Por Gilberto Celis
Acuso dos recibos y apunto de los tres monos sabios su enseñanza de “ver, oír y callar” que convertí en ceguera, mudez y sordera por la prospectiva de AMLO del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec sostenido con el exterminio de los originarios posesionarios de la tierra para neoliberal aprovechamiento de su situación geográfica y sus riquezas naturales; en complicidad con el mexiquense gobernador Alí Murat y los presidentes municipales.
— Tren AMLO alimentado por combustible humano.
Exterminio intencional de los pueblos de la zona norte istmeña por la privación del acceso sanitario, hospital Covid e insumos por la pandemia del Covid-19 que dan lugar a un estado de indefensión sanitaria.
— Continuidad del neoliberal Decreto de Extinción de los Ferrocarriles Nacionales de México.
Porque, cierto, bien saben que el Covid-19 no es una bacteria, microorganismo unicelular con núcleo, membrana y citoplasma. El Covid-19 es un virus, del latín “veneno, ponzoña”, de código genético RNA, encapsulado; que se introduce como un parásito en una célula viva para sobrevivir y replicarse; y al mutar, daña o mata a la célula huésped.
— Por eso sólo la vacuna puede eliminarlo y las medicaciones reducir la severidad de la enfermedad viral.
Aquella prédica del Padrecito Andrés Manuel, no robar, no mentir, no traicionar, se pierde en la labilidad y contradice al código moral contenido en la escultura del Santuario de Toshogu de “no escuchar lo que te lleve a hacer malas acciones, no ver las malas acciones como algo natural y no hablar mal sin fundamento”.
Ver, oir y callar-mentir, robar, traicionar
Le digo, abe, Dios nos guarde de ese paternalismo con esa reflexión moral y política; habida cuenta, a cinco meses de la pandemia, en Matías Romero, solo cuenta con el Hospital de Campo Bienestar No.37 IMSS, la falta de insumos hasta para lo básico y la lectura diaria de buen número de médicos y enfermeras positivos y fallecidos por el contagio en el cumplimiento de su Juramento Hipocrático.
— El ISSSTE, solo es un dispensario médico a treinta y tantos años de tener como director al actual presidente municipal.
— El Centro de Salud, enconchado.
Queda clara entonces la cuestión que nos ocupa por la simpleza del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas presidenciales a la solicitud de instalar en la cabecera política distrital local, Matías Romero, un Hospital Covid, Y su respuesta de tener ya uno en Oaxaca, y en Juchitán.
— Para llegar a Oaxaca, además de conseguir con qué y quién le llevará al paciente de los 6 pueblos a Matías Romero, entrará a la carretera Transístmica y 60 kilómetros después, de Juchitán cruzará la montañosa serranía del nudo mixteco en camino de herradura llamado carretera estatal.
— Para Juchitán, altamente infectado, prenda veladoras porque enfrentará seguro cierre del Hospital General y un Hospital Covid que de 30 camas abrió con 5 solamente por fallas técnicas,
— En ambas ciudades la protesta por falta de insumos, equipo y protección que han dado lugar a cientos de contagios, positivos, y fallecidos entre el personal médico, enfermeras y trabajadores.
Y, mire usted, Ixtepec, que orgullosamente el mexiquense gobernador de Oaxaca Alí Murat dijera ante AMLO la Ciudad de su familia turca, ya tiene positivos dentro del Hospital y lamentando los bloqueos de calles que hicieron para rechazar la instalación del Hospital Covid en el campo deportivo.
Intencional estado de indefensión sanitaria supone genocidio de posesionarios de las tierras donde los fallecidos alimentaran de combustible el Tren AMLO del Istmo y las riquezas naturales neoliberal y 4reramente explotadas.
— Por eso le digo.
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