CHETUMAL.– Narco-aterrizajes, ejecuciones, cientos de narco-tienditas, inseguridad, levantones y aumento indiscriminado de robos y asaltos se convierten en el común denominador de la capital del Estado, ese que por muchos años fue nombrado una de las ciudades más seguras y sanas del país.
La falta de compromiso de las autoridades de los tres niveles de gobierno ha hecho que Chetumal y toda la zona sur de Quintana Roo se convierta en un nuevo bastión de la droga y de las células criminales que están asentando sus trincheras en diversos municipios y comunidades de la geografía.
Lo anterior ha hecho que se recrudezca la violencia. Y eso se constató a un día del IV Informe de Gobierno y casi enfrente de autoridades federales, estatales y municipales, respectivamente, ejecutan a dos personas, en diferentes horas, en la capital del Estado.
Quedando al descubierto que el trabajo realizado por los mandos es un auténtico fracaso, puesto que en lo que va de 2020 se han registrado 280 ejecuciones en todo el Estado, sin que la Secretaría de Seguridad Pública, Fiscalía General del Estado y/o autoridades militares pueden detener o combatir el crimen organizado.
Asimismo, queda al descubierto el derroche de recursos del Gobierno del Estado ha sido en vano, así como la implementación del Mando Único de Jesús Alberto Capella Ibarra, quien ha demostrado ser ineficiente para el encargo.
De acuerdo con Sol Quintana Roo, recientemente el Gobierno del Estado entregó setenta patrullas al Mando Único al secretario de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, quien a casi dos años de asumir el cargo no ha ofrecido resultados, al contrario, la ola de violencia se ha generalizado y permitido que más grupos criminales ingresaran a Quintana Roo, tanto en la zona norte como en el sur, donde la lucha por el poder ha dejado hasta la fecha 280 ejecuciones en la entidad.
El crimen organizado no perdona, en lo que va del año al menos media docena de niños han sido ejecutados, y otros cuatro con heridas que le marcan la vida a tan corta edad, viven con el miedo en su día a día, en un Cancún al estilo Sinaloa o Tamaulipas, estados donde la violencia es el pan nuestro de cada día.
MAQUILLAJE DE CIFRAS
La ola de violencia continúa creciendo en el Estado, pese a que las autoridades indican disminución, maquillando las cifras mediante el pago de difusión a medios nacionales, pero la realidad es conocida por los quintanarroenses que a diario viven con el ‘Jesús’ en la boca ante tanta inseguridad, abuso de autoridad, robos por parte de los mismos servidores públicos, entre otros delitos.
El 2019 cerró con 698 ejecuciones en Quintana Roo, de acuerdo a los reportes de medios de comunicación a lo largo de ese año, pues las autoridades prefirieron maquillar la realidad, en el año 2018, que es considerado como el más violento a nivel nacional, en la entidad se registraron 936 homicidios, de los cuales 736 fueron de manera dolosa y 506 se cometieron con arma de fuego.
Para el 2019, 698 ejecuciones fueron reportadas y en comparación con otros años, la ola de violencia se extendió a todos los municipios del Estado, incluso algunos que no habían aparecido en el mapa delictivo de la entidad, con la llegada del Cartel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Noroeste que se disputan hasta la fecha el poder de la zona sur-centro de Quintana Roo que ha dejado bajas importantes, principalmente en Bacalar y Othón P. Blanco.
En lo que va de este 2020, se contabilizan 280 ejecuciones, mientras que las pérdidas humanas por la delincuencia organizada, de acuerdo al registro de la prensa de Quintana Roo corresponde a las ciudades de Cancún, con 148 casos; Tulum, con 25, Othón P. Blanco, con 19; Felipe Carrillo Puerto, con 9; Bacalar, con 16; Isla mujeres, con 8; y 2 en Puerto Morelos, 25 son mujeres y el resto varones.
Entre los ejecutados hay policías preventivos e investigadores por su presunta relación con los narcotraficantes, y por la pasividad con la que actúan en cada ejecución, además del tiempo de respuesta, se presume que algunos elementos policíacos sirven a los carteles, pues en todos los casos, los sicarios han actuado con total libertad.
Ni la adquisición de miles de patrullas reducirá la violencia en Quintana Roo, para ello es necesario contar con un líder que conozca la problemática y cuente con estrategias contundentes para lograrlo.
TOTAL IMPUNIDAD Y LIBRE ALBEDRÍO EN LA ZONA SUR
Como se recordará en ediciones anteriores Sol Quintana Roo dio a conocer que para las corporaciones policíacas y militares, los hechos violentos que se han registrado no es más que un ajuste de cuentas entre cárteles rivales, que desean tener el control total de la plaza y para ello deben ‘limpiar’ la zona de sus enemigos.
Y, pese a que tienen identificados a los presuntos delincuentes y el grupo para el que operan no actúan, ya que según es trabajo de la Fiscalía General de la República (FGR), la cual continúa dormida en sus laureles.
Ejemplo, el caso de El Bombello, a quien según los policías y militares tienen identificado como miembro del Cártel del Noroeste y que trabajaba para Víctor Hugo Canul Vera, ejecutado semanas atrás, a las puertas de su vivienda en la colonia Territorio Federal, de esta ciudad capital.
De acuerdo con reportes de las autoridades, podría tratarse de sicarios al servicio del Cártel Jalisco Nueva Generación los que hayan pretendido ejecutarlo la tarde de ayer.
Como se recordará, dos pistoleros a bordo de una motocicleta trataron de matarlo cuando circulaba sobre la calle Faisán y Celul, en la colonia Payo Obispo.
Sobre este caso, con base a las indagatorias se pudo establecer que, la sangre que hallaron los peritos en el lugar, al parecer es de uno de los sicarios que resultó herido, puesto que El Bombello caminaba por el lugar cuando sus atacantes que iban en la motocicleta roja lo interceptaron.
El Bombello, según el análisis en la escena del delito logró refugiarse en una vivienda y repelió el ataque lesionando al que conducía la unidad, lo que generó que derraparan, y para huir amenazaron y despojaron de su moto a un ciudadano que pasaba por el lugar y así huir del lugar.
Sin embargo, el sujeto no fue detenido, pues no se le halló la supuesta arma corta con la que se defendió, pero vivió para contarlo.
Los policías y militares, a decir de la ciudadanía, se han visto muy apáticos, ya que no han logrado asestar un duro golpe a la delincuencia organizada, puesto que en todos los eventos, ejecuciones o intentos, realizan operativos por toda la ciudad, pero al final, ni un solo detenido.
BACALAR, EN MANOS DEL NARCO
De igual manera, se puede mencionar que el Pueblo Mágico de Bacalar ha sido invadido, en los últimos 5 años, por grupos criminales que buscan el poder absoluto de la zona con potencial turístico, y que por mucho tiempo ha sido operada por el Cártel de Sinaloa.
Esto lo han hecho a través de sus brazos operadores conocidos como Los Montero y Los Coronel, quienes han logrado infiltrarse en la “política“ para operar con total impunidad.
En el año 2013, la entonces Procuraduría de Justicia de Aguascalientes en un cateo realizado a una casa ligado al Cártel de Sinaloa hallaron fichas de depósitos de pagos de propaganda a varios candidatos políticos, entre ellos salió a relucir el de “Chepe”, José Alfredo Contreras Méndez.
Sin embargo, las investigaciones iniciadas con esta prueba no avanzaron al tratarse de un candidato abanderado por el Partido Revolucionario Institucional, pues en ese entonces gobernaba en Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, quien es señalado de haber entregado el estado al Cártel de Sinaloa.
Durante el mandato de Roberto Borge y la administración de “Chepe” comenzó a notarse el operar de los narcotraficantes, con ejecuciones y aterrizajes de narco avionetas, aunque con menor frecuencia.
La administración de José Alfredo estuvo relacionada con Los Coronel ante las constantes visitas de Lázaro y su hermano Carlos alias “Calín”.
En la administración de Alexander Zetina Aguiluz comenzaron a presentarse otros grupos antagónicos en busca del poder y desplazar al Cártel de Sinaloa.
Se mencionan al Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel Guerreros Unidos, un pequeño grupo de Zetas y Pelones, lo que dio origen a una serie de ejecuciones que hasta la fecha no han cedido.
En el año 2018 se registraron al menos 15 ejecuciones, 26 en el 2019 y hasta la fecha en este 2020 suman 16 muertes violentas con el sello de la delincuencia organizada.
Al menos media docena de aterrizajes se registraron durante el 2018 y una cifra similar en el 2019, y actualmente un total de 4 aeronaves han aterrizado en territorio bacalarense, ya que los delincuentes aprovechan la falta de vigilancia al ser considerado Bacalar como un pueblo y municipio sin ley.
Y es que en esa demarcación existen cerca de 80 policías, pero sólo un 60 por ciento es operativo, y cuentan con el apoyo de al menos una docena de policías estatales, lo que es insuficiente para brindar seguridad a ese Pueblo Mágico y sus comunidades rurales, donde los delincuentes tienen sus centros de operaciones, entre ellos El Gallito, Nuevo Tabasco, Miguel Alemán, Río Verde y otros pueblos de esa región, ante la niña predecía policíaca y militar.
Tampoco cuenta con una base militar, pues el único que existió en el poblado de Otilio Montaño, fue desmantelado por la 34ª. Zona Militar en el año 2008, sin conocerse las razones.
La Guardia Nacional, al llegar al sur de la entidad comenzaron sus recorridos pedrestres de presencia por las calles de Bacalar y móviles en los poblados de esa demarcación, pero sólo durante una semana, actualmente se les puede ver cuando es reportada una ejecución o un aterrizaje.
Los bacalarenses opinan que no es suficiente y como municipio deberían contar con un mayor número de policías y al menos una base militar que se instale en algún punto estratégico para así combatir los delitos de alto impacto.
SUR DE QUINTANA ROO, EN PODER DEL NARCO
En recuento de lo que ha dejado la disputa por el control de la plaza de Othón P. Blanco y Bacalar, respectivamente, se tienen registradas decenas de ejecuciones en ambas demarcaciones.
Entre ellas figuran las localidades consideradas como centro de operaciones de algunas bandas de criminales como Sergio Butrón Casas y Limones, respectivamente.
El año pasado hubo un total de 33 muertes por ajuste de cuentas en el décimo municipio y 26 en la capital del Estado.
El primer ejecutado del año 2020 se registró en la localidad de Sergio Butrón Casas; el 8 de enero un cuerpo con impactos de bala y cuerpo quemado fue localizado dentro de su automóvil Mustang con placas campechanas DHH5917, calcinado en una brecha cercana al poblado de Ucum.
El 18 de enero fue ultimado de varios disparos un sujeto identificado como Guillermo Ramírez alias “El Pocas”, quien se dedicaba a la venta de alcoholes en su comunidad, falleció mientras era conducido a un hospital frente al arco de seguridad policíaco de Huay Pix.
El 25 de enero, durante la feria de esa localidad fueron ejecutados dentro de su camioneta Misael Adelfo Arias Ríos y Jesús Barradas Rodríguez.
El 23 de enero también fue localizado el cuerpo de un hombre identificado con sus iniciales JICM que presentaba impactos de bala y estaba semi calcinado, debido a que su cuerpo fue abandonado en una zona de cultivos de caña de Sergio Butrón Casas que fue incendiado por la zafra.
En la capital quintanarroense, la primera ejecución se registró el 26 de febrero por la noche en la calle Heriberto Frías con Manuel M. Diéguez, en la colonia Adolfo López Mateos cuando sicarios llegaron para abatir a conocido narcomenudista que recientemente salió de prisión, Ramón Contreras León alias “Halcón”, quien estaba dentro del taxi 1337 donde quedó sin vida.
El 30 de marzo apareció otra persona ejecutada que luego fue identificado como Eduardo Ponce, cuyo cuerpo fue localizado sin vida al ser asesinado de varios disparos en el cuerpo, cerca del fraccionamiento Bosque Real, al final de la avenida Antonio Handall, en un camino blanco.
Un ex policía judicial identificado como Henry CM fue ejecutado con el tiro de gracia en un camino situado a espaldas del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario número 11 que conduce a la colonia Fraternidad Mártires Antorchistas, el 28 de abril.
Tres personas fallecieron por una ráfaga de proyectiles de alto calibre, dos eran mujeres, entre ellas una menor que viajaban en el auto del licenciado Eulogio Aparicio Valentín con dirección a Chetumal.
Fue en el kilómetro 5, a un kilómetro y media antes de llegar a Xul Há, donde un comando armado los acribilló.
El 17 de mayo fue localizado un tambor metálico en una brecha que comunica con del fraccionamiento Flamingos, en su interior el cuerpo de un hombre cuyo cuerpo mostraba huellas de tortura y asfixia, fue identificado como Marco Antonio Ek Domínguez, quien era originario de Champotón, Campeche y que dos días antes había sido reportado como desaparecido por sus familiares.
En Bacalar, el primer muerto por enfrentamiento con narcotraficantes que descargaron cerca de una tonelada de cocaína de una aeronave que aterrizó en la vía corta a Mérida, fue el cabo de caballería Emiliano Medina Ramírez, el 27 de enero por la madrugada.
Un embolsado en calidad de desconocido fue localizado en una brecha cercana a la localidad de Miguel Hidalgo con huellas de haber sido privado de la vida al estilo del narcotráfico, el 20 de febrero.
El 21 de febrero hombres armados irrumpieron una reunión familiar en el rancho Las Mariposas en el camino Bacalar-Reforma para ultimar a Román Guzmán González, conocido político de la región.
Mientras que en Limones, el 23 de febrero fue abatido Francisco Gandiola, conocido ganadero de la zona mientras cenaba en una lonchería de ese poblado.
El 7 de marzo, Sergio Cano Castillo sufrió un ataque armado cuando viajaba en su camioneta en el tramo Bacalar-Reforma, falleciendo ese de varios impactos de bala de un rifle de alto poder así como una mujer que se supo viajaba de raid tras concluir sus trabajos de censo de población del INEGI.
Un comerciante identificado como Jimmy Henry Chimal fue abatido el 29 de marzo dentro de su minisúper Evelyn con mas de 20 disparos.
El 5 de abril, dos personas que sólo identificaron como Peter y Eder fueron asesinados cerca de Limones, justo las entrada a Chacchoben, a la altura del kilómetro 77, eran originarios de Mahahual.
Mayo fue uno de los meses más sangrientos en esa demarcación, el 29 de mayo Tere Hernández y José Enrique Pech Uicab fueron acribillados con AK47 de las conocidas Cuerno de Chivo cuando platicaban dentro de un auto en la calle 25 con 47.
Y para cerrar el mes, 4 personas fueron acribilladas sin misericordia en la calle 20 con 13 y 15 de Bacalar, entre ellos el carpintero Noé Alarcón, Hipólito Márquez Garduza, su hijo Maximiliano Vázquez Jiménez y César Jiménez Díaz, de la familia conocida como “Los Vale”.
Los ajustes de cuentas podrían no ceder pronto, estos debido a la entrada de nuevas bandas delictivas al Estado y que no atienden directamente las necesidades urgentes.
AM.MX/fm
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