúmulo de condolencias y reclamos de justicia de la familia política oficialista y de oposición, aludió a este desdén presidencial.
“Después del mensaje que dio el presidente para confirmar este deceso, nos damos cuenta que no nada más minimiza la violencia, sino está reacio a enfrentarla y reconocerla: no tuvo ni siquiera el valor de dar el nombre de manera expresa de la diputada, sí, se llama Anel Bueno, y es víctima de feminicidio y hay que decir las cosas como son, por respeto a ella y a todas las mujeres”, dijo la legisladora sinaloense.
–¿Se considera feminista?, le preguntó una reportera, el 4 de marzo en la conferencia mañanera ofrecida en San Luis Potosí.
–“Me considero humanista –respondió Andrés Manuel. Los temas permiten el debate, es un despertar de las conciencias, entonces yo considero que lo fundamental es el humanismo, es mi punto de vista, en el caso de nuestro país, considero que el principal problema que enfrentábamos era la corrupción.
Y luego, le consta a usted, en las mañaneras ha sido cuestionado de frente por activistas como Frida Guerrera, quien el 14 de febrero pasado lo increpó. Pero ha evitado manifestarse feminista, como si ello implicara algún pecado.
Lo que ha referido en una pueril defensa de su postura humanista es que atrás de las protestas y movilizaciones feministas por la violencia de género, están los conservadores, intereses del pasado reciente. Incluso sostuvo que los conservadores se disfrazan de deministas.
Y, aunque entre sus oficiosos defensores dentro del propio gabinete, como la doctora Irma Eréndira Sandoval Ballesteros lo califican como más feminista que sus antecesores, la declaración respecto del feminicidio cometido contra la diputada local colimense Francis Anel Bueno Sánchez, lo muestra alejado del concepto de humanista y más próximo al oportunismo de lamentar y dar el pésame por el deceso de un reconocido actor que falleció dos días antes.
Por esos días de principios de marzo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, consideró que López Obrador es un presidente feminista.
Cuando se le preguntó si se asumía como tal, Andrés Manuel se escurrió: “Me considero humanista”.
Y, se fue por esos caminos de la disertación para aterrizar en una barbaridad:
“No dejamos de reconocer la importancia que tienen movimientos como el feminista, animalista, ambientalista, el de defensa de derechos humanos, todo eso… pero consideramos que lo principal es la igualdad en lo social, que no haya una sociedad donde unos cuantos lo tienen todo y la mayoría carece de lo más indispensable”.
¡Ah!, se declaró contra los feminicidios y, ¡caray!, recomendó que las protestas, las marchas de organizaciones feministas, pues, sean pacíficas, sin violencia.
Y del caso de la legisladora colimense, una frase sin pinta de humanismo, lectura de un parte policiaco.
¿Hubo alguna omisión en las investigaciones demandadas por la señora madre de la legisladora? Que se recuerde, el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez, pidió por ahí del 21 de mayo pasado que se apresuraran las investigaciones. Pero nada.
La diputada Bueno Sánchez fue levantada el 29 de abril por un grupo de sujetos encapuchados y armados.
Era legisladora de Morena y es evidente que al partidazo y al señorpresidente dueño del partido les interesó un bledo utilizar a toda la maquinaria de seguridad ciudadana federal para localizarla. Hoy, dice el licenciado López Obrador, hay detenidos que participaron en el crimen. Hoy, ¿por qué hasta hoy?
Será, pregunto, que Alfonso Durazo también es humanista y las denuncias de feminicidios no le importan y no le importó el caso de la legisladora. Pasaron 34 días desde que fue secuestrada, levantada por delincuentes.
¿El humanismo del señorpresidente privilegia los abrazos y no balazos y el perdón de los pecados del crimen organizado?
No, no tiene caso referir que le interesó más el Tren Maya y el discurso populachero y oportunista. Ese periplo por tierras chiapanecas, quintanarroenses, campechanas y tabasqueñas ha sido de pena ajena. Sobre todo cuando el inquilino de Palacio refiere que si las cosas se ponen mal con la pandemia y viene el rebrote del Covid-19, porque no está “domado”, pues otra vez hay que guardarse en casa. Vaya reflexiones de El Humanista. Digo.
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