Andy S.K. Brown
MIAMI, FL.- Viajeros frecuentes a la ciudad de Nueva York regresan con noticias sobre el ex Presidente de México Enrique Peña Nieto, a quien parecen habérsele juntado todas las pulgas.
No sólo su excolaborador Emilio Lozoya ha revelado en testimonio ante Ministerio Público que, junto con el jefe de la banda Luis Videgaray, robó, robó y robó, al tiempo que ponía en manos extranjeras la soberanía y riqueza petrolera del país, también porque el “noviazgo” con la señora Tania Ruiz ha terminado y, lo peor, porque en la isla de los rascacielos se rumora que padece una enfermedad terminal.
No que el último exponente del Grupo Atlacomulco merezca compasión, tampoco que se le desee la muerte, pero amigos de él, algunos de origen potosino, quienes lo ven con cierta frecuencia reportan que su estado anímico está por los suelos, lo que poco le estaría ayudando a recuperar la salud.
A ello también ha contribuido el asesinato del padre de su antes inseparable amigo Luis Miranda Nava y las crecientes sospechas de que el “suicidio” en prisión de quien fuera señalado como su asesino se realizó de forma por demás burda.
Annus horribilis este 2020 para Peña Nieto, el primero quizá de muchos… o de pocos, si es que el rumor que corre en Manhattan sobre su enfermedad terminal se confirma.
¿Y qué enfermedad terminal podría ser ésta?
¿Acaso cáncer? ¿Tal vez SIDA, dada la promiscuidad que, es sabido, en la que se desenvuelve desde hace años el expresidente? ¿Cuál otra enfermedad terminal puede ser?
Dicen que el mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía… pero existe.
Y todo indica que, por sus hechos conocidos, a Enrique Peña Nieto se lo está llevando el diablo.
El interurbano y la plusvalía
Una virtud tiene la declaración ministerial de Emilio “L”. En ella se menciona a todos los corruptos del billete grande: Carlos Salinas, Felipe Calderón –aunque la del manejo de la “lana” siempre ha sido su esposa Margarita–, Luis Videgaray, el ya citado Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, et al…
“No dice nada de Nuño, ¿por qué?, le preguntamos a un observador del peñato que ahora reside en un condo con vistas a Biscayne Bay. “Pues porque a Aurelio Nuño nunca lo dejaron acercarse siquiera a los grandes negocios.”
“Pero, ¿sí hizo lana?”, repreguntamos. “Poquita. Apenas una piscacha. Nunca le tuvieron confianza”.
Erwin Lino, quien fuera secretario particular de EPN durante más de una década, también es uno de aquellos a los que nunca permitieron entrar al ¿privilegiado? círculo de la corrupción en grande… y aún así tiene su lanita.
Él, como muchos otros ex peñistas, ha iniciado una lucrativa constructora de vivienda y ya urbaniza fraccionamientos en el boyante municipio Metepec, en las goteras de la capital del Estado de México.
Un negocio a más o menos corto plazo, pues adquirió terrenos contando con información privilegiada: el trayecto y la terminal del inacabado tren interurbano de Ciudad de México a Toluca.
¿Algún día terminarán esa obra que el finado Gerardo Ruiz Esparza prometió quedaría concluida a finales de 2017?
¿Será hasta entonces que Erwin Lino se acerque al billete grande por la plusvalía que adquieran sus fraccionamientos?
Lozoya y Grupo HIGA
Volviendo a Emilio Lozoya, una pregunta para la Fiscalía General de la República:
¿Están enterados de que un día antes de la detención del entonces prófugo ex director de Pemex, éste fue visto saliendo de una notaría en Málaga acompañado de Juan Armando Hinojosa Cantú, el propietario de la controvertida constructora HIGA, cómplice del peñato?
¿Qué firmaron?
¿Una compraventa?
¿Un compromiso?
Estaría más que bien que la Fiscalía filtre también lo que sabe de ello.
Hagan pruebas de Covid, please
Hasta la noche del jueves 20 la Secretaría de Salud del gobierno mexicano reportaba casi 544 mil casos activos de Covid-19. Ese mismo día el Departamento de Salud del gobierno de Florida reportó casi 589 mil casos en este estado de la Unión.
¡Más casos de coronavirus en un solo estado de EU que en todo México!
Sí.
Pero hay un detalle que hace que las cifras se acomoden mejor.
A diferencia de México, en Florida sí están practicando pruebas de detección del virus en cantidades que podrían calificarse como masivas. La SSA mexicana las hace selectivas y, además, muy pocas.
Con ello es imposible saber cuántos contagiados reales hay en el país que dice gobernar Andrés Manuel López Obrador.
Si hicieran pruebas…