La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Ejemplo global, mienten y traicionan en tiempo real
Es claro que la pandemia de coronavirus no es responsabilidad de ningún gobierno, ocurrió y lo que corresponde es enfrentar el fenómeno con estrategias adecuadas, diseñadas por expertos que privilegien la Salud Pública por encima de los aspectos políticos.
En este sentido, en México sucedió lo contrario, la apuesta de la 4T se dio con el afán de convertirse, presuntamente, en un ejemplo mundial de manejo exitoso del asunto.
Así las cosas, lo primero era mitigar los contagios, pero no sólo con el confinamiento, sino en las estadísticas y para esto último, la decisión fue no hacer pruebas, si no hay confirmación, no hay enfermos: ¡unos genios!
La otra táctica, fue certificar muchas defunciones como neumonía atípica, lo cual ayudaba a demostrar lo atinado de las políticas establecidas al no haber tantos muertos por COVID19.
No obstante, la terca realidad ha echado por tierra todos los pronósticos oficiales ofrecidos por el doctor López-Gatell, el famoso ‘pico’ de casos positivos no llega y ya ocupamos el sexto lugar mundial con más decesos y contando.
Insistimos, el virus no es responsabilidad del presidente López Obrador, pero su pretensión de convertirse en un referente global de buenas políticas públicas, llevó a que la gestión de la pandemia se volviera un desastre, del que alguien tendrá que dar cuentas algún día.