Jorge Miguel Ramírez Pérez
Siempre es algo de lamentarse que se revelen bribonadas en el ejercicio del poder, pero no porque no deban enterarse los mexicanos, sino porque las consecuencias de los escándalos, vienen a demostrar que, en el fondo, no pasa nada que se acerque a la justicia que ingenuamente, se espera se les aplique a los pícaros.
En realidad, mas allá de venganzas políticas y sobre todo personales, que se muestran en los medios de comunicación; efectivamente no solo no se aplica la ley, sino las negociaciones sin elementos realmente probatorios, que pongan a los peces gordos en la parrilla, se significan como una burla doble, porque lo que la gente ya sabe de las raterías, supuestamente se comprueba, pero de ahí no pasa.
Como se sabe los videos no hacen prueba. No pasan de las redes y los noticieros, golpean la moral pública, para que la gente diga inequívocamente, que los pillos en México, son siempre más poderosos que las autoridades guangas.
Los aparentemente exhibidos después de un tiempo andan muy campantes, justificándose de que “enemigos políticos” los quisieron afectar pero que ellos salieron airosos.
Esa práctica es una burla que lleva años. Allí están Raúl Salinas de Gortari, Bejarano, Dante Delgado, y muchos más, que gozan de los beneficios de las pillerías porque los delitos prescribieron o les ayudaron con procedimientos a modo. Siguen gozando de los privilegios del poder a ciencia y paciencia de los que se venden como justicieros, pero de casos menores o de obsesiones vengativas.
La gente estaba contenta con saber que un Salinas o un Calderón, Peña o Videgaray están en la mira de los fiscales, pero en unas horas se dieron cuenta que las dizque pruebas son de personeros de bajo nivel, sujetos desconocidos para el gran público, es decir tiples de tercera fila, no vedettes que merezcan al menos el espectáculo que se quiere montar y que se cae solo, dejando peste por todos lados, pero ni un rastro que demuestre algún sentido de eficacia, solamente el de distracción.
La práctica de la caja china, como estrategia estelar ¡Hágame el favor!
Para empezar ningún político pillo hace la torpeza de operar la suciedad directamente con peligro de grabación. Siempre “hay gente de confianza” cuyo mérito es quemarse solos. Nadie firma nada, un presidente de México, solo firma acuerdos relevantes, ni una evidencia. No lo hizo el primero: Guadalupe Victoria, en los orígenes de la República, ni el de ahora firma algo. Así que a espantar a otros con el cuento de que, “la justicia puede mas que las leyes”. Si no pueden acreditar crímenes a capos, que salen a poco de ser encerrados, menos a grillos mañosos.
Lo que se desató ya, fue la guerra de excremento. Porque los afectados tienen arsenales viejos y nuevos con relatos para todos los contendientes, kilos de suciedad, que para variar desacreditan a la muy desacreditada actividad gubernamental y también la electoral.
Porque, aunque lo nieguen, es claro que el exgobernador de Chiapas y otros, se hacen amigos del poder antagónico, aportando lo único que saben y pueden, suministrando lana sustraída de las arcas de sus desvencijados estados. Cada capítulo de esta novela, llena las mentes a mayor incredulidad hacia las autoridades y quieran o no, la gente no se confunde y dice: “todos son iguales” y lo son, porque lo electoral sin dinero grande no gana ni un municipio.
Esas transas no son problema solo de México, lo electoral con maña tiene un oscuro pasado de prácticas nefastas, lo de las tortas y acarreados se hacía en Inglaterra, pero en el siglo XVIII, el caso de México es patético, sigue con las aportaciones debajo de la mesa bien después de tres siglos de uso en el primer mundo.
Los videos y los escándalos analizando, sirven más bien al poder para podar a los elementos que comen de más, que se empachan, aquéllos que ya estorban y que les cayó mal el poder desde la perspectiva del jefe. En la semana aprendieron a Bannon el presuntuoso estratega de Trump, que junto con otros siete está siendo investigados o purgando condenas. Eran gente del presidente de los Estados Unidos, antes en la campaña y al tomar posesión, hoy son cartuchos quemados que no le sirven ni a Trump, ni a nadie, revelen lo que revelen, ya chuparon faros. Muchos videos encajan en esta hipótesis.
Y claro que si les buscan a los expresidentes hay elementos de sobra para cargar al que sea, no porque firmen o no, sino porque son muchos los resquicios que dejaron los cercanos que pueden hundir a los peces gordos. Un ejemplo es Patricia Elizondo afecto principal de Calderón, abusiva y prepotente; José Antonio González el concuño de Salinas y así por el estilo, es una larga lista; no digamos los casos de los “perdonados” Deschamps y Osorio Chong. La gente quiere que opere la guillotina.
Así que si quieren hacer justicia que la hagan bien. No con los izquierdistas trasnochados del salinismo como Aguilar Camín, multibeneficiado con enormes contratos, que por cierto tienen que dar a conocer.
La Función Pública, igual que con Fox y Calderón se contentan con actos de cartón y extorsión. Los de ahora no pueden acreditar todo el daño de ese régimen más corrupto en la historia de México, que fue el de Peña.
Por lo pronto ojalá que los pillos de los dizque nuevos partidos también se les exhiba y no les den el registro. Porque ya colaron desde el poder que usaron dinero ilegal para “cumplir” tramposamente con los requisitos. A ver si no se arrepienten como lo hacía Fox. Y eso que nos son iguales.