Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
La noche del jueves 4 de junio de 2020, México permaneció varias horas en primer lugar mundial de nuevos casos de fallecimientos por Coronavirus en un solo día.
Independientemente de que se tratara de registros atrasados: con 12 mil 545 fallecimientos y otros 816 por confirmar, México ocupaba el PRIMER LUGAR mundial de muertes a las 22:00 de este día. aunque es indispensable precisar que esa posición fue efímera y se debió a que nuestro país fue el primero de la jornada en dar sus cifras a nivel global, y se trata de números relativos, y no absolutos.
En las entregas anteriores de este diario habíamos referido como México ascendió del lugar 17 al 15 en el promedio de contagios y muertes ocasionados por el Coronavirus. Al cuatro de junio ascendió un lugar más, está en el 14. Así lo hicimos porque es el principal indicador de todos los que utiliza la Organización Mundial de la Salud y los que sirven de referencia al hospital Johns Hopkins, cuyo seguimiento es reconocido como uno de los más puntuales. Sin embargo, quedó pendiente de precisar que, si solo se toman los casos de muertes confirmadas por COVID en México, ocupamos el séptimo lugar mundial.
Hay mucha diferencia entre el lugar 7 y el 14 ¿A qué se debe?
Con la misma fuente se puede asegurar que Hugo López-Gatell y Andrés Manuel López Obrador son héroes o villanos. La politización es inevitable. Lo cierto es que López-Gatell tiene el papel a veces ingrato y otras heroico de ser vocero del conjunto de datos que le proporcionan 32 entidades federativas. Por su parte López Obrador vive entre dos fuegos, si frena un poco la cifra de 12 millones de desempleados contratando 85 mil personas, es un irresponsable por gastar en obras públicas que, si dejan utilidades, serán muy a futuro; en lugar de usar ese dinero para seguros inmediatos de desempleo … si lo empleara en repartir el dinero, tal y como lo hacen en Estados Unidos en estos casos, lo acusarían de solapar la haraganería.
Si la gente trabaja, es un irresponsable por permitir que se incremente la gente en las calles; si no lo hace, es un ignorante que no sabe que, si los muertos se cuentan por miles, los desempleados suman millones.
La caída de Tenochtitlán se debió no solo a que no existía una sola nación, sino un imperio, el Mexica o Azteca, según quien lo refiera, que tenía hartos no solo a los tlaxcaltecas, sino a varias naciones autóctonas más. Tampoco fue únicamente el acero y los caballos, sino que a todo esto hubo que sumar los gérmenes, en concreto la viruela.
La principal resistencia a la invasión de Estados Unidos se dio en la Ciudad de México entre el 19 de agosto y el 14 de septiembre de 1847, en las batallas de Lomas de Padierna, Churubusco, Molino del Rey y Chapultepec; en otras palabras, cuando el enemigo ya estaba en la capital.
Antes, el ejército de Estados Unidos, siguió casi exactamente la ruta de Cortés. Desembarcó en Veracruz, siguió por Puebla y no fue hasta llegar a la Capital cuando sufrieron y causaron bajas. Destacó la defensa de la población civil de la Ciudad de México, que con agua y aceite hirviendo desafió a los estadounidenses. Coloquialmente podría decirse que se opusieron a los rifles y cañones con mentadas de madre.
Yo no se porque, a lo mejor el lector sí lo sabe, pero un grupo de “mexicanos” que mucho me recuerdan a los que hoy hacen manifestaciones en Cadillac y otros automóviles de valor millonario, le ofreció un banquete al general invasor Winfield Scott en el Convento de los Carmelitas; además se comprometieron a que la policía rural mexicana apresaría a los desertores del ejército de Estados Unidos, con la consecuencia de ahorcarlos y marcados con fuego, como se sabe ocurrió con nuestros repentinos aliados del Batallón de San Patricio.
Antes según algunos historiadores, los soldados de Estados Unidos fueron homenajeados con bailes en Jalapa, Veracruz.
Si la oficialmente llamada Cuarta Transformación, y por los detractores, Transformación de Cuarta se enfrentaba ya con muchos obstáculos, con el coronavirus son ahora muchos más.
Pero volvamos a los números: de acuerdo a las cifras del 4 de junio de 2019. A la misma hora del cuatro de junio, 10 de la noche, Estados Unidos contabilizaba 110 mil 173 muertos en total, lo que lo colocaba en PRIMER LUGAR MUNDIAL. México tenía 12 mil 545, de manera que en esta medición se posicionaba en el séptimo lugar, por debajo de la Unión Americana, Reino Unido, Brasil, Italia, Francia y España.
Si la medición es considerando únicamente casos activos, Estados Unidos vuelve al primer sitio con Un millón 101 mil 626 pacientes, de los cuales se encontraban en estado crítico 17 mil 083. En esta tabla México se va hasta el puesto 22, con 17 mil 687 casos, y 378 críticos, respectivamente.
Si se considera el numero de casos de coronavirus por cada millón de habitantes, la peor cifra corresponde a Qatar, con 0.0000227 de cada millón; y en la misma proporción, el segundo lugar es el pequeño país de San Marino con 0.0000193; el tercero, la minúscula ciudad de El Vaticano con 0.0000149. San Marino, observemos, no llega a 34 mil habitantes y El Vaticano apenas supera los 800. Por eso hay que recalcar que tratamos con proyecciones si fuera el caso de que cada uno de estos países superara el millón de habitantes; obvio, no es así. En esta lista México ocupa el lugar número 71, con 0.0000082 casos por cada millón de habitantes.
Si queremos politizar la pandemia, podemos decir entonces que Juan Pablo II es menos eficiente que López Obrador para prevenir los contagios. Si queremos maximizarla entonces hay que decir que el marcador de muertos en México es de 12 mil 545 más 816 sospechosos, mientras que el del Vaticano es de cero.
Ah, pero podrá apuntar otro lector, y con razón, es que a lo mejor los casos graves del Vaticano no se registraron ahí, sino que se llevaron a los pacientes a Roma, que está a unos cuantos metros de distancia.
El tema es que las cifras engañan, pero no el hecho inenarrablemente cobarde de ver como un sujeto coloca una sustancia inflamable a un policía de Guadalajara y le prende fuego por la espalda.
Hoy, como en 1521 y 1847, nuestro principal problema no es un extraño enemigo, sino el no poder ponernos de acuerdo para enfrentar a un multihomicida llamado Coronavirus. Por cierto, ¿con cuanto han cooperado los legisladores de todos los partidos en México para financiar centros de investigación para que sea en México donde se desarrolle una vacuna o se financien las pruebas que tanto reclaman? Politiqueros, oportunistas. Despreciables.