La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La definición de conceptos es fundamental: no es lo mismo reformar que asaltar
Al presidente López Obrador le asiste toda la razón cuando afirma que el Instituto Nacional Electoral es muy caro, lo único improcedente es que ataque a la institución a dos meses de que inicie el proceso electoral. Los de 2021 serán procesos concurrentes que se tendrán que jugar con las reglas establecidas, ya después se puede dar una reforma de gran calado.
Lo primero y más costoso es una burocracia que en buena parte no se justifica, sobre todo los mandos altos, luego, los cientos de millones de boletas electorales que son impresas en papel seguridad, lo que las hace más caras.
A esto debemos agregar toda la parafernalia de cuadernillos, displays, carteles y un largo etcétera de papelería, que es utilizada para la capacitación de los funcionarios de casilla.
Este es el quid del asunto: boletas y papelería electoral son los grandes negocios, que por extrañas razones, son entregados a empresas vinculadas a tal o cual magistrado electoral. El tercer elemento que se pelea, en el Programa de Resultados Electorales Preliminares.
La urna electrónica, permite tener resultados en tiempo real y si la capacitación a los funcionarios también se hace en forma digital, hay un ahorro muy importante. En lo que toca a los PREPs, las universidades públicas bien pueden desarrollarlos.
Desde luego, que el asunto no debe quedar a juicio YSQ, sino de un comité de expertos.