La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Ahora hasta bueyes nos salieron…sin la ubre no son nada
En menos de una semana el PRI fue acorralado en forma contundente: la extradición desde España de Emilio Lozoya y la aprehensión de César Duarte en Miami, avizoran una temporada muy amarga para sus dirigentes, sobre todo para la cúpula del peñato.
Como ya se ha dicho, Lozoya hablará del daño patrimonial a PEMEX, además de los ‘apoyos’ de la multinacional brasileña Odebrecht a la campaña presidencial de EPN.
Por su parte, César Duarte tiene toda la información sobre la ‘operación zafiro’, un entuerto electoral para el que se habrían desviado alrededor de 600 mdp de dinero público en 2016, con el presunto visto bueno de Manlio Fabio Beltrones y Luis Videgaray.
Así pues, ante circunstancias tan adversas, los líderes del ex partidazo se enmudecen ¿dónde está Alito?, ¿qué dice Emilio Gamboa?, ¿Beatriz Paredes no tiene nada que contar?
A los anteriores podríamos sumar al propio Manlio, a Salinas, a Zedillo, a Labastida, a Peña, en fin, una cauda de personajes que hicieron fortuna e historia al amparo del tricolor.
El tema de fondo radica en que al hacer mutis, los priistas otorgan y aceptan pavoridos todas las imputaciones. Por decoro, deberían espetar un mea culpa.
La historia ya los condenó, ahora falta la Fiscalía General de la República.