Por Magdalena García de León.
Alguien les habrá explicado a los diputados que son los representantes populares y lo que esto significa. Que son elegidos por los ciudadanos para que defiendan sus intereses, los de los ciudadanos, claro, no los de los diputados. Que si no fuera por el voto de los ciudadanos no tendrían el cargo, el sueldo, las dietas, los coches, los choferes, las secretarias, los asesores y todos los demás privilegios de los que disfrutan tres años.
Por eso deben defender las iniciativas ciudadanas, no lo que les mandan los senadores, sus partidos o sus bolsillos. La iniciativa 3 de 3 debió ser aprobada como la enviaron los ciudadanos, que cumplieron con todas las exageradas exigencias que se impusieron para que se le diera entrada en el Congreso.
Entiendo que los senadores son los representantes del pacto federal, es decir de los estados y los diputados los populares, es decir de los ciudadanos, entonces ¿Por qué no actúan en consecuencia?
Como siempre responden a los mas mezquinos intereses, los suyos y de sus partidos, por eso hemos visto a personas inteligentes, en algunos casos hasta brillantes, hacer el ridículo más espantoso, o actuar con el mas grande de los cinismos, como el senador Manuel Bartlett, queriendo hacerse el gracioso al justificar porque no voto por la iniciativa 3 de 3. El intransigente ex secretario de Gobernación, al que se le cayó el sistema, priista de pura cepa, ahora miembro del Partido del Trabajo y aliado de Andrés Manuel López Obrador, deja de votar por una iniciativa popular, que obligaría a los funcionarios a demostrar que no se están enriqueciendo a partir de sus cargos. ¿Que es lo primero que pensamos de un a situación así? Pues que se están curando en salud y que quieren proteger lo ya robado y dejar abierta la puerta para poder hacerlo en los próximos cargos que desempeñen.
De verdad ¿Se puede justificar el remedo de ley 3 de 3 aprobada por diputados y senadores? Creo que no, ni los desvergonzados legisladores podrán explicar esta trastada, no quisiera estar en sus zapatos cuando sus hijos les pidan cuentas o simplemente les digan que los admiran.
La única salida a situaciones como esta es que se deben establecer mecanismos que permitan que los legisladores dejen de ser juez y parte en los asuntos que les atañen, como aprobar sus presupuestos, sus salarios y sus beneficios y que las iniciativas como la de ley 3 de 3 se emitan por decreto y no pase por las manos de los interesados.
La jugada de involucrar a los empresarios fue una burda salida para que estos últimos se amparen contra dicha medida y así poder derogarla, eliminarla y librarse de la transparencia, de la claridad que significa la tener la cara, las manos y la cola limpia, cosa que no quieren hacer, quieren poder seguir robando con toda impunidad.
Los ciudadanos no debemos permitirlo, la manera de demostrárselo es dejando de votar por ellos y sus partidos.
Con nuevas siglas, pero el PRI sigue su esquema de los años 70, 80 y 90 con sus partidos satélites, antes eran el Partido Popular Socialista y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, ahora son el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo. ¿Será Bartlett uno de esos diputados que cambiaba del PRI al PARM y de regreso, según se lo mandaban? Si es así qué triste papel, a la vejez… saltimbanqui.